14. Llanto

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Caí al suelo de rodillas junto a Rin y Kana, ambas estaban abrazándome muy fuerte, las lágrimas de mi rostro afligido demostraban lo destrozado que estaba, mientras que el resto de las chicas eran sorpresa pura.

Tres horas antes...

Kana me saludó desde la puerta mientras yo me alejaba, teníamos una práctica de fin de semana, y Rin me había dicho que podía guiarme, así que me dirigí a su casa.

En el camino dejé escapar varios bostezos, y luego comencé a pensar en la canción, ya habían pasado varios días desde que "terminé" de escribirla, pero sentía que algo le faltaba, no expresaba todo lo que yo quería, "¿Es la forma en que la escribí? ¿O me faltó algo?", llegué a la casa de mi amiga con las vista algo difusa por el cansancio.

Toqué la puerta sin quitarme esas dudas de la cabeza. La madre de Rin me recibió con una sonrisa, como ya era habitual, y me quedé esperando a la pelinaranja en la sala. No tardó mucho tiempo, así que salimos rápidamente hacia las escaleras donde practicaban las musas.

--¿Estás bien Johnatan?--me preguntó Rin al ver mi aspecto cansado.

Asentí sin dejar de caminar--Claro, solo tengo que... dormir un poco más--, otro bostezo interrumpió mi frase, convenciendo a la pelinaranja.

Volví a pensar en la canción, buscando cuidadosamente el motivo de mi inseguridad, pero no conseguía descifrarlo por más que lo intentara.

Ya cuando comenzaba a frustrarme Rin habló--¿Vamos al parque nya?

Le di una media sonrisa para afirmar, y luego la seguí hasta el pequeño parque. Ya era bastante habitual ir ahí para mí, no solo acompañado por Rin, sino por Kana, salía con ella al parque prácticamente a diario.

Me senté en un columpio todavía buscando la razón de que mi canción no estuviera bien, mientras veía a Rin corriendo detrás de unas aves.

Me reí ligeramente, llamando su atención--¡Vamos Zaril-Nyan!--, gritó moviendo su mano para que me uniera a su juego.

No lo dudé ni un segundo, y corrí detrás de ella, aunque esta vez yo la perseguía mientras se escapaba de mí.

--¡Te voy a atrapar!--le grité riendo.

--¡Nunca nya!

Aumenté mi velocidad, acercándome cada vez más a mi presa, pero los felinos son muy veloces y ágiles, la vi escaparse de mí en tan solo un par de segundos.

--¡No se vale Rin!--reí cayendo al suelo por el cansancio--, ¡no soy tan rápido!

Ella se asomó por detrás de un árbol, como escondiéndose de un depredador--Entonces no vas a poder atraparme--, canturreó victoriosa.

Me paré nuevamente debido a sus palabras, eran un desafío, y yo nunca rechazaba un desafío.

Rin se escondió detrás del tronco y cuando me acerqué para atraparla, ella ya no estaba ahí. Confundido miré a mi alrededor, hasta que escuché una risa pícara detrás mío. Al darme vuelta Rin se abalanzó sobre mi, cayendo ambos al suelo, ella sentada sobre mi.

--Gane otra vez nya--rió mientras respiraba de forma pesada.

Yo sonreí, intentando recuperar el aliento--Te dejé ganar... otra vez--, reí un poco y luego me relajé.

Mi vista se dirigió al cielo, al igual que la de Rin, ambos veíamos las nubes, buscando formas para reír un rato. Pasamos unos minutos así, hasta que recordé que debíamos ir a la práctica.

--¡La práctica!--grité, asustando a Rin en el proceso.

Me levanté apurado, al igual que Rin, y comenzamos a correr hasta el templo.

Llegamos muy tarde, y como no, Umi nos regañó muy enfadada, secundada por Rika.

--¡¿Enserio perdían el tiempo en un parque mientras nosotras nos esforzabamos en practicar?!--dijo Umi con una mirada severa.

--¡Perdieron una hora completa!--exclamó mi compañera--, ¡van a compensarlo quedándose una hora más!

Rin y yo asentimos sin mucho problema, después de todo fue nuestra culpa quedarnos en el parque y llegar tarde.

Comenzamos a estirar luego de eso, recuperando el tiempo perdido en un dos por tres, después de todo Rin era de mucha ayuda en los calentamientos y las prácticas.

Alcanzamos a las demás para poder ir a la par, mientras tanto yo volví a pensar en la canción puesto que no todavía no encontraba una respuesta.

"Quizás es porque falta la música, o tal vez el título", mis pensamientos fueron interrumpidos por una voz aguda.

--¡Johnatan!--gritó mi hermana, mientras corría en mi dirección con un estuche en sus manos.

--¡Kana!--le devolví el saludo con los brazos abiertos.

Ella saltó moviendo el contenedor con habilidad para no romperlo, cayó en mis brazos en un abrazo.

--¿Estás bien?--me preguntó al verme, probablemente porque me encontraba sonrojado debido al entrenamiento.

Asentí sonriendo ampliamente--Déjame que te presente a mis amigas--, comencé a nombrar a cada una de las chicas--... y ella es mi hermana.

--Mucho gusto, soy Kana--dijo mientras saludaba con su mano de forma amistosa.

Todas sonrieron y comenzamos a hablar de estupideces, desviándonos totalmente de la práctica. Las risas se escuchaban a cada segundo, hasta que todo se arruinó con una pregunta.

--¿Y que traes en el estuche?--preguntó Honoka con mucha curiosidad.

Kana le mostró una sonrisa triste, y mi corazón se paró por un instante puesto que sabía lo que se aproximaba.

--Es mi violín--abrió el estuche con los ojos cristalizados, sacando el instrumento--, estaba buscando una tienda de instrumentos para comprar una cuerda que rompí--, algunas lágrimas comenzaron a recorrer su rostro y yo me acerqué para abrazarla.

--Tranquila hermanita, la cuerda no es tan importante.

La pelirroja me empujó con fuerza al escucharme y dejó el violín a un lado, su mirada estaba entre triste y enfadada ya que no había elegido bien mis palabras.

--¡¿Qué no es importante?!--sus lágrimas caían descontroladas a pesar de que estaba furiosa--¡Era la última cuerda que me regaló mamá! ¡Ya no me queda nada de ella!--gritó dándome un golpe en el pecho.

Me quedé mirándola sin decir nada, acercándome lentamente hasta volver a abrazarla aunque me empujara--Kana, la cuerda no es lo importante, importa lo que las conectaba a ustedes dos, y eso es la música, no la cuerda, ¿me equivoco?--, comencé a llorar mientras la abrazaba.

La pequeña me devolvió el abrazo, provocando que reviviera los recuerdos de aquella noche.

La sangre que caía se veía hermosa, reflejando las luces de la ciudad, mientras que al ver el cielo todo se volvía más oscuro. Mantuve mi vista en la sangre todo el tiempo que pude, observando como un pequeño río carmesí formaba un charco en el suelo.

--Los extraño mucho--las palabras de Kana quebraron algo dentro de mí, mi llanto aumentó, y mis recuerdos se volvían más vívidos.

Una niña pelirroja entró en mi habitación de forma sileciosa, el ambiente lúgubre y oscuro era sin duda agobiante para ella, pero nada más podía hacer, había faltado al funeral de mis padres, y esa era mi forma de no olvidarlos.

Una calidez extraña me devolvió a la realidad, Rin estaba abrazándome--Todo va a estar bien, no entiendo que pasa, pero sé que todo va a estar bien--, al no escuchar sus "nyas" me di cuenta que estaba realmente preocupada por mí.

Las lágrimas aumentaron, acompañadas por sollozos. Caí de rodillas al suelo junto a mi hermana y Rin, quienes no dejaron de abrazarme, mientras que el resto del grupo solo podían mirarnos asombradas.

¡NYA!| Proyecto ZRin [LEER DESCRIPCIÓN Y ÚLTIMA PARTE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora