Once.

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«Capítulo once.»

Francisca.

Largue una risita cuando escuché que Valentín se tropezaba con las escaleras y casi se caía de geta al piso, lo agarré del brazo cuando empezó a reírse en vos baja también y subí rápido las escaleras para que no escuchen nada, mi mamá seguramente dormía, mi papá también y mi hermana debe estar jodiendo con el celular como siempre.

Bueno, resulta que había aceptado dormir con Valentín, verle la carita de nene bueno me había ablandado el corazón y acepte enseguida.

— Quédate un rato acá.—Susurre antes de entrar a la pieza, mi hermana y yo la compartíamos, no era que no tengamos lugar, sino que a ella todavía le seguía dando miedo dormir sola, una pelotuda.

— ¿Me vas a hacer dormir en el pasillo?—Preguntó agarrándome de la mano, me di vuelta y asentí en broma con la cabeza.

— Si, ahora te traigo una manta.

— Pero yo quiero dormir con vos.—Hizo puchero mientras sus ojos azules se encontraban con los mios en la oscuridad, mordí mi labio evitando una sonrisa y acaricie su mejilla.

— Eu...—Susurré mirándolo a los ojos, se acercó mucho más a mi y en un momento me dio la sensación de que me quería dejar acorralada contra la pared.

— ¿Qué?—Preguntó en voz baja, mirando para todos lados por si lo habían escuchado y volviendo sus ojos azules a los mios.

— So.—Le devolví la broma y me reí en voz baja cuando vi que formó una "o" con sus labios, haciéndose el sorprendido.

— Uia, que graciosa estas hoy.—Pronunció mordiendo su labio y pegándose mucho mas a mi cuerpo, aclaré un poco mi garganta y sonreí, me encantaba su cercanía pero no quería que alguien de despierte y lo vea en medio del pasillo conmigo.

— Ya sé... espérame acá.—Volví a repetir, asintió con la cabeza y se alejó de mi, mirando para otro lado, no creo que se enoje por eso, pero igual después le iba a devolver el gesto.

Abrí la puerta de mi habitación y me encontré con que mi hermana todavía no se dormía, al verme entrar revoleo el celular y se hizo la dormida, haciéndome reír.

— Ay, boluda pensé que eras mamá.—Habló agarrando otra vez su celu y poniéndose a escribir otra vez, a veces me preguntaba que hacía una adolescente de quince años tan tarde con el celular, supongo que nada malo.

Supongo. Ya veo que miraba porno a escondida, si es así me le cago de risa en la cara.

— Che, Bianca.—Hablé empezando a caminar para mi placard y agarrando una remera larga y un pantalón corto, también un poco de ropa de mi ex que seguía teniendo así Valentín se cambiaba.

— Mande.

— Traje a un amigo, vamos a dormir en el otro cuarto, cualquier cosa le decis a mamá que me quedé a dormir con Keila, ¿Bueno? Yo voy a cerrar la puerta con llave así no joden.—Hablé mientras caminaba por toda la habitación en busca de mi cargador.

— Joya.—Dijo sin darme mucha bola, sonreí y le di un beso antes de irme.—Ay, salí chancha.—Habló limpiandose el beso.

Me reí y giré los ojos, eso era lo que me gustaba de Bianca, no pedía explicaciones y te cubría en todo, a veces la amaba.

Salí de la habitación cerrando la puerta atrás mio y sonreí al encontrarme otra vez con Valen, estaba apoyado en la pared y tenía sus manos en los bolsillos de su jean, ese jean que le resaltaba sus atributos, su pelo castaño estaba medio despeinado pero aún así me gustaba como le quedaba ese estilo, y ni hablar de su cara, estaba re lindo, ¿Recién ahora me vengo a dar cuenta?

24 horas ; WosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora