La Octava Carta

Capítulo 19

Solo el comentario hizo que Olivia saltara donde estaba, el hecho de que Elliot quisiera a su hijo como suyo al tal punto de hacerlo un Stabler con todas las de la ley, era muy especial

-Elliot... ¿es enserio? - se levantó rápido para verlo.

-Amor es enserio. Amo a Noah, tal vez es demasiado rápido pero, ese pequeño es mi hijo. No haré nada si tu no quieres - acarició su mejilla - quiero todo contigo.

-Eso sería increíble, Ell - sus ojos se llenaron de lagrimas - haces que nuestras vidas sean aún mejores. Me haces tan feliz.

-No, Liv, ustedes cambiaron mi vida - besó la punta de su nariz - te amo.

-Te amo.

-Después de tu nombramiento como la Capitana de Víctimas Especiales comenzamos los tramites de adopción... ¿te gusta la idea?

-¡Me encanta! - tomó sus mejillas y dejó un reguero de besos - pero...

-¿Qué?

-Sheila - soltó el aire retenido - no será sencillo.

-¿La abuela de Noah? No creo que se interponga en su felicidad.

-Pero...

-Ssshhh - puso su dedo índice en sus labios - calla, hablaré con ella, tenemos mucho tiempo para todo - se acercó a su boca y tiernamente la besó - la amo, Capitana.

-Y yo a usted, Teniente - susurró cerca de sus labios.

-Ven aquí, quiero abrazarte lo mas fuerte y nunca soltarte - besó su frente. Se volvió a acomodar en el sofá y ella hizo lo mismo pero se acostó en su pecho.

Veían una pelicula, pero en ese momento estaban mas concentrados en los labios del otro que en la pantalla.

Unas horas despues de que los creditos terminaron, decidieron salir a cenar fuera en un buen restaurante italiano, el favorito de Elliot.

El fin de semana se estaba pasando tan rápido. Ya el domingo estuvieron casi todo el día fuera, desayunaron en un restaurante cerca de central park, luego fueron a la feria donde Elliot ganó un bonito oso de peluche para Noah quien de inmediato lo llamó Cooper y aseguró que sería el mejor amigo de su elefante Eddie.

Luego fueron a cine, caricaturas, todo un día de diversión. Cenaron en una pizzería dentro del mismo centro comercial después de comprar unos cuantos juguetes para Noah.

-¡Fue un día increíble! - saltó el pequeño emocionado en la sala de su casa.

-Sí que lo fue - Olivia acarició su cabecita.

-Increíble que pude disfrutarlo con las personas que más amo - Elliot sonrió tiernamente y dejó un beso en la frente de cada uno.

-Ve a lavarte los dientes y colocate la pijama si mi amor.

-Si mami - corrió a su habitación.

-¡Ufff! - se dejó caer en el sofá - estoy muerta.

-También yo - se sentó a su lado - ¡Ah!

-¿Qué pasa?

-Me duele un poco la espalda - rió.

-¿Y por eso ríes?

-No, en realidad porque ya sé la razón por la que me duele - respiró ondo - tu.

-¿Yo?

-En los carritos, me golpeaste con toda.

-¡Ups! - soltó una carcajadas y movió su cabeza hacia atrás.

-¡Ah si! ¿te parece muy gracioso?