-Vaya con el culazo que me has hecho dar -Le dice Leo a Leila. -Ha sido un gran truco, ¿Cómo lo has hecho?
-Pues no ha sido magia.
-¿Entonces que ha sido?
-El simple hecho de que en deportes nunca me ganarás.
Todos se ríen con ganas. Han salido fuera del edificio del COMI y se dirigen hacia un gran carruaje descubierto, tirado por dos criaturas con cabeza y alas de águila, y cuerpo de león.
-Este es nuestro coche de grupo. Los dos grifos sirven en caso de guerra, pero creo que encontrarás el carruaje de lo más confortable. -Dice Ben.
-Y… ¿A dónde vamos? -Pregunta Leila.
-Hay que hacer el rito de entrada al mundo magii, pero debe hacerse bajo el astro que rija tu mes.
-¿Qué?
-Es muy sencillo. -Explica Leo, mientras que Leila piensa desesperadamente que todo para él es sencillo a su manera. -El año se divide desde tiempos inmemoriales en dos fases, regidas por el sol y la luna. De septiembre a abril la luna rige el cielo, los meses fríos, y de abril a agosto el sol cumple su función. Estos dos astros alcanzan Su momento de poder máximo durante los equinoccios de otoño y primavera, en noviembre y mayo respectivamente, y eso hace que los magii qué nazcan cerca de esa fecha tengan más poder sí el astro de su mes está en el cielo. Naciste en agosto, así qué te rige el sol. Hasta qué no sea de día no podemos ir al templo.
-¡Pero sí ya es de día! -Protesta Leila.
-Sólo en el este, en el oeste es de noche. -Dice Alex -¿Ves? Allí está oscuro. Aquí los días se dividen en 4 fases, de 6 horas cada una: día, día-noche, noche y noche-día. Así qué más o menos, nos quedan unas 2 horas largas para ir al templo magii y hacerte magii de pleno derecho.
-¿Qué haremos de mientras?
Selena sonríe y mira a Leo:
-Eso de antes, ¿nos dará tiempo?
- ¡Pues claro!
-Entonces… ¿Habrá que ir ya no?
-¿Dónde? -Pregunta Leila.
-Iremos a casa, nos ducharemos, y te enseñaremos a ir de compras al estilo magii.
Lo único en lo que Leila pudo pensar en ver la casa fue: Versalles, te has quedado pequeño.
Habían volado y corrido por carreteras a partes iguales y habían llegado a lo alto de una colina qué se extendía hasta donde alcanzaba la vista, Pero más allá, tras un acantilado, estaba el mar. La casa ocupaba toda la explanada.
Tendría 4 pisos de alto y estaba pintada de blanco, y el tejado inclinado era azul turquesa. Los ventanales estaban decorados con todo tipo de flores, y las puertas eran tan grandes que un elefante podría pasar sí tener problema. Un caminito de piedras, rodeado de árboles frutales daba a esas puertas, enmarcadas por dos grandes columnas griegas que, raramente, quedaban perfectas. El jardín estaba perfectamente cuidado: árboles con flores y frutas de colores y formas inimaginables, alternados con fuentes y estatuas clásicas, y a un lado había un patio envuelto en enredaderas, con una bonita mesa de mármol en medio, en el que sería perfecto tomar la merienda o un refresco. Después pasaron al interior. La casa tenía 5 alas, igual de grandes e igual repartidas, una para cada uno. Cada ala constaba de: un gran vestidor/armario, el dormitorio, grande como toda la casa de Leila, un baño decorado al estilo de cada uno, una habitación para ver la televisión o escuchar música (con instrumentos de verdad) y una habitación que cada uno tenía a su manera: Ben, un lugar para ordenadores y videojuegos; Leo, un gran estudio de arte; Alex, un gimnasio; Selena, un lugar con todo tipo de material para hacer pasteles.
-La quinta ala será para ti. Después de las compras la decoraremos ¿Vale? -Dijeron las chicas a Leila. Aparte de las alas de cada uno, la casa tenía un gran comedor, una sala de baile, una piscina interior, una sala de reunión del equipo para misiones magii, una cocina y una sala de estar común.
Puedes ducharte en la ducha de invitados, de aquí a media hora -Anunció Leo -salimos para comprar.
-¿Media hora? ¿Estás loco?
- Tranquila, dentro de los baños el tiempo no pasa.
Al cabo de media hora, todos estaban duchados vestidos y en la sala de reunión
-Toma, el kit para misiones en el mundo humano: gafas para aparentar la edad que desees: te las pones pero no se ven; esto es una pegatina de Babel: es como un tatuaje temporal, Lo mojas y Lo pegas a la piel: te permitirá hablar cualquier lengua; Por último, los documentos de viaje que cambian a voluntad, para coger aviones humanos, y ¡ah! La tarjeta de crédito sin límites, para comprar lo que quieras.
- Pues creo que voy a fundirla....
-Eso haremos todos en este viaje. ¿Vamos pues?
-¿Cómo? ¿Dónde?
-¿Dónde? A París, capital de la moda. ¿Cómo? A través de un espejo, por supuesto.
ESTÁS LEYENDO
Nada es lo que es
FantasíaLeila Moon, una adolescente normal de 15 años, se ve arrastrada a un mundo paralelo en el que la magia existe, las leyedas y mitos corren por sus anchas por el mundo y una raza de humanos, llamdos "magii" se ocupan de que éstos no ataquen al mundo m...