10

249 17 2
                                    

~_____~

—Esto no funcionará. 

Yoongi me hizo callar, avanzando a través del panel torcido escondido en el bloque del servicio. El aire miserable casi me hizo vomitar. 

Cuando Yoongi se vino, me hizo vestirme, y levantó a Jimin por encima de su hombro. 

Sus ojos oscurecidos por los nervios y la resolución mientras me ignoraba. —Funcionará. —Bajo su aliento, agregó—: Tiene que funcionar. 

Otro escalofrío corrió por mi espina dorsal. El escalofrío millonésimo desde que había llegado a África. 

Se sentía como si hubiera pasado una eternidad desde que había reclamado una vida, perforado con mi aguja y tomado el último aliento de una persona, el último suspiro, el último pensamiento. Se sentía como eones desde que finalmente sucumbí a los deseos rabiosos en mi torrente sanguíneo y obligado a Yoongi a que me tomara. 

Pero, en realidad, solo habían pasado cuarenta minutos. 

¿Cuánto tiempo le daría Cut a Jimin para que me violara? ¿Una hora? ¿Dos? ¿O esperaría hasta que Jimin se cansara y fuera a marcar tarjeta para su turno? De cualquier manera, el tiempo finalmente se encontraba de nuestro lado, por ahora. 

Con cada paso, no podía parar de recordar la forma en la que el corazón de Jimin cedió a la punta de mi aguja. Con cada respiración, no podía dejar de revivir los momentos finales de la victoria, seguidos de un cañón de pesar. 

Había matado a alguien. 

He asesinado. 

Ya no tenía el derecho al cielo o a los ángeles o al paraíso eterno. Con el fin de ganar contra los demonios, había tenido que convertirme en uno. Antes, estaba dispuesta a hacer ese sacrificio, pero ahora... ahora sabía lo que era tener un peso para valorar mi vida por encima de la del otro. Y no me encontraba tan segura. ¿Tenía derecho? ¿Alguien lo tenía, independientemente de las circunstancias? 

Seguía viendo el hilo de sangre, supurando y haciendo un charco en el suelo, sin estar dispuesto a salir de su anfitrión, cobre y carmesí... girando lentamente hacia la oxidación no deseada. 

Polvo al polvo. 

Cenizas a las cenizas. 

Jimin había sido criado con cucharas y juguetes de diamantes. ¿Su cuerpo eventualmente se fusionaría con la tierra, transformándose desde los huesos y convirtiéndose en las piedras preciosas brillantes que su familia codiciaba? 

Renacería. 

En lo único que su familia atesoraba más. 

¿Eso era karma? 

¿O finales casuales? 

Detente. 

Escuchaste lo que dijo Jimin. Me habría violado hasta la muerte. 

Si hubiera muerto, él no estaría abatido por el luto de mi pérdida o lamentaría su decisión. 

Enderezando mis hombros, dejé de pensar en el asesinato y lidié con las secuelas. 

Yoongi se movía silenciosa y sigilosamente. Me negué a mirar el cuerpo de Jimin envuelto en la sábana. Una mancha de sangre era la única señal de que debajo de la carga existía algo siniestro.  

—Yoongi... —susurré, maldiciendo a los restos del licor/droga todavía martillando mis latidos. Mi orgasmo había sido abrasador y explosivo, pero no había anulado la urgencia del todo.  

Endeudado: Deuda Final// MYG y TÚ//+18 [TERMINADA T6]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora