Elliot y Noah cantaron a todo pulmón en el auto las letras infantiles favoritas del pequeño, tenían una gran algarabía.
-Un poco más y me dejan sorda - bromeó un rato después de haber bajado del auto.
- No puedes negar que cantamos como los dioses ¿cierto Noah?... Noah...
El niño parecía absorto, ¿y cómo no?, su atención estaba en una niña a unos metros de donde se hallaba con sus padres, dedujo que era nueva puesto que era la primera vez que la veía. La niña estaba en el centro del campo, sola, no llevaba uniforme, su cabello era muy largo y tan rubio que brillaba, a su lado tenía una pequeña mochila rosa, estiraba sus piernas a la altura de su cabeza, ¿qué está haciendo? ¿acaso, baila?
-Wao - murmuró para sí mismo.
-Noah... cariño te estoy hablando - Elliot se agachó a su lado - ¿qué estás mirando?
-Oh, papá. ¿qué me decías?
-¿Qué sucede?
-Nada, papi - volvió a mirar a la niña - ¿crees que sea nueva?
-¿Quién? - aprovecharon para platicar en lo que Olivia atendía una llamada.
-La niña del morral rosa y cabello rubio.
-¡Ah! Tal vez, no trae uniforme.
-Parece elástica.
-Si. Baila muy bien, debe hacerlo desde hace mucho.
-¿Pueden haber niños bailarines?
-Por supuesto cariño.
Suena el timbre que da aviso que ya es momento de ingresar al plantel y a sus respectivas clases.
-Ya tengo que irme...
-Adiós cielo, te amamos - Liv besó su frente.
-Adiós mami, adiós papi. También los amo.
-Cuidate campeón - Lo vieron atravesar las puertas de la escuela con una gran sonrisa.
-¿De qué tanto hablaban, Elliot?
-Cosas de hombres, Olivia - dio vuelta riendo y se dirigió a la puerta del auto para abrirla - Madame.
-¡Gracias, gentil caballero! - subió no sin antes dejarle un cálido beso en los labios.
-¡Buenos días para todos! - saludó la maestra Nathalie al entrar al aula.
-¡Buenos días, maestra! - respondieron los niños.
-Apartir de hoy una nueva compañera nos acompañará en esta clase... Sammy, ¿puedes venir por favor?
-Si, maestra - se acercó la niña - ¡Hola, soy Samantha Roberts! Pero me pueden llamar Sammy. Soy de Chicago, mis papás y yo nos mudamos a New York porque mi papá tiene un mejor trabajo.
-¡Nos alegra tanto tenerre aquí! - sonrió - siéntate - observó el salón en búsqueda de pupitres vacíos - allá, delante de Noah ¿está bien?
-Si - tomó su mochila y se ubicó - Hola.
-Ho-Hola - saludó nervioso a su nueva compañera.
¿Pero qué es esto? Ella es la niña que vio en el campo fuera de la escuela, era mucho más bonita, ahora podía identificar el hermoso azul de sus ojos.
La maestra ordenó a todos sacar su libro de lectura y comenzaron la clase.
-¿Te parece si paso por ti para ir al almorzar?
-¿No me llevarás a un puesto de hot dogs verdad?
-¿Cuándo hice eso?
-¿Quieres que las enumere?
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La Octava Carta
General FictionElliot Stabler vuelve despues de siete años de no saber nada de el. Quiere recuperar a Olivia. Se han amado en secreto por mas de 12 años. El la dejo luego de asesinar a una adolescente en la Jefatura (Gena) tras un tiroteo que cobro la vida de una...