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¿En qué momento sucedió? Quizá, debí preverlo. Soy un tonto. Tengo tantas cosas rondando en mi cabeza, que no vi lo que estaba frente a mí.

El doctor Kim JunMyeon se veía increíblemente guapo esa noche. A pesar de sus ojeras y su camisa arrugada, había algo en él que sorprendió a BaekHyun. Quizá, era la sonrisa constante en su rostro, o el hecho de que se había excusado para ir al baño a peinarse. Ese detalle, obligó al muchacho a pensar en su amante. En cómo se preparaba en el baño de esa habitación de hotel, antes de sus encuentros. Era tierno. Quería estar presentable para él, quería estar limpio para agradarle. Pero, no era un buen pensamiento ahora. BaekHyun se sintió mal de inmediato, comparar a su buen amigo con su amante, no era una buena cosa.

—Debí ir a casa a cambiarme de ropa —JunMyeon se acomodó en su silla, mirando alrededor.

Había tenido la maravillosa idea de llevar a BaekHyun a un restaurante caro. Pero, no pensó en su propia imagen, antes de salir del trabajo. El muchacho, por otro lado, lucía espectacular. Era difícil luchar contra sus sentimientos, cuando el objeto de sus deseos secretos, se veía tan lindo con aquella corbata.

—Puedes pedir lo que quieras. Yo te invité. Hay que celebrar.

—No quiero abusar —replicó el más joven, mientras revisaba con atención el menú.

Era comida italiana. BaekHyun odiaba admitirlo, pero no conocía mucho al respecto. El doctor ordenó un platillo con un nombre raro, que no supo cómo pronunciar. También algo con camarones, según entendió. Él se limitó a pedir un plato de pasta y una mini pizza de espinacas. Para rematar, JunMyeon pidió una botella de vino muy fina.

La cena transcurrió sin problemas. Sólo había algo que incomodaba profundamente al muchacho, y eso era la manera en la que su buen amigo lo miraba. Había algo diferente en sus ojos, en el tono de su voz. Por momentos, parecía que quería impresionarlo. Eso no le gustó a BaekHyun, porque ya no se sentía natural. Además, él no estaba siendo receptivo con aquella energía seductora.

—¿Quieres que vayamos a caminar un rato? Para bajar la comida —Las mejillas de JunMyeon estaban algo enrojecidas, a causa del vino. No dejaba de sonreír.

—Mhm... Supongo que estaría bien —BaekHyun se limpió la boca con la servilleta de tela, que descansaba en su regazo. Había devorado toda su comida. Estaba deliciosa, aunque el vino no era su fuerte. Aún así, terminó dos copas, y se sentía un poco achispado. Pero, no lo suficiente como para ignorar el estado del doctor.

Después de pagar la cuenta, el doctor lo llevó a un parque cercano. No había mucha gente paseando por ahí, y hacía un poco de frío, pero el ambiente era agradable.

—¿Cómo es tu pueblo, Baek? —el doctor caminaba con las manos en los bolsillos de su pantalón. Su paso era lento, y miraba el cielo estrellado de vez en cuando.

—Nada especial. Es un pueblo pequeño. No hay mucho que hacer o que ver. Pero, me gusta. La gente no camina tan rápido, todos te saludan cuando te ven. Hay mucha calidez.

—Mi hermana lo odia. Es gracioso, cómo puede haber dos opiniones tan diferentes de un mismo lugar.

—¿En serio? La doctora es muy querida por allá. Yo sólo la conocí cuando atendió a mi madre, pero escuché a algunos vecinos hablando de ella en algún momento. Todos concuerdan con que es una excelente doctora.

—Bueno, ella se crio aquí. Supongo que extraña el ritmo acelerado de la ciudad. Así como tú extrañas la paz de tu pueblo... Pero, debe haber algo que te guste de Seúl...

Sí, había algo que a BaekHyun le gustaba mucho de Seúl, aunque le costara admitirlo. Ese algo, lo esperaría en la habitación del hotel al día siguiente.

Diario de un observador Donde viven las historias. Descúbrelo ahora