Mensaje transmitido a través de la piel.

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En todo el tiempo que llevaban conviviendo juntos, Sakura apostó a que nunca lo había visto así.

Fue forzada a caminar fuera del bosque, dejando atrás a un adolorido enemigo. Cuando estuvieron lo suficientemente lejos del punto del cataclismo, poniendo pie en un terreno seguro, Sasuke la soltó para encararla. Ella parecía en otro mundo, él al principio pensó que lucía así debido al arrepentimiento, pero cuando miró esos ojos, discernió una honda mirada de frustración.

La mandíbula del varón temblaba al recordar la escena. Su entrenamiento había sido terminado más temprano por órdenes del líder, al parecer, tenía una sorpresa para los niños. La actividad se pospuso, Sasuke pensó en llevar a Sakura a la cascada para que fuera a explorar sus hierbas, pero cuando regresó, ella no estaba. Preguntó por su paradero a las chicas, pero nadie la había visto. Su desesperación comenzó, pero alguien apareció a tiempo para calmarla. Al parecer, Sakura no había sido tan precavida. Bukai, una dulce pequeña pelirroja de nueve años, mientras sostenía su conejo de peluche, asustada corrió tras Sasuke para confesarle el secreto al oído. "Sakura-san corrió al bosque malo".

Tuvo un recuerdo cristalino. De ella pidiendo ir a explorar más allá, y de él rehusándose por obvias razones.

No habían sido tan obvias para ella, al parecer.

Atormentado por la preocupación, su cuerpo se exigió el triple al correr fuera de la aldea. Cuando la encontró, pensó que era tarde, pero cuando la vio sana y a salvo, el alma le volvió al cuerpo.

Ella había faltado a sus órdenes, poniendo en riesgo su vida por un capricho.

Se desordenó el cabello, intentando mantener la poca calma que en él quedaba. Sus ojos inyectados de coraje encararon los verdes, que, extrañamente, parecían estar en las mismas condiciones.

—¡¿Qué mierda crees que haces?! ¡¿A qué estás jugando?! —Bramó Sasuke.

Para su sorpresa, ella brincó a la defensiva.

—¡¿Qué has hecho tú?! —Gritó, frustrada. —¡Yo podía con él! ¡Nada iba a pasarme!

Sasuke la miró con extrañeza, como si ella hubiera dicho la mayor ridiculez de la historia. Soltó una risa llena de ironía, se estaba burlando con ganas de herirla.

—¿Que ibas a qué? ¡No seas inconsecuente, Sakura!

—¡Podría haberlo hecho!

—¡Deja tus malditos juegos! —Y Sasuke, dominado por la ira, la sostuvo fuertemente del brazo mientras escupía las palabras que pisotearon el orgullo de la suberu.

—¡No hay nada que alguien como tú pueda hacer! ¿Lo entiendes? ¡Sé menos estúpida y no intentes ponerte al nivel de un hombre!

Sakura quedó atónita. Sus ocelos se mostraron asombrados y se humedecieron, no precisamente de tristeza; la rabia la estaba consumiendo. Ella tenía secretos, unos que no podía revelar. Por eso, no quedó más remedio que morderse la lengua. Solo lo miró, una fría tan mirada que caló los huesos del Uchiha.

—No sabes nada, Sasuke. —Masculló, dolida. Y su silueta se perdió tras sacudir el brazo violentamente y así huir de él.

Sasuke, cayendo en cuenta de su error garrafal, intentó volver a tomarla.

Falló.

—Sakura.

—¡No me toques!

Ella había corrido de regreso a la cabaña, en medio de las gotas de lluvia que comenzaron a caer, fusionándose con sus silenciosas lágrimas. Sus piernas la habían guiado tan raudamente hacia casa, que en el trayecto, algunas ramas de arbustos rasgaron sus brazos. Curó esto cuando se encerró en el cuarto de baño, aunque primero gritó, pataleó, y ahogó toda su furia y traicionero llanto bajo el chorro de agua de la bañera.

✧ Cadenas de cristal. 「𝑆𝑎𝑠𝑢𝑠𝑎𝑘𝑢」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora