¡NYA!| Proyecto ZRin [LEER DESCRIPCIÓN Y ÚLTIMA PARTE]

11. Tarde de Juegos

Corrí dentro del salón de clases, prácticamente tirando la puerta abajo--¡Lamento llegar tarde!--, exclamé intentando recuperar el aliento.

El profesor Sakuya me regañó antes de dejarme entrar, y cuando fui a sentarme, me di cuenta de que Rin no estaba en su asiento.

--Koizumi-san--susurré intentando llamar la atención de Hanayo.

--¿Sí?--susurró sin siquiera mirarme.

--¿Por qué faltó Rin?

Ella continuó medio prestando atención a la clase--Dijo que estaba resfriada, se va a quedar en cama hasta mañana.

Dejé a Hanayo tranquila después de que me respondiera aquello, y volví a la clase.

"Debería salir antes para ir a verla", pensé mientras jugaba con una lapicera "Después de todo le prometí una cita y eso le voy a dar".

El resto de la clase me la pasé ideando cosas que hacer, esperando impaciente el final del día.

Apenas escuché el timbre guardé todas mis cosas rápidamente y corrí en dirección a la salida.

Pasé junto a algunas de las chicas, quienes me miraron muy confundidas, pero las ignoré totalmente, tenía que llegar a casa antes de que mi tía volviera al trabajo.

Casi me caigo en el camino varias veces, pero logré mi objetivo, alcanzando a mi tía en la puerta.

--¡Tía!--dije jadeando--¿Dónde vive Rin?

--¿Hoshizora?--su mirada confusa se volvió enigmática--, dejame pensar...--, tras un par de segundos comenzó a darme las indicaciones.

Le agradecí y entre a mi casa, rápidamente tomé una toalla junto a algo se ropa al azar, para después meterme en la ducha. Me vestí un poco más tranquilo al salir del agua, cuando terminé con eso salí de la casa, caminando por la calle mientras escuchaba algunas de las canciones de las Musas.

"No están nada mal", pensé al girar una esquina "De hecho me gustan mucho"

Me paré frente a la casa de Rin, según las indicaciones de mi tía esa debía ser su dirección, el cartel que decía "Hoshizora" me lo confirmó totalmente.

Toqué el timbre con los nervios por el cielo, dando pequeños saltitos para intentar calmarme, hasta que después de unos segundos una Rin en pijama me abrió la puerta.

Estaba despeinada, y con un rostro adormilado, aunque al verme se sonrojó totalmente--¡Zaril-Kun!--, exclamó cerrando la puerta al instante.

Me reí antes de volver a tocar el timbre--¡Rin! ¿estás en casa?

La puerta se entre abrió y pude ver a la pelinaranja mirándome con sospecha--¿Cómo supiste dónde es mi casa?--, entrecerró sus ojos al decir aquello.

--Mi tía me dio indicaciones, además tu apellido está escrito ahí adelante--Señalé el cartel que estaba en la entrada.

Rin asintió sin quitar su mirada de sospecha--¿Por qué viniste?

--¿Acaso no puedo venir a ver si mi amiga está bien?

Rin se sorprendió y luego me mostró una amplia sonrisa--¡Claro que sí nya!

La puerta se abrió por completo, invitándome a pasar.

Subimos a su cuarto a paso lento, dándome tiempo de pensar lo que había hecho, "Quizás no debería haberme saltado la práctica", pensé mientras mis mejillas se enrojecian al entrar al cuarto de Rin.

--Que mal que no podemos ir al cine nya, quería ver una película--dijo la chica gato antes de tirarse sobre su cama.

Yo me senté en un cojín grande frente a ella--Todavía podemos divertirnos, para eso mismo vine--, busqué en mi mochila hasta sacar un mazo de cartas--, ¿lista para divertirte?

Rin asintió quitándome las cartas de la mano--¡Más que lista nya!

La tarde pasó rápidamente entre muchos juegos, desde partidas de poker donde pude ver a Rin intentando ocultar su emoción, hasta un divertido juego de tirar las cartas como si fueran shurikens.

Ya para cuando empezaba a atardecer yo estaba recostado en el suelo rodeado de cartas, mientras que Rin jugaba con un as de corazones sobre la cama.

--Hey Johnatan--susurró Rin.

--¿Si?

--Gracias por venir, fue divertido.

Sonreí ligeramente mientras miraba al techo--Cuando quieras, después de todo para mí también es divertido--, tomé una carta que estaba al lado mío y se la tiré, aunque no le pegué llamé su atención--. Ya debería irme, es tarde.

Rin asintió con una sonrisa--No te preocupes por mí, ¡mañana ya voy a estar bien nya!--, sus palabras me hicieron sonreír al igual que ella.

Me levanté para ir hacia la puerta principal, acompañado por la pelinaranja. Nos despedimos y luego me fui de regreso a mi casa, con una sonrisa enorme en mi rostro.

"Sin duda fue divertido", pensé a mitad de camino, pensando en todo lo que había hecho, y distrayendo a mi mente lo suficiente para no recordar el pasado.