Doce.

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«Capítulo doce.»

Francisca.

— Dale, despertate Valentín.—Hablé como por quinta vez, todavía no lograba moverle ni un pelo, o se hacía el dormido o en serio tenía un serio problema, largue un suspiro y me arrodille en la cama para despertarlo con un almohadonaso pero antes de poder pegarle, abrió los ojos, me agarró de la mano y me tiró arriba de él.

Lo miré entre indignada y con ternura cuando largó una risita y me rodeó con sus brazos la espalda.

— Dormilón del culo.—Intenté levantarme pero sus brazos en mi cintura lo impidieron, lo quedé mirando para que me suelte pero en vez de hacerlo, sonrió dándose vuelta hasta dejarme abajo de su cuerpo semidesnudo.

— Que linda te ves recién despierta.—Sonrió llevando una de sus manos a mi mejilla para acaricirla, dejó un beso en la punta de mi nariz y yo mordí mi labio cuando se separó para verme otra vez.

— Hola.—Susurre sin saber decir, él también se veía hermoso con su pelo castaño despeinado y todo revuelto, los labios rojos fuerte y los ojos más azules que de costumbre.

— ¿No me das un beso? Es de mala educación.

— Ya me diste vos.—Me hundí de hombros y reí cuando giró los ojos, bajó otra vez sus labios y dejó un beso en mi mejilla, haciéndome poner una sonrisa tonta.

Y se dio cuenta de eso, agarró mis manos y las guío a su nuca para que lo agarré, volví a sonreír como boluda y él se escondió en mi pecho, abrazandome otra vez por la cintura, me volvía loca cada acción que hacía conmigo y más cuando empezaba a conocer su lado tierno, amaba que me abracé así y ahora también había añadido a la lista de mis puntos débiles tenerlo en mi cuello, respirandome ahí.

— Es la una y medía Valen, dormimos mucho ya.—Hablé en un tono de voz que sólo había desarrollado para él, escuché que suspiró.

— No me quiero ir Fran.—Habló y cuando se levantó para que sus ojos conecten con los mios, me derretí al ver un puchero en su carita de recién despierto.

— Nadie dijo que te tenías que ir.

— ¿Me estas invitando a quedarme?—Preguntó mordiendo su labio para que no se le escape una sonrisa, llevó su mano izquierda para agarrar la mía y entrelazarlas sin importarle lo roja que me había puesto esa acción.

— ¿Siempre sos así de tierno cuando te levantas?—Susurré ignorando su pregunta, miré nuestras manos entrelazadas y sentí toda una correntada subir hasta mi nuca, mis dedos hacían cosquillas.

Sonrió y asintió con la cabeza, dejó un beso en el dorso de mi mano y me quedó mirando. Me di cuenta de que tampoco era de muchas palabras cuando se despertaba, y yo lo entendía, también era así, lo que no entendía era que ahora este hablandole cuando a mi nunca me gustó hacerlo.

— Em... hum... ¿Cambiamos de posición?—Pregunté media dudosa, no era que no me guste verlo de esta forma, pero me estaba aplastando casi toda la panza y no quería decirle.

Sonrió pícaro y subió una ceja divertido.

— ¿Estábamos cogiendo y no me enteré?—Susurró bajando su cara hasta la mía, dejandome casi sin movimientos, tragué saliva más roja que nunca y negué con la cabeza.

— Desubicado.—Hablé un poco divertida, sonrió y me volvió a agarrar de la cadera para darme vuelta.

Esta vez quedé arriba de él, con mis manos todavía en su nuca, a horcajadas arriba de su entrepierna.

— Disibicidi.—Me hizo burla, giré los ojos y le di un bife despacio, largó una risa y me agarró de las manos para tirarme otra vez arriba de él.—Abrazame Fran.

— ¿Y si no quiero?—Pregunté en un tono divertido, largó un quejido y tiró su cabeza para atrás como un nene caprichoso.

— Abrazameee.—Pidió otra vez, agarrándose de mi cintura y aferrandose más a mi, negué con la cabeza para hacerlo enojar.—Que fría que sos, no te quiero más.—Habló con el ceño fruncido, sacando otra vez sus manos de mi cintura y cruzandose de brazos.

Largue una carcajada, lo había hecho enojar y no había cosa mas tierna que Valentín rojo por el enojo, mordí mi labio y llevé mis manos a sus cachetes para hacerle boca de pato, estaba con el ceño fruncido y me miraba con ese azul tan penetrante.

— Que lindo turro sos eh.—Lo jodí, me había enterado que no le gustaba que le digan así, todos se lo decían y de alguna forma ya se había cansado.

— Uy, la cagaste más.

— Ay pero mira que lindo turrito, ¿Me vas a asaltar?—Lo jodí, de turro no tenía nada, ese pircieng le quedaba hermoso y con esos faros azules era alto blanquito que en la villa lo hacían pollo, o tal vez no.

— Lo único que te voy a robar es el corazón chiquita.—Sonrió guiñandome un ojo, y me moje cuando su lengua pasó por entre medio de mis dedos, re gay, eso hubiese pensado si no lo tenía abajo mio mostrando su abdomen bien marcado y yo no hubiese estado arriba de su paquetote.

Que se sentía tan bien estar sentada ahí arriba.

— Horrible tu chamuyo.—Reí sacando mi mano de su boca y limpiandome la saliva con mi remera para volver a ponerlas en su nuca.

Me acerqué y roce nuestras narices con una sonrisa, después de todo tenía razón, yo era muy fria y él siempre era tan tierno que terminaba sacando mi lado lindo también.

— Corazón de arroz la que me cuelga es para vos.—Susurró y en un rápido movimiento hundió su cara en mi cuello y lo mordió con ganas, como si hace tiempo quisiera hacerlo.

Apretó mi cintura y la piel que tenía entre sus dientes, la empezó a chupar mientras pasaba su lengua, cerré los ojos disfrutando lo bien que se sentía, sabía que eso después me iba a dejar una gran marca y en el lugar que lo estaba haciendo era para que todos lo vean, pero no me importaba, solo disfrutaba las mordidas que pegaba.

Y aunque me cueste admitirlo, me encantaba.

Se separó cuando creyó que estaba listo, miró mi cuello romojando sus labios y sonrió para después mirarme inocente.

— Tenía tantas ganas de hacerlo.—Susurró dejando un beso en la misma marca para suavizar todo, sonreí un poco y lo miré.

— ¿Por qué me mordiste?

— Porque hace tiempo lo quería hacer.—Se excusó riendo un poco y suspiró, que lindo que es.—¿Me abrazas ahora?—Volvió a pedir, lo miré con una sonrisa y me tiré arriba de él, abrazado su cuello y escondiéndome en su pecho.

Podía escuchar su corazón latir y era un sonido tan relajante, me relajaba mucho más ahora su mano acariciando mi pelo.

— ¿Podemos quedarnos un ratito más? Dale Fran, quiero estar así.—Susurró tranquilo, mi corazón se aceleró dando la respuesta.

No podía, Valentín estaba tan tierno hoy que lo quería disfrutar antes de que vuelva a su estado de chico atrevido, aunque me gustaban las dos partes.

— Si Valen.—Susurré cerrando los ojos, ya tenía sueño otra vez y Valentín no ayudaba mucho con sus mimos.

Pasó un rato en silencio, en donde solo nuestras respiraciones se sentían, sus caricias me estaban haciendo dormir, y me parecía buena idea dormirme arriba de él mientras lo abrazó.

Hasta que su voz me hizo abrir otra vez los ojos.

— ¿O hacemos otra cosa más divertida?

Y ese tono, ese estúpido tono hizo que se me mueva todo.

Porque sabía lo que quería hacer, y no me quería negar a eso.

















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prometo actualizar todas las fics q me pidieron hoy, estoy re activa y me gusta mucho escribir ahora jeje

y perdón x colgarla tanto tiempo, me había re olvidado d esta ahre, ls tkm mucho <3

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