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—Ah, hijo, estoy tan contenta de que estés en casa. 

Mi mirada se elevó mientras Cut me tiraba dentro de Minsridge Hall. 

Bonnie

Se paraba con suficiencia orgullosa mientras yo tropezaba sobre el umbral. 

Un miembro de los Diamantes Negros nos recogió en el aeropuerto. Cut no me dijo una palabra en el viaje de regreso, prefiriendo escribir furiosamente en su teléfono todo el viaje de vuelta a casa. 

¿Casa? 

Minsridge nunca era casa. 

No sin Yoongi. 

Él era mi hogar. 

Abracé mi yeso más duro, intentando alejar los temores de la seguridad de Yoongi. Tenía doble terror ahora que estaba de regreso en el único lugar que robaría mi vida. 

¿Cuántas respiraciones me quedaban? 

¿Cuántos latidos de corazón y momentos? 

Bonnie avanzó poco a poco, apoyándose más duro de lo normal en su bastón. Cuando llegué por primera vez, se negaba a usar el bastón, moviéndose sin ninguna ayuda. Ahora, parecía tener décadas más en los meses que fui su prisionera. 

Sonreí ligeramente. El problema que causé la marchitó, intercambiando su juventud por mi longevidad. 

Si moría, al menos no estaría muy por detrás de mí.

Mis dedos se curvaron con desafío, activando la quebradura en el brazo. Tomó casi una hora para que la adrenalina dejara mi sistema después de tratar con la seguridad del aeropuerto. Quemé el alimento que comí en el avión y me sentía débil y enferma. 

Sin embargo, había un aspecto positivo de estar de nuevo en el nido de la rata. 

Volvimos a Minsridge con un Min menos. 

Jimin. 

Su cuerpo era ahora mierda de león haciéndose polvo en una llanura africana. 

¿Era acerca de eso que Cut enviaba un correo electrónico? ¿Tratando de encontrar a su hijo rebelde? 

Me sorprendió que Cut se fuera sin esperar a tener noticias de él. Dejar atrás su descendencia parecía insensible, pero supuse que había hecho cosas peores. ¿Que era irse sin una nota en el esquema de lo que cometió? 

Bonnie pareció sentir mis pensamientos. Sus ojos color avellana se estrecharon en mí. —¿Dónde está mi nieto? 

Cut pisoteó hacia adelante, besando a su madre en la mejilla. Se paraba en el gran vestíbulo del Hall, donde Yoongi y yo guiamos a los entrevistadores de Vanity Fair para nuestra sesión de fotos en la arboleda. 

Sus faldas colgaban majestuosamente, con la barbilla inclinada sólo lo suficiente, ofreciendo una bienvenida real. 

—También me gustaría saberlo. —Cut le dio otro beso—. Hola, mamá. —Volviendo su rostro hacia mí, gruñó—: _____ sabe algo. No ha hablado todavía, pero lo hará. No tengas ninguna duda sobre eso. 

Tragué saliva cuando Bonnie se volvió fría. —Ya veo. —Arrastrando los pies hacia delante, sus ojos se posaron en mi yeso—. A pesar de ese incidente de malas noticias, entiendo que la Cuarta Deuda ha ido bien. 

Cut asintió. —Sí. Nadie sospechó. —Marchando hacia mí, me agarró la muñeca sana y me tiró hacia Bonnie—. Te dejaré para quitar el yeso y recuperar la mercancía. Tengo que atender algo. —Sus ojos brillaban, llenos de secretos—. Pregúntame lo que tengo que atender, _____. 

Junté mis labios. No tenía necesidad de preguntar. Me había amenazado durante demasiado tiempo. 

La Deuda Final. 

No habría más pérdidas de tiempo o retrasos. 

No habría más suspensiones o esperar que las cosas pudieran terminar de otra manera.

No voy a irme abajo sin una guerra. 

Apuñando mi cabello, me besó en la mejilla. —Tengo un viejo amigo que desempolvar y preparar para su última víctima. Tienes una cita en el salón de baile mañana, querida. 

—¿Mañana? 

Mi corazón se partió. ¿Era así como se sentían los prisioneros en el pasillo de la muerte? ¿Teniendo una fecha para su ejecución? ¿Deseando más tiempo mientras rogaban que se ralentizara? 

—Mañana. —Su boca se presionó contra la mía. 

Me retorcí, pero me sujetó firme. —Jimin podría haberte hecho pagar la Tercera Deuda pero ni por un segundo pienses que se me ha olvidado que yo no lo hice. Te acobardaste en Almasi Kipanga, pero no tendrás opción esta noche. 

Me negaba a permitirle ver mi miedo. —Luché contigo entonces. Voy a hacerlo ahora. 

Cut se rio. —Ya veremos. 

—Moriré luchando. Pelearé cada segundo por Yoongi. 

—¿Yoongi? —interrumpió Bonnie, con toda la atención—. ¿Qué pasa con ese traidor? 

Cut sonrió a su madre. —Larga historia. Te contaré más tarde. —Volviendo su mirada hacia mí, susurró—: Yoongi sabrá que vas a pelear. Su imaginación se llenará de imágenes de mí haciéndote todo tipo de cosas ahora que estamos en casa. —Me besó en la mejilla—. Los ojos pintan un cuadro horrible, _____, pero la mente es mucho peor. 

Soltándome, se alejó, diciendo por encima del hombro—: Cuando estés muerta y se le haya enseñado una lección a Yoongi, sin duda intentará encontrar una manera de matarme. Lo que no sabe es que estoy un paso por delante de él. Lo lastimaré. Lo arruinaré. Y le diré palabra por palabra lo que te hice y lo veré quebrarse. 

Al doblar la esquina, la voz de Cut navegó de vuelta con promesa. —No me matará, porque estará arruinado antes de que tenga la oportunidad.

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Endeudado: Deuda Final// MYG y TÚ//+18 [TERMINADA T6]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora