Capítulo 11

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-Vaya Allison, ¿tú también por aquí? -Pregunta Leila, ahora más enfadada que curiosa, pues gran parte de sus amigos conocían ese mundo y no se habían dignado a decirle nada.

-Sí, bueno... Es una chica que siempre se ha enterado de todo, y eso va muy bien cuando hay que ir de misión. Ella es nuestra encargada de comandarnos a donde se nos necesite. -Contesta Ben.

-Además, me encanta el “fut-lobo”. -Dice Allison mientras se seca el sudor de la cara con una toalla. Como si esto no fuese nuevo para Leila, además de desconcertante.

-Pues, ¿alguno de vosotros podría haberme dicho algo sobre el mundo magii, no? -Dice Leila, más enfadada que curiosa. Sabe que no le podían decir nada pero igualmente le molesta al ser la única que no sabía nada.

Leo le toca el brazo y le mira a los ojos. En esos dos espejos verdes pudo ver algo que jamás había visto en el: preocupación, tensión, amistad y… alivio, pensó ella. Seguro que para él había sido difícil pensar que ella no estaba allí con ellos para ayudar al mundo. Ese lugar era fantástico, una mezcla de tecnología avanzada con magia e historia antigua. Ahora, estaban juntos y a salvo, y seguro que todo iría bien. -¿Crees que si yo te hubiera contado esto, me creerías?- Pregunta él, sacándola de sus pensamientos.

Aunque a ella le gustaría pensar que sería al revés su respuesta es clara en un porcentaje muy alto -Supongo que no.

-Pues no le demos más vueltas. -Y se levantó -¿A quién le apetece un frontón?

-¿Y cómo funciona esto? -Pregunta Leila (otra vez desconcertada). Ahora vestía una armadura azul y dorada, a conjunto con su “espada”, Cambiante, y miraba a la pared de lava que tenía en frente. Todos llevaban sus respectivas armaduras y tenían sus armas en mano: Leo y su estoque, Ben y su mega espada, Alex con una gran maza y Selena  y su lanza. Allison se había ido a duchar.

-Es fácil. -Dice Selena.  -Tienes que darle a la esfera con la espada y procurar que no caigas del barranco de 5 metros de ancho en el que estamos, y evitar que la pelota caiga durante tu turno o no rebote en la lava seca que cae. Si la pelota o tú os caéis, quedas eliminada.

-Con esto practicas los reflejos, la destreza con el arma y la magia. -Dice Leo.

-Magia ¿Cómo?

-Pues la pelota es una carga de hechizo neutra. Puedes encantarla para que rebote con efecto o suelte una llamarada al siguiente que le toque.

- ¿Y cómo se supone que haré eso? ¡No sé nada de magia!

-Pues es hora de que aprendas la primera ley de la magia. -Dice Leo, y en ese instante la pelota aparece delante suyo, y sé prepara pata darle.

-¿Cuál es? -Pregunta ella nerviosa i incrédula.

-¡Creer que cualquier resultado es posible y hacer que suceda! -Dice antes de golpear la pelota.

Nada es lo que esDonde viven las historias. Descúbrelo ahora