Arma

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Jassie:

Pasé literalmente una semana encerrada en mi casa por mi "Herida" de mi pierna... Se me permitía salir, pero tenía límites y esos eran la entrada de mi casa y el patio. No podía ir ni siquiera al bosque para saciar las ganas de quedarme un buen rato en mis 4 patas.

¿Y por qué? Se estarán preguntado... 

Bueno la respuesta es simple y no es por que me sienta mal ni nada por el estilo ¡No! Es por que mi novio y papá así lo quieren. 

No hallo como decirles que estoy bien y que no necesito de cuidados especiales ni nada por el estilo. Si no fuera por mi mamá literalmente me la pasaría en cama todo el día. Lo único que hacía Sebbas para alegrarme era follarme hasta hacerme perder el control.

Era lo único que él hacía para medio obtener mi perdón por que aun después de una o dos rondas de sexo apasionado, no lograba perdonar que me mantuviera encerrada...

Estaba harta de ello. Así que lo mejor que puedo hacer es hacerme la rebelde, sé que es un truco viejo, pero necesito que mi padre y mi novio se de  cuenta de que no soy débil.

Esa mañana, me levanté con ganas de ir de cacería... Aproveché la ventana de mi cuarto y salté. Mi pierna era sensible, pero sensible al tacto...

Mi tardé mucho en cazar y cuando ya estaba lista volví.

—Me alegra verte de nuevo — dijo Sebbas al verme caminar.

—Y yo también... Ahora si me disculpas quiero ir a estirar mis cuatro patas.

—Jass... — me llamó... Volteé a verlo con una sonrisa...

—¿Qué? ¿No vienes? — le pregunté mientras me acercaba... —¡Por favor! Sé lo mucho que extrañas hacer esto conmigo.

Él siguió mirándome y luego comenzó a quitarse su camisa.
—¡Ese es mi lobo! —  le dije contenta. Sabía que era la debilidad de él, podía usar eso a mi favor.

Corrimos por el bosque un buen rato y después de un tiempo fuimos a la reserva, específicamente a la playa.

Necesitaba relajarme. Quería hablarle a mi prometido sobre la boda y sobre el asunto de que me cree débil.

—Sebbas, tenemos que hablar — le dije mientras le acariciaba el cabello. Él me miró a los ojos... — no puedes seguir tratándome como si fuera algo completamente indefenso.

—Jass... — iba a protestar, pero le interrumpí.

—No soy buena en movimientos de combate, pero tenemos algo contra ellos... Mi don... Puedo usarlo... Estoy harta de que me trates como la princesa de la torre, esa no soy yo y lo sabes.

—Lo sé y prometo no volver a tratarte así. Es que... Me da miedo y no soporto ver que alguien te haga daño. Eres literalmente mi vida Jass.

—Y tú la mía, Sebbas. — besó mis labios y luego se separó por un momento.

—Ya quiero que seas mi esposa. — dijo con una sonrisa.

—Creo que es mejor que nos levantemos y volvamos... Tenemos una boda que planear.

Con una sonrisa tomó mi mano y se levantó. Me alegró que me entendiera y que prometiera no volverme a tratar como la damisela en peligro.

...

Los días siguientes los pasé en la reserva. Cuidando de los críos lobunos. Algunos no me soportaban y yo no los soportaba a ellos.

Sebbastian había ido con mi papá a una reunión de consejo y me habían dejado a cargo. Era un poco difícil, pero de que los controlaba lo hacía. 

—Nathan ¿No harás lo que les pedí? — le pedí a el adolescente que más me odiaba que hiciera unos ejercicios con sus compañeros, pero era como si hablara con la pared.

—No eres un profesor... No tengo por qué hacerte caso— dijo de lo más tranquilo. — solo eres la odiosa novia de Sebbastian. 

No era su profesor, pero era la persona a cargo y debía hacerme caso. 

—Sé que crees que soy eso, pero en este momento soy la que está a cargo, ve con tus compañeros... 

—¡No soy un maldito niño! ¡Estoy harto de que me traten como uno! ¡Solamente quiero pertenecer a la estúpida manada y ya! — gritó antes de transformarse. Si me quedaba de esa forma no iba a ganar nada. 

Me volví la loba blanca que tanto amaba y ambos comenzamos un discusión. Podía entender sus sentimientos, pero no podía dejar que eso me controlara; intenté razonar con él pero fue inútil... Sentí el odio en su voz y en su gruñido antes de que intentara morderme y allí fue cuando clavé mis colmillos en su pata derecha delantera. 

Volvió a su forma normal y comenzó a gritar de dolor... Fue en ese momento que me di cuenta de que así como el veneno de los neófitos era tóxico para mí; de alguna manera yo podía producir veneno que no era mortal para mi familia sino para la gente ajena a ella. 

Reaccioné y volví a colocar mis colmillos en su herida para para succionar el veneno hasta que ni una gota quedó. Me miró asustado y luego su cara fue de arrepentimiento total por lo que había pasado. 

Ahora lo sabía; y todo gracias a ese pequeño experimento accidental. Podía ayudar en batalla gracias a mi don y a mi "poderosa mordida"

Llevé a los mocosos a sus casas y luego me permití soltar un poco lo que sentía... No era una niña ni una chica completamente débil; eso fue lo que disparó a mi don... 

Podía sentir la corriente de fuego y aire venir desde mi interior y cubrirme por completo. Lo sentía, sentía a los 4 elementos en mí y sentía que podía ser el arma que acabaría con el maldito de Alec.

Sebbastian:

Fui después de la reunión del consejo a buscar a mi prometida... No la encontré donde dijo que iba a estar con los pequeños de la manada, así que me adentré en el bosque y luego la vi...  

Su cuerpo era un completo manojo de fuego. El viento iba a su antojo, era  increíble... Sus ojos se cruzaron con los míos y todo se apagó. Ella... Ella podía ser el arma que necesitábamos para vencer a Alec y  sus malditos neófitos. 
....

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Holaaa...

Chicos ya estoy de vuelta, perdonen la tardanza... Agárrense porque se vienen los últimos capítulos, no diré cuántos, pero si que falta poco para el gran final.
😘😘😘😘

Hielo/FuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora