Nueve.

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«Capítulo nueve.»

Francisca.

No sabía que responder, me había quedado tildada y la misma vergüenza trababa mis palabras, quería pegarle una patada y salir corriendo para que no me siga ni me vea sufrir así por su pregunta, Dios, me quería morir por ser tan pelotuda y obvia al mirarle el bulto. Encima ahora estaba abrazada a él y apoyando mi cabeza en su pecho, literalmente me iba a dar un ataque.

— ¿Q-qué? Yo, em...—Hablé tartamudeando, esquivando su mirada divertida.—Si bueno, ¿Quién tiene hambre?

Su risa me relajó un poco, pero volví a mi estado de asustada cuándo sentí que me separó de su cuerpo delicadamente y su mano fue a mi mentón para hacer que lo mire con las mejillas rojas y todo.

— No te voy a mentir que me pareces re tierna cuando te pones así.—Habló con una sonrisa, bajé mis ojos otra vez para no ver los suyos y me quedé mirando mis manos, que no sabía en que momento las había dejado arriba de su pierna, pero al darme cuenta las saqué enseguida.—Hey, no muerdo.

— ¿Y a mi qué?—Hablé hundiéndome de hombros y mirándolo otra vez al darme cuenta de cómo lo dije.—Perdón, es que me pongo agresiva cuando me joden mucho.

— ¿Te estoy jodiendo?—Preguntó subiendo una ceja, su otra mano paso por mi pelo para acomodarlo detrás de mi oreja, y no lo quería admitir, pero esa acción me gustaba mucho.

Negué rápido con la cabeza y trague saliva, sonrió bajando más su cara a mi y me miró a los ojos, no me mires así hijo de puta.

— ¿Y entonces qué pasa?

— Me pones nerviosa tonto, basta.—Intenté salir de su agarre, pero él hizo puchero y dejé de hacer fuerza, no lo podía creer el hecho de que Valentín tenga tanto poder en mi con solo hacer un puchero.

— Y si te pongo nerviosa debe ser por algo.—Susurró respirando un poco alto, cerré los ojos con fuerza para no verlo más y negué con la cabeza.

Sentí como la punta de su nariz rozaba con la mía y su respiración chocaba con mis labios, mi corazón iba rápido.

— No respondiste.—Habló en un tono demasiado bajo, abrí la boca para hablar pero no me salían las palabras.

¿Qué se supone que debía responder?, ¿Qué si me gustó el tamaño de su bulto?, ¿O que me ponía nerviosa por qué su cercanía me estaba volviendo loca?, no sabía y realmente estaba muy confundida.

— Y-yo... no sé.—Hablé por fin, abriendo mis ojos y encontrandome con que él también los había cerrado, mordía y mojaba sus labios impacientes, me tentaba con solo mirarlo hacer eso.

— Yo sé que si sabes.

No podía dejar de mirarlo y observar toda su cara, sus ojos cerrados dejaban ver sus pestañas largas, los rojos que estaban sus labios me daban una sensación de deseo y me quería morir por ese piercing, era todo lo que estaba bien y yo recién me doy cuenta de lo hermoso que le queda.

No, no podía decirle que si me había quedado viendo su bulto y que me había mojado con solo es, tampoco podía admitir que me parecía lindo y después de pasar tiempo con el hasta me gustaba un poco su forma de ser.

¿Un poco?

— En serio Valen, no sé.—Dije llevando mis manos a su pecho, sintiendo su corazón correr fuerte, y no me puse a pensar en el porque de eso solo me dedique a empujarlo un poquito para que se aleje de mi.

Estaba segura de que si lo tenía así de cerca algo iba a pasar y no sé si estaba lista para eso, no sé si estaba lista para descubrir nuevos sentimientos o tal vez viejos que ya creí haberlos tirado en el pasado.

Me separé de él y le di una última mirada antes de pararme al sillón, acomode mi pelo y fingiendo tranquilidad, fui a la mesa para agarrar las botellas que quedaban y empezar a tomar, en realidad quedaba un montón de escabio y yo tenía ganas de tomar después del momento incómodo que había pasado con Valentín, aunque ese era el plan de esta noche, tomar mucho y pasarla bien.

Me tragué todo el líquido de la botella del vodka y agarré la otra que estaba sin abrir para seguir tomando. Hasta que sentí unas manos en mi cintura, sabía que era Valentín por eso no me asusté, pero si me dio un escalofrío cuando sentí su mentón apoyarse en mi hombro.

— ¿Qué tomas?—Habló en voz bajita, un escalofrío recorrió mi espalda cuando lo escuché hablar y sonreí por inercia.

— Vodka.—Respondí sin darme la vuelta, tampoco le saqué las manos de ahí porque me gustaba sentirlo.

El líquido quemaba mi garganta, pero no me importaba, en ese momento me pareció más importante sentir como pasaba la punta de su nariz en mi cuello y las cosquillas que sentía en todo mi cuerpo por eso, intenté reírme pero me ahogue y empecé a toser.

— ¿Estás bien?—Preguntó riendo Valentín, asentí con la cabeza intentando parar mi tosido y cuando pude hacerlo, hable:

— Aia me haces cosquillas.—Murmure riendo, sintiendo como volvía a pasar su nariz mientras olía, era linda la sensación que me daba, por no decir que me encantaba.

— ¿Si?—Susurró, asentí largando una risita tonta, cerré los ojos cuando sentí sus labios apoyarse contra mi piel y todo lo que descontrolo adentro mio me asustó.

Solo me dejó un besito chiquito, pero esa acción me hizo temblar las piernas, suspire lento y estire mi cuello para atrás así le hacía saber que necesitaba más de sus besitos húmedos. Largó una risita y apretó más su agarre en mi cintura pegando más su pecho a mi espalda, podía sentir el olor a su perfume en mi nariz.

— ¿Te digo una cosa?—Susurró arrastrando las palabras y rozando sus labios en mi cuello, suspire pronunciado un «"mjmh"», necesitaba que no pare de hacer eso, porque me encantaba.

— S-si dale.—Cerré mis ojos tragando saliva, sonreí media tonta cuando sus labios subieron rozando mi piel hasta llegar a mi oído.

No podía dejar de sentirme ese lío en mi panza cada vez que sus labios rozaban mi oreja con cuidado, respirando tranquilamente pero a la vez fuerte para que sienta, mi piel se erizaba y quería tirarme en sus brazos para besarle toda la cara.

Cuando había empezado a murmurar algo, escuchamos el ruido de la puerta y con el corazón en la boca me separé rápido de él, asustada miré quién era y me tranquilice al ver a Matías entrar por la puerta que horas antes estaba totalmente cerrada, pareció buscar algo con la mirada y al vernos sonrió levantando una botella de cerveza que tenía en la mano.

— ¡Eaa! Acá están loco, los buscamos como locos equis de.—Claramente estaba borracho y cuando me puse a mirarlo tenía toda la camisa desacomodada, atrás de él apareció mi amiga con cara de re muerta y mirando asustada.

— Vamaaa Fran, al fin te encontramos.—Soltó aplaudiendo y silbando, tirándose unos pasitos medios turros, y sí, también estaba borracha.

Miré a Valen, parecía un poco enojado por su presencia, fruncía el ceño y tiraba su cabeza para atrás murmurando algo.

Y aunque yo no lo haga notar, también estaba enojada, culpa de ellos ahora me quedé con la duda de lo que me quería decir Valentín.





















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bueno dejo esto acá y me voy rápido a ver sala de emergencia historias ineditas ahre

diganme si les gusto y eso

em coso, al final no quedaron 24 horas encerrados porq se iba a hacer muuuy goma, y bueno, decidí sacarlos al fin dea, nos vemos! <3

ah! y gracias por los votos y los comentarios, eso me re anima a escribir más esta novela porq me re gustaA <3

24 horas ; WosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora