Capitulo 14

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Luego de dejar al pequeño Noah en la escuela, ademas de muchas recomendaciones a la maestra, Elliot pidió a Tony, el chofer que había contratado, que los llevara a la jefatura.

-¿Cuando te darán la respuesta del traslado? - preguntó Liv cuando Tony estacionó el auto.

-Tal vez esta semana. A lo mejor tenga que ir para dejar todo en orden unos días.

-¿Unos días? - se desanimó.

-Te llevaré conmigo. A kath le encantará ver a su madrina y a Noah.

-¡Si! Ell, es una buena idea, quiero conocer a la bebé.

-¡Perfecto! Te llamaré cuando me den la respuesta - beso su frente. Tony salió del auto para darles privacidad.

-Ya tengo que irme. Ell, gracias por este increíble fin de semana.

-Es el primero de muchos - acercó sus labios a los suyos, la besó muy tiernamente.

-No quisiera irme - dijo bajito cerca de sus labios - ¿qué harás ahora?

-Voy a mi departamento a organizar algunas cosas - besó sus manos cuando estaba por salir - te amo.

-Te llamare más tarde - retrocedió y lo besó nuevamente. Acomodó su bolsa en su hombro, se puso sus lentes y apretó las carpetas que llevaba.

Elliot se cambió al puesto de adelante del auto y rápidamente bajó el vidrio.

-¡Oye! - dijo cuando ella estaba en la mitad de la acera.

-¿Qué? - se giró para verlo.

-Estas hermosa - sonrió.

-Te amo.

-Te amo más. Esperaré tu llamada. Hasta entonces.

-Hasta entonces - le envió un beso en el aire y siguió su camino.

Elliot pidio a Tony que lo llevara a su departamento. Liv por su parte, entró muy sonriente a su Unidad, ya todos estaban en sus oficinas, llenando informes, la ciudad ha estado muy calmada las ultimas semanas por lo que no había mucho que hacer más que papeleo.

-¡Buenos días, muchachos! - saludó caminando frente a ellos.

-¡Buenos días, Teniente! - respondieron muy amablemente.

-¿Qué tenemos? ¿alguna novedad?

-No, Teniente. Todo ha estado muy calmado - dijo Carisi, llevaba dos tazas de café, puso una de ellas en el escritorio de Amanda.

-¡Gracias! - le sonrió - ¡Si! Casi no reconozco esta Ciudad.

-¡Muy bien! - dio vuelta - ¡Ah! ¿donde está Fin?

-En la corte, volverá en... - miro el reloj en su muñeca - media hora.

-Cuando este aquí, por favor, le dicen que lo espero en mi oficina y que nadie nos interrumpa ¿entendido?

-¡Si, Teniente!

Tomo café y una dona de chocolate de la pequeña cafetería que tenían dentro de la Unidad, de nuevo pidió no ser molestada hasta que Fin llegara y se encerró en su Oficina.

Era casi mediodía, la Teniente tenía un campo de batalla en su escritorio; papeles por todos lados. No había terminado su dona y su café ya estaba frío. Luego de casi haber terminado de llenar múltiples informes, abrió su laptop, sacó otros documentos de uno de los cajones y comenzó a revisar un caso de la semana pasada, se estaba concentrando mucho, tanto así que no sentía su celular vibrando a su lado, cuando se dió cuenta, lo tomó con rapidez sin mirar el nombre.

La Octava CartaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora