Quince.

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«Capítulo quince.»

Francisca.

Abrí los ojos después de muchos minutos y miré a Valentín, respirando un poco agitada, ni siquiera había sido un beso de verdad, fue un roce chiquito pero que me explotó todo el interior, y no sabía como podía ser que un simple roce pueda causar todo esto en mi, moje mis labios intentando saborear el gusto de los suyos y suspire un poco.

No sabía que decir, ni tampoco sabía que hacer, mi corazón iba tan rápido que no podía pensar en otra cosa mas que en sus labios. Me miró con los ojitos azules brillosos y sonrió con las mejillas levemente rojas, igual que las mías, las sentía un poco caliente.

— ¿Qué?—Murmure despacio, acariciando los pelitos de su nuca, se hundió de hombros y empezó a jugar con los bordes de mi remera nervioso, sonrió un poco y subió sus ojos otra vez a los míos.

— No sé.—Habló largando una risita nervioso, tragó saliva notoriamente y me apretó un poquito más a él, despacio y suave.—No me mires, me pongo nervioso.—Pidió acercando su cuerpo a mi, me reí y apoyé mi cara en su cuello respirando su perfume.

— ¿Por qué te pones nervioso? Tonto.—Me hundí más en él apoyando mi nariz en su cuello, largó un suspiró pasando sus brazos por mis piernas y me acomodó para que abracé su cadera, dio unos pasitos para atrás así me bajaba de la mesada y yo me sujete fuerte a él para no caerme.—No me vas a tirar.—Largue una risa separándome de su cuello y sonreí.

— ¿Vamos a mi pieza? Quiero mostrarte algo.—Habló despacio mientras me dejaba suave en el piso, llevó su mano a mi mentón y sonrió, lo miré subiendo una ceja diciendo «¿Vos decís que tu abuela nos deje?»

— ¿Qué me querés mostrar?—Pregunté, sonrió y se hundió de hombros haciéndose el tonto, se río un poco y me hizo una seña.

— Mi porongaaaaa.—Habló alargando la última letra haciéndome reír, le pegué un palmaso en la nuca y negué con la cabeza haciéndome la indignada como si no quisiera verla.

Y obvio que si.

— Sos un re atrevido Valentín, chancho.—Me hice la diva y me separé de él girando los ojos, se rio agarrándome de la mano y entrelazándolas para empezar a caminar a su pieza, mientras yo veía como una sonrisa nuestros manos unidas.

— Abue, nosotros vamos a estar arriba.—Habló Valen parando en frente de ella un ratito, sonrió pícara y asintió haciéndole una seña a Valentín que me hizo reír.

— Ojo eh.—Amenazó en forma divertida e hizo otra seña para que salgamos de en frente de la televisión, Valen se río y empezó a caminar arrastrándome por casi toda la casa, nos metimos en un pasillo un poco grande en dónde había fotos re lindas de Valentín chiquito.

Tenía corte de tazón y parecía un nene hippie, me mataba las patillas, pero evite soltar algún comentario sobre eso.

Llegamos al final del pasillo y paramos en una puerta amarilla oscura, la abrió y entramos, yo curioseando todo, había postes de bandas de rock nacional pegados, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, Las pastillas del abuelo, El Indio Solari, Charly Gracia, y muchas más. Era un poco grande su pieza, espaciosa y grande, tenía bastantes cosas, y no me di cuenta que se separó de mi hasta que se sentó en un banquito con un teclado.

Sonreí acercándome a él y apoyé mis manos en su hombros abrazándolo por ahí.

— ¿Sabes tocar?—Pregunté con una sonrisa, nunca me imaginé a Valentín tocando algún instrumento, pero me di cuenta que también tocaba la guitarra, porque había una en la esquina de su pieza.

Levanto la cabeza quedando en una posición rara, yo más alta y él con la cabe tirada para atrás y mirándome con una sonrisa, no me importaba, desde acá se veía tan hermoso que me daban ganas de comerlo a besos.

— Un poco, blues mas que nada.—Habló con la misma sonrisa, volvió a sentarse bien y se acomodó en un costadito del banco, haciéndome una seña para que me siente a su lado.

Sonreí y me senté mirándo lo que iba a hacer, largó un suspiro y giró su cabeza para verme también.

— ¿Querés ver?

— Si, obvio, dale.—Hablé emocionada, sonrió y acomodó sus manos para empezar a tocar, y no podía creer lo bien que lo hacía, el ritmo que le daba y no sabía que me gustaba más, escucharlo o ver las caras que hacía cuando movía sus manos.

Me quedé embobada, mirándolo como pelotuda, amaba verlo, se había convertido en una de mis cosas favoritas, escucharlo y mirarlo. Estuvo tocando mucho tiempo, pero no me cansé nunca de escucharlo y me frustró un poco cuando paró porque ya le dolían los dedos.

— Te gustó.—Aseguró cuando me vio con una sonrisa enorme en mi cara, sonreí y asentí con la cabeza desesperada, largue una risa y me tiré arriba de él para abrazarlo y darle muchos besos en la cara.

— Me encantó, tocas hermoso, quiero escucharte toda la vida.—Hablé un poco apurada, causando su risa, me agarró de las mejillas acercándo sus labios a mi cara y me dio un beso en la mejilla, y uno largo en la comisura de mis labios que me hizo sonreír mucho.

— Me encanta que te encante.—Dijo mordiendo su labio, lo miré a los ojos y sonreí, que hermoso era ese color azul claro y brilloso, me hacía tan bien mirarlo que no sabía como dejar de hacerlo, no podía.

Después de que me haya mirado un poco se paró del banco y me agarró otra vez de la mano para que me pare con él, caminó hasta su cama y se sentó al borde haciendo una seña para que me siente arriba suyo, la re pensé, pero lo terminé haciendo, mirando sus facciones y bajando disimuladamente la vista a sus labios.

— ¿Qué miras tanto?—Habló divertido, apretando sus manos en mis piernas y riendo un poquito.

— Nada, me parece raro que antes te miraba y quería vomitarte la cara.—Hablé largando una risa cuando me puso cara de culto.—Pero ahora no, te banco más.

— ¿Sólo me bancas?—Preguntó haciendo puchero, y otra vez, mi vista fue a sus labios gruesos y anchos, asentí con la cabeza.—Porque yo te quiero, mucho, ¿Vos no?—Murmuro en voz baja, sonreí mirándolo a los ojos y lo agarré de las mejillas, acariciándolo.

— No sé, lo tengo que pensar.—Mordí mi labio molestando, fruncio el ceño indignado y suspiró como diciendo «bue», me reí y dejé un beso en la punta de du nariz.—Yo también te quiero Valen.

Me miró con una sonrisa y mojó sus labios despacio, como si quisiera llamar mi atención, y lo hizo, no podía olvidarme de ese roce casi beso que me dio en la cocina, sacármelo de la cabeza era imposible y más ahora que lo tenía tan cerca, a él y a sus labios.

Abrí los ojos alarmada cuando se acercó más a mi cara, largando un suspiro que chocó contra mis labios, tragué saliva nerviosa e intenté controlar mi respiración.

— Si me vas a mirar los labios, dame un beso aunque sea.
























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venía bien la fic así pero la rE cague con este cap jeje :(

x eso m voy d wattpad eeeaaa

bueno lxs amo y capaz q hoy tmb actualice datos CAPAZ ahre <3

lxs tkm <3

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