La Octava Carta

Capitulo 18

-Por nada, cariño - trato de sonreír - ven, dame un abrazo - dejo las cartas sobre la mesa, extendió sus brazos y lo abrazo lo mas fuerte que pudo - te amo pequeño.

-Yo también - acomodo su cabecita en su hombro - no me gusta que llores.

-No pasa nada cariño, no pasa nada.

-Si no tienes nada... ¿por qué lloras? - insistió.

-Solo... estoy feliz porque tengo una gran familia.

-Esas son lagrimas de tristeza, papi - acarició sus mejillas.

-Estoy bien - sonrió.

-¿Puedo ayudarte a preparar el almuerzo antes que llegue mami? Tal vez eso te anime.

-Es una buena idea - cargo al pequeño Noah y fueron a la cocina.

"(...)se le informa que no se acepta el traslado debido a la falta de personal calificado para estar a cargo de la Unidad(...)

Las líneas de la carta de repetían una y otra vez en su cabeza atormentandolo todavía mas.

"(...)El Capitán Adam Jones esta pronto a jubilarse(...)"

Saco los ingredientes para empezar a cocinar, aún no tenía claro que hacer.

"(...)le recordamos que sus vacaciones están prontas a expirar. Le recomendamos volver a Los Ángeles en una semana para que inicie sus labores como Teniente(...)"

-Volver - murmuró.

-¿Qué dices? - interrogó Noah.

-Nada, cariño - sonrió - ¿puedes sacar el pescado del refrigerador?

-Sip.

-Ten mucho cuidado.

-Aquí está - lo dejó en la mesa.

-¿Qué preparamos?

-Pescado con limón y plátano sofrito ¿te parece?

-Suena bien - rió.

Olivia terminó con sus pendientes en la Unidad y ahora se dirigía a su casa, aún le parecía mentira el hecho de que era la Capitana, la Oficial al mando, la Jefe. Se apresuro para llegar con su familia, tenía la duda sobre porque Elliot no le dijo sobre su cargo en Los Ángeles, pero esta vez, le daría al menos la oportunidad de explicar. Uso sus llaves, estaba ansiosa, al abrir la puerta sus sentidos captaron unos olores exquisitos y risas a carcajadas.

-Mmm huele delicioso - comento quitándose el suéter.

-¡Mami! - grito Noah y corrió para abrazarla.

-Hola Mi amor - lo levanto.

-Papi y yo hicimos el almuerzo.

-¿Ah si? - levanto una ceja - a ver si es cierto.

-¡Hola, Liv!

-Hola, Ell - beso sus labios.

-Llegas temprano, pensé que te quedarías hasta el medio día. ¿qué tal la reunión?

-Bien. Tratamos algunos asuntos de trabajo, ya sabes, casos pendientes - no creyó que fuera el momento de decirle la verdadera razón.

-¡Vamos a comer ya! Muero de hambre - dijo Noah.

-Buena idea cariño - toco su nariz con la punta de su dedo indice - sientense y ya les sirvo.

-¡SI! - corrió emocionado y feliz.