Hielo/Fuego

Compañero

Jassie:

Esa mañana había sido la más estresante para mí. Sólo deseaba que todo terminara de una sola vez... Mis amigas no cortaban nunca el tema del baile, estaba a punto de que mi don saliera por si sólo y quemara algunas cosas.

La última clase no habíamos tenido a ningún profesor y esa era la oportunidad que ellas esperaban para convencerme y buscarme compañía.

Quería lanzarles una bola de fuego e irme lejos de dónde ellas estaban, pero no podía... No iba a revelar todo el secreto por una estupidez.

Por fin sonó la campana, anunciando el final de las clases por esa semana. No quería permanecer ni un minuto más cerca de las dos locas que tenía como amigas. Así que traté de disimular y salí lo más rápido que pude...

Sebbas estaba en el aparcamiento con una sonrisa de lado.

—Hola...

—Hola, camina rápido. Tengo que salir lo antes posible de aquí — le dije al verlo.

—¿Qué? ¿Por qué? — estaba muy confundido, pero seguía con la misma sonrisa con la que lo había visto

—Sólo hazme caso. Vamos... — terminó siguiéndome hacia el bosque. Cuando estuvimos a cierta distancia me detuve.

—¿De quien te escapas, enana?

—No me estoy escapando de nadie...

—Entonces... ¿Me vas a decir que ésta escena tuya no era para escaparte de alguien?

Tenía las manos detrás de su espada y sus ojos reflejaban curiosidad. Siempre me pregunté ¿Por qué no le puedo mentir? o ¿Por qué nunca le había podido ocultar algo?

—Bueno... Sí. Me estoy escapando de mis amigas y su propuesta de cita para el baile.

—Haber si entendí... Tus amigas te encontraron una pareja para ir al baile de graduación y tú te les escapaste.

—Sí, no quiero ir con el que eligieron. No me gusta mucho la idea que ellas tienen.

—¿El chico es... Ya sabes...?

—Sí, es guapo. Pero no es mi tipo y no me gusta.

—¿Sonaría como un celoso si te dijera que me alegra de que no te guste?

—Sí, suenas como un celoso. Ésta mañana te dije que necesitaba un tiempo...

—Sé que no ayudo mucho, en este asunto Jass. Siempre he sido ansioso en muchos sentidos. Quiero que tengas ese tiempo que me dijiste... — solo pude mirarlo antes de que volviera a hablar. — no quisiera que te sintieras presionada por mí.

—¿Qué estás tratando de decir y hacer? Si es lo que estoy pensando no es el mejor momento. 

—Jass... — dijo tomando mis manos. Bajé la mirada un momento y luego volví a mirarle los ojos.

—Bien, pero que conste que yo no dije nada. — me di la vuelta y salté para transformarme. 

Nunca había imaginado que él me obligaría a hacer algo que no quería hacer ni por nada del mundo. Cuando me fue a recoger no imaginé nada de esto, solo pensé que podía divertirme un rato antes de pedirle que fuera mi compañero para el baile de graduación. 

Es verdad que le dije que iba a necesitar tiempo para ordenar mis sentimientos, pensamientos y hasta mi vida entera por que no sabía ni que hacer en un momento así. No quería llorar, esa no era yo. 

Rara vez derramé una lágrima. Sebbastian no iba a ser la razón por la que derramara una. No entendía lo que le sucedía; un día decía que nunca se alejaría de mi lado y al otro decía que se iba a alejar de mí para darme ese estúpido tiempo que yo le pedí.