«Capítulo uno.»
Francisca.
Sonreí acomodándome la campera un poco mas abajo así me abrigaba la parte descubierta y largue un suspiro antes de entrar arrastrada por mi mejor amiga, siempre era así, cada vez que veníamos a una joda o a alguna previa ella se encargaba de arrastrarme y llevarme a los lugares en dónde quería estar, o más bien con la gente que quería estar.
Miré a las poca personas que había, por lo que sabía y me había enterado en el grupo de la escuela, Matías había puesto casa para la previa y de ahí nos íbamos a un boliche, era súper raro que mi curso se empiece a llevar mejor, pero tal vez esa era la magia del viaje de egresados, en cuatro meses nos íbamos de viaje y como todos viajaban no quedaba otra que bancarlos.
— ¡El escabio ahí Fran!—Gritó una voz, por la que reconocí como Mateo, sonreí y le pegué un codazo a Keila para que me ayude a sacar el escabio de la bolsa.
Una vez que pusimos las botellas arriba de la mesa, nos acercamos a donde estaban la mayoría de nuestros compañeros aguantándonos las cargadas que nos hacían por haber llegado tan tarde. Era un quincho, y por lo que se veía estaba bastante bueno y adornado con luches de navidad y un sillón súper cheto.
— Sos re cheto Matías, mira alto quincho tenés hijo de puta.—Le dije empujándolo un poco cuando escuché que se hacía el humilde.
— Mentira, vos porque vivís en la miseria loca.—Me cargo subiendo una ceja y haciéndose el divo.
— Mentira forro, ahre que es verdad.—Largue una carcajada mientras agarraba una botella de birra y la destapaba con mi encendedor para tomar un poco.
Sonreí cuando me dijo un par de cosas más, después se fue con una sonrisa en la cara gritándole a Franco que cierre la puerta trasera del quincho con llave así nadie entraba, empecé a buscar a Keila con la mirada cuando me di cuenta de que no estaba al lado mio, giré los ojos cuando la vi hablando con Juan, su chongo, hoy se estaba quejando de que no se lo aguantaba más y ni bien llega se lo chapa.
— Con permiso dijo el petiso.—Escuché que decían atrás mio, giré los ojos cuando me di cuenta de que esa voz era del irritante de Valentín y me di vuelta para mirarlo.
— ¿Qué querés?—Pregunté subiendo una ceja de mal modo, no soportaba que sonría así, me daba tanta bronca mirarlo.
— Epa, recién me ves y ya te pones de mal humor.—Habló sonriendo.—Nada nena, quiero una birra.—Pasó su brazo por arriba de mi hombro mientras me guiñaba un ojo.
Largue un quejido y me corrí rápido así no estaba tan cerca mio.
— Ni siquiera el ojo sabes guiñar, fracasado.—Me burle tomando un trago de mi botella y frunci el ceño cuando el pasó su lengua por sus labios mirándome tomar.—Sos un pelotudo, no te banco.
— Uy, decime algo que no sepa.—Largó una carcajada y se metió el pico de botella a la boca para sacarle la tapita con la muela.
— Ojala te rompas la muela gil.—Dije mirándolo atenta para no perderme si se le rompía.
— No entiendo esa agresividad que tenés hacia mi persona.—Habló con la tapa en la boca, sonrió escupiéndola a mi dirección y me pegó en el pecho.—¿Viste que al final no soy tan fracasado?—Se hizo el canchero y río un poco cuando le mostré mi dedo medio.—Chau, papi se va.—Finalizó dándose vuelta para irse a algún lado.
Valentín era el único pibe que no me bancaba del curso, era tan denso que hasta a veces me daban ganas de encajarle una trompada para que se calme un poco, además siempre quería llamar la atención y eso no me cabia en nada.
Las horas iban pasando y cuando me quise acordar, casi todos mis compañeros estaban juntando sus cosas y gritando para ya irnos al boliche con el que tanto jodían. Yo también agarré mi campera y antes de que Matías desaparezca, le llamé para que me diga donde estaba el baño.
— Metete en esa puertita, ese es el baño, así no tenés que estar subiendo y bajando.—Gritó sobre mi oído, la música seguía puesta y a todo volumen, asentí con la cabeza y le sonreí antes de caminar en dirección a la puerta que me señalo antes.
Era tan cheto que hasta en el propio quincho tiene un baño.
— Ey, Fran bebita ¿Vamos?—Preguntó Keila antes de poder entrar al baño.
— Anda yendo yo te veo allá.—Le dije, asintió con la cabeza y salió del garaje seguido de varios chicos y chicas más.
Me metí al baño rapidito así no me dejaban atrás, y empecé a mear todo lo que se había acumulado en mi vejiga.
— ¡Eh wacho! ¿Quién agarró mi celular?—Escuché desde el quincho, giré los ojos y me limpié para después subirme la ropa y lavarme las manos.
Me miré un toque en el espejo para ver si estaba despeinada, y me retoque un poco el labial, aunque eso era el único maquillaje que llevaba puesto. Me quedé escuchando atenta cuando no escuché mas voces ni gritos.
Apurada salí del baño y caminé por el lugar para fijarme si ya se habían ido, y al no encontrar a nadie me asusté, yo sabía que tenía que irme con ellos y no quedarme vuelteando en el baño.
— Ay la concha de mi mamá.—Me asusté cuando escuché eso en la quincho y la mesa moverse, tragué saliva, caminando con cuidado e intentando no hacer mucho ruido me acerqué para poder ver.
Pero al ver a Valentín en cuatro patas y sobandose la cabeza, largue un suspiro.
— ¿Qué haces acá?—Pregunté sin entender porque era el único que estaba acá y todos por arte de magia habían desaparecido.
— Busco mi celular.—Giró los ojos algo obvio y se paró dándose otro golpe en la cabeza.—Concha.—Insultó por lo bajo y se volvió a sobar.
— ¿Y los otros?—Volví a preguntar caminando hacía la puerta sin saber en donde estaban, aunque lo más probable era que ya se habían ido para el boliche.
— Ah, los tengo en el bolsillo de mi campera, para que los saco de acá.—Dijo algo obvio y siguiendome hasta la puerta, ganándose una cara mala de mi parte.—Se fueron.
— Bueno, loco.—Hablé de mal modo, agarré el picaporte de la puerta y lo baje hasta abajo para abrirla y empujarla, pero al no poder abrirla, frunci el ceño.
Intenté otra vez, pero ahora con mas fuerza que recién y pegándole con mi hombro así se abría, cuando noté que tampoco podía, la bajé mas rápido y con desesperación.
— ¿Qué? No no no no.—Hablé asustada intentando cinco veces más, no se abría, la única opción era que la cerraron con llave y nos quedamos adentro.
Me desespere mas al pensar en eso, no, no podía estar pasando, no podía quedarme encerrada acá con él.
— ¿Qué paso? Abrila dale.—Pidió Valentín atrás mio, me giré y lo miré entrando en pánico.
— Nos quedamos encerrados Valentín.
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la voy a mejorar, espero q les guste <3posta es la primera vez q en mucho tiempo me gusta el primer capítulo de una novela jahsja
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24 horas ; Wos
Fanfiction❝Nos quedamos encerrados Valentín.❞ · Queda totalmente prohibida la copia completa o parcial de esta novela, todos los derechos reservados.