La Única...

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Silvana:

Tenía a la roba novios justo donde la quería. Verla de esa manera junto a Mí Sebbastian hizo que la rabia que sentía solo aumentara. Estaba a punto de matarla cuando él me interrumpió. 

No dejé de mirarla y gruñirle mientras discutía con Sebbastian. Sabía que me iba a decir que la amaba, pero no me imaginaba lo que diría después...

¡Déjala o no respondo!  

¿Estás dispuesto a...?

Sí, por ella hago lo que sea... Fue allí cuando me distraje y ella me empujó para luego hacer una acrobacia y terminar... Terminar como una loba... Era completamente imposible.

Nadie había visto algo así. 

Creo que ya escuchaste. Silvana si te hice alguna vez daño, perdón; pero mi deber es estar con Sebbas, no lo puedes cambiar. 

¿Cómo...?

Es fácil cuando eres hija de un licántropo... Ya sabes como... 

Ella avanzó hacia él y con una solo mirada ambos se alejaron corriendo. Mi corazón estaba roto, hecho pedazos... No podía imaginarme lo que Sebbastian me haría si yo le hubiese roto el cuello a su noviecita.

Estaba dispuesto a matarme ¿Por ella? Por más vueltas que le daba llegaba a la conclusión que era una niña mimada y que necesitaba que le dieran unas lecciones. Y yo se las daría con mucho gusto. 

...

Jassie: 

El funeral había sido bastante aburrido, me había hecho recordar al de mi abuelo Charlie en su momento. Todo mejoró cuando mi lobo se acercó a mi y empezó con un juego que ambos sabíamos como terminaría. 

No aguantamos más así que fuimos a la entrada de bosque. Teníamos aproximadamente 20 minutos antes de que todos salieran. Y no queríamos desaprovecharlos... 

La cosa no pintó nada bien cuando Silvana apareció y quiso matarme. Ella parecía no saber mi verdadera forma de trívida, así que en cuanto Sebbas la distrajo aproveché para igualar las cosas y me transformé. 

Sebbas y yo seguimos nuestro camino y después de correr por unos minutos llegamos a nuestra cabaña. Nadie estaba en la casa así que como bien dicen uno más uno es dos. 

Decidí torturarlo un rato. Para igualar que él me hubiese torturado con sus dedos. Usé mi mano y mi boca para tenerlo justo a mis pies antes de que se le acabara la paciencia y terminara follándome sin parar. 

—Basta nena, si sigues así voy a correrme... — lo callé con un beso. Fue más rápido que yo y me tomó por las muñecas para girarme y colocarse encima de mí. — parece que ahora es mi turno, señorita. 

Su boca bajó poco a poco hasta mi sexo; podía sentirlo... Cada beso me hacía arquear la espalda 

—¡Sebbas! — no aguanté más y grité. Lo hice e inmediatamente él tomó mis labios y los atrapó en un solo beso. Salvaje y ardiente de deseo. Mientras poco a poco se introducía en mí...

Haciendo que mis gemidos se aceleraran con cada una de sus embestidas.

—Vamos, Nena... Córrete para mí. — podía sentir al orgasmo venir con cada caricia, beso y embestida. — Nena... Dime algo...

Dijo al borde del orgasmo.

—Tu eres el único... El único que tiene derecho a hacerme sentir así... — dije entre gemidos, mientras sentía que no nos quedaba mucho. Volvió a unir nuestras bocas y allí  nos fuimos juntos.

Hielo/FuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora