Entrenamientos

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Silvana:

Recuerdo el día en que me enteré que esperaba un hijo del vampiro más despiadado del mundo... Alec.

No me esperaba nada de lo que pasó... Todo esto pasó por la maldita existencia de la asquerosa de Jassie Black. Si ella... Sólo si ella no hubiese nacido ahora yo no estaría así.

No estaría cargando un maldito vientre con un bebé tal vez mitad vampiro y mitad hombre lobo... Estaría...

¿Cómo estaría?

¿Estaría junto al ser que más amo?

¿Estaría casada con él?

¿Estaría embarazada?

Bueno embarazada si estoy, pero estaría feliz ya que sería mi hijo... Un hijo con Sebbastian... Es lo que más desearía en el mundo.

Lo amaría y estoy tan segura de que no me haría pasar por lo que estoy pasando...

No aguanto ni una sola comida sólida. Sólo aguanto los líquidos y de broma. He tenido que beber de  lo más asqueroso en el mundo.

Todo por mantener a un parásito que está viviendo la vida light en mi cuerpo. No estoy nada feliz de cargar con éste bebé... Nada...

Y es que ¡No me sirve para nada! No puedo chantajear a nadie con esta vaina.

¡A buena hora tenía yo que meter la pata!

Jassie:

Aceptar ser La Loba conllevaba una gran responsabilidad. No tenía nada de conocimientos a cerca de peleas entre clanes ni nada por el estilo.

Había escuchado algunas historias de mi familia, pero nada se comparaba con verlos y aprender de sus movimientos.

Los novatos de la situación éramos Sebbas, Jordán y yo. Mamá y papá estaban intentando enseñarme técnicas de lucha en pareja ya que ni Sebbas ni yo estábamos dispuestos a separarnos.

—Pierna derecha atrás Jass... — me corrigió mi mamá.

—No puedo... Esto no es para mi. — dije molesta.

—Tenemos tiempo para practicar nena.

—Lo tuyo es esto... Lo mío es... — hubo una pequeña chispa que salió de mis manos.

—Eso es lo tuyo... — me dijo mi prometido. — solo tienes que aprender a moverte. Se que podrás con ellos.

La manada estaba entrenando con mi familia vampírica, mientras que los novatos entrenamos con mi papá y mamá y con mi tío Jasper.

Literalmente me sabía el cuento de memoria sobre su verdadero origen y por ello sabía que él era el indicado.

—La práctica terminó... Por hoy estamos bien. Recuerden que lo más importante es que no los rodeen con sus brazos, aunque en otros casos tal vez ni siquiera haga falta.

Esto último lo dijo mi tío Jasper mirándome.

Todos volvimos a la casa, pero sentía que debía practicar más... Así fuera sola. No me sentía capaz de derrotar a los neófitos con solo unos pocos entrenamientos.

Hielo/FuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora