Lavine

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-Dos meses después mi madre se suicidó por que aún no podía soportar la idea de que su hijo había fallecido y como lo deduje toda la culpa me la echaron a mí.  "Por salvarme a mí él murió ". -suspiró- Cuando el murió todos nuestros secretos se fuero a la tumba junto a él. Jamás traté de hacerlos entender la verdad por que era en vano gastar mi saliva debido a que son tan tercos... tú lo viste, ya pasó tiempo e incluso me fuí para ellos tuvieran un respiro y no les importó.

-Wao, pues... no se que decirte, sólo te ofrezco una disculpa si algún día te juzgué sin conocerte.

-No es necesario que te disculpes, no lo hago por darte lástima o hacer que te sientas mal. Sólo es para que sepas una de las razones por la cual no puedo convivir con lo que queda con mi familia, he aprendido a ser fuerte y me alegro que estés aquí para poyarme.

-Siempre lo estaré.- dije sobando su cabecita mientras pasaba mi mano atrás de su cuello sonriendo para él.

-Ven, quiero que vayamos a un lugar.

Caminamos hacia un edificio algo viejo de color celeste y me di cuenta que era una pista de hielo muy enorme.

-Cuando era pequeño pasaba mucho tiempo aquí- dijo mientras me daba un par de patines.

-Yo... no se como usarlos.

-Vamos, te voy ayudar.

Me los puse y entoces el tomó mi mano tratando de caminar, fue algo difícil, pero el me sostuvo para que empezara a poder deslizarme un poco.

-Sòlo tienes que tener un poco de equilibrio y respirar, cálmate y déjate llevar por el impulso de sostener ti mismo.

Hice lo que el me dijo, pero en menos de dos segundos mi columna dolió por que me dí un duro golpe al caer.

El se preocupó yendo hasta mi, pero después empezó a reírse debido a mis muecas de dolor haciéndome sentir avergonzado.

Parece que así como ambos tenemos debilidades ambos teniamos fortalezas y entonces supe que todo ese tiempo viví al lado de una persona perseverante por que él no se cansó hasta que ambos pudimos avanzar un metro solos. Yo me sostenía de su mano mientra me miraba diciendo "Aquí estoy contigo" sin usar palabras.

Talvez el sólo hubiera querido que yo lo apoyara en sus sueños así como sus padres no lo hicieron en un principio.

Yoongi había pasado por mucho y  aún así se comportaba frente a mí con una dura coraza fingiendo ser alguien que no era y me alegraba haber podido descubrir su verdadero ser porque él era increíble.

-Dios... voy a descansar, necesito respirar.- dije fingiendo mientras el me sentaba en una banqueta al arilla de la pista, pero yo lo único que quería era verlo patinar sin ningún inconveniente como yo.

Y entonces lo ví, empezó a moverse como una ada de un lado a otro deleitandome con tal vista placentera de su hermosa figura pequeña haciendo giros y volteretas en el aire, él...  enserio parecía una hada.

Hubo un momento en que él me sonrió y se río al verme con mi boca abierta y me avergoncé, pero sonreí y aplaudí para él. No se si estaba haciendo bien, pero hacía lo que podía y sabía que él lo sabía y aunque no me lo agradecía yo me sentía satisfecho de poder apreciar ese lado de él, sin lugar a duda jamás olvidaría ése día, pasaron muchas cosas en tan poco tiempo y siento que me sentí orgulloso de poder decir que él estaba conmigo.

¿Será que algún día podríamos llegar a nuestro límite de conocimiento debido al otro?

¿Cómo era posible que ante mí el mundo podía congelarse en una imagen tan idónea?

¿Existia alguna razón presente para poder describir como mi corazón latía por él?

Tenía tantas dudas pero la más principal era ¿Cómo es que sus labios se sentían tan bien mientras sudaba después de haber terminado su seción de patinaje?

-Tenía tanto tiempo de no hacer algo así que siento que han pasado mil años- dijo sosteniéndose de mis hombros mientras respiraba un poco.

-Así veo, parece que haz hecho unas veinte flexiones.

-Ahora que hablas de eso, tengo tiempo de no verte hacer ejercicio ¿Qué pasa con mi Jungkookie?

-¿Para que haría ejercicio, si un polvo mañanero equivale a cien sentadillas?

-Ya vas.

-Es cierto- empezamos que reír- aunque no me molestaría hacerla mientras estas arriba de mí ¿Qué dices?

-No suena mal, ya me excité.

Lo tomé de la cintura estampando mis labios con los suyos con sartas ganas, empezando a morder su labio inferior haciendo que sacara unos cuantos gemidos, pero nos separamos cuando vimos a una pareja de chicas ingresar  a la pista de hielo y el empezó a quitar sus patines para salir en dirección de  la calle.

Jamás imaginamos que la lluvia empezara a caer, yo tomé mi chaqueta e iba a ponerla para que  el nose mojara pero su mano me detuvo.

-Pero vas a resfriarte.

-No es nada malo enfermarse por algo tan sencillo, sólo... déjame disfrutar de la lluvia.

La lluvia empezó azotar fuerte mientras nuestras quijadas temblaban debido al frío, pero luego empezamos a saltar en los charcos llenandonos de lodo sin importarnos nada, reímos como dos niños jugando en la lluvia tomados de la mano mientras nos robábamos besitos de vez en cuando perdidos en nuestro único mundo que yo pedí en mi interior que jamás se acabara.



Mi Querido Acosador • [Kookgi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora