Seis.

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«Capítulo seis.»

Francisca.

— Qué se yo, es raro.—Habló Valentín, asenti con la cabeza y largue el humo de la tuca que estábamos fumando, era verdad lo que me había dicho segundos antes de prenderla.

Esta no era como las comunes, fumaban un poco y al segundo te pegaba re fuerte, pero me gustaba, además que Valentín se ponía mas misterioso y gracioso, me hacía cagar de risa.

— ¿En ovnis? ¿Crees?—Preguntó cerrando los ojos, me hundi de hombros y me quedé pensando un poco.

— Se.—Asentí con la cabeza y sonreí cuando el abrió los ojos.—No creo que seamos los únicos seres vivos en el universo.—Hablé pasandole el prensado, lo agarró y después asintió.

— Yo a veces creo que somos un holograma y nos estan controlando, incluso planean todo lo que hacemos.—Dijo mirándome, frunci el ceño sin entender y el sonrió.—Ponele esta charla ya esta programada y cuando se cansen de nosotros, nos desconectan y morimos.

— Fua, estas re loco Valentín.—Hablé pegando un suspiro, se hundió de hombros y largó una risita.

— No creo en ovnis ni en zombis.—Cantó moviendo su cabeza, sonreí al darme cuenta de lo que cantaba.

— Y uso prenda talle eme.—La seguí con una sonrisa, me miró a los ojos y también sonrió.

— ¿La sabes?

— El Cuarteto De Nos.—Asenti con la cabeza, me quedó mirando un poco mientras fumaba, mordió su labio y después de un tiempo se empezó a acercar hasta quedar casi arriba mio.

Su brazo pasó por en frente de mi cara hasta apoyar su codo en el piso y sonrió picaron cuando me vio ponerme roja, bajé la mirada intentando buscar algo con lo que distraerme y no en sus ojos hermosos.

Capaz que esta mierda que estaba fumando me estaba afectando un toque.

— Juego con fuego aunque el fuego me queme.—Susurró mojando sus labios, llevó su otra mano a su boca para darle una calada a lo que tenía, retuvo el humo en sus pulmones y me guiño el ojo antes de soltarmelo en toda la cara.

Cerré los ojos y largue un suspiro cuando mi corazón comenzó a latir bien fuerte adentro mio, mi pecho retumbaba y no quería abrir los ojos para ver su azul brilloso, no quería mirarlo porque sabía que si lo hacía me iba a poner toda roja.

— Agarralo.—Susurró cerca de mi oído, mi respiración se agito cuando lo escuché y tuve que abrir los ojos para comprobar lo cerca que estaba.

Lo quedé mirando a los ojos, consciente de que otra vez se llevó el prensado a la boca para soltar el humo en mi cara, sabía que quería que lo agarre y por alguna extraña razón lo hice cuando abrió la boca para tirarmelo.

Lo quedé mirando a los ojos cuando ya tuve todo el humo en mis pulmones y por un momento me había olvidado de que lo tenía ahí cuando su mano fue a mi mejilla y me acarició con la yema de sus dedos, provocando un caos en mi panza.

— Ahora vos.—Volvió a susurrar mojando sus labios, subí las cejas sin entender y él sonrió de una forma tan linda que me volvió a provocar algo en el cuerpo.—El humo Fran.

Entonces me di cuenta de que todavía tenía todo el humo en mi boca y que él me pedía lo mismo que me había hecho recién. Y también lo hice, mirando como él ahora cerraba los ojos y dejaba que todo ese humo compartido le pegue en su carita, dándome una hermosa vista.

— Uy que lindo.—Dijo con voz graciosa, haciéndome reír un poco, pero me calme enseguida al notar que todavía estaba cerca mío, con sus brazos al costado de mi cabeza y su cara en frente e la mía.

— ¿Qué cosa?—Hablé tratando de que no se note ese nerviosismo que sentía en todo mi pecho y corazón.

— Compartir humo.—Murmuró con una sonrisita en su cara, también sonreí y apreté mis labios evitando hacer una locura.—Sentite importante, no con todos hago eso.

— En realidad vos me lo pediste.—Me burle sacándole la lengua, giró los ojos divertido y largó un suspiro.

— No me acuerdo eh.

— Si, me dijiste agarralo.—Hice énfasis en la palabra y el sonrió achinando sus ojitos azules.

— Shhh, que nadie se entere.—Murmuró largando un suspiro, me quedé callada sin saber que podía decir ahora, es que sentir su respiración chocar con mis labios no me dejaba pensar en mucho, solamente en imaginarme como sería sentirlos arriba de los mios.

Negué con la cabeza tratando de alejar mis pensamientos y aclaré mi garganta. Dios, ¿No se daba cuenta de que no me gustaba estar así?

O tal vez si me gustaba, pero no me gustaba sentir como mi cuerpo se ponía ante esos ojos azules.

— Tengo sueño Fran.—Habló sacandome de mis pensamientos, frunci el ceño y lo mire divertida.

— Y la marica era yo.—Respondí acordandome de lo que me había dicho horas antes.—¿Qué hora es?

Sin salir de su posición bajó su mano al bolsillo delantero de su pantalón y sacó su celular para prenderlo y fijarse la hora, el brillo de la pantalla iluminó su cara y ya se que no tendría que fijarme en eso, pero desde acá y en esa posición de veía extremadamente sexi.

— Las cinco y media.—Largó un suspiro de frustración, se volvió a guardar el celular y sonrió cuando se encontró con mi mirada.—Hola.

— Hola Valen.—Me reí un poco y después pegué un suspiro para fijarme en las luces de navidad que habíamos prendido recién.

— Ya debe estar por venir.—Susurró después de un rato, no sabía como, ni cuando pasó, pero ahora su cabeza estaba en mi pecho y su mano hacía caricias en mi abdomen.

— Supongo... ¿Te querés ir?—Pregunté frunciendo el ceño, me ponía un poco mal que ahora él sea el que se quiera ir con lo bien que la estaba pasando.

Aunque no era algo interesante, mas bien era simple, no podía creer que con solo una charla de el origen de la vida me haya entretenido como dos horas.

— Mmm... no, no quiero.—Escuché que dijo, y automáticamente sonreí.—Aunque por un lado quiero irme.

— ¿Cómo?—Pregunté llevando mi mano a su pelo e inconscientemente empecé a acariciarlo, su respiración suave me relajaba y quería cerrar los ojos por las caricias que dejaba en mi abdomen, por arriba de mi remera.

Aunque causaba cosquillas en todo ni cuerpo y manos.

— Para ir a mi cama y dormir toda la noche.—Acotó, hice una mueca y no dije nada, tampoco quería, ¿Que se supone que responda a eso? ¿"Ah bueno anda a cagar por querer irte"?—Pero con vos, así me haces mimos así.

Entonces mis ganas de putearlo desaparecieron, y en lugar de eso mi corazón retumbo en mi pecho y un escalofrío subió por mi espalda, dando a entender que mi cuerpo estaba experimentando esos cambios completamente extraños en mi.

Y no quería dejar de sentirme así, porque con solo unas palabras, Valentín había causado muchas cosas.
























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patada d cangurroooO deaa nd q ver

bueno jente, espero q ya no odien tanto a Francisca, es buena piba como yo ahre los tkm <3

espero q lo disfrutennn

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