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~Yoongi~

Había estado despierto durante siglos. 

Viajé miles de kilómetros. Luché cientos de batallas. Viví un millón de vidas en cuestión de días. 

Mi cerebro moría por un descanso. Mis ojos gritaban por dormir. Pero mi corazón empujaba inexorablemente hacia el final. 

—Deténgase aquí. 

El taxista hizo lo que pedí, parando junto a una franja de césped a unos pocos metros de la entrada a Minsridge. Tan pronto como aterrizamos, le pagué al personal por su servicio rápido y me metí en un taxi. 

El vuelo había ido como lo planeado. Una vez que hice las llamadas telefónicas para que Tex reuniera a sus sicarios, Jungkook organizara a los hermanos y Kill se ocultara en el lugar y observara desde la distancia, me concentré en asegurar que mi cuerpo continuaría obedeciéndome y que la fuerza que iba a necesitar para las tareas futuras no fallaría. 

Comí y atendí a mis heridas en el baño del avión. Remendé mi herida de bala lo mejor que pude y añadí una curita al corte en mi frente. Le pedí a la tripulación de vuelo que me diera el botiquín de primeros auxilios y tomé las pastillas que pude para bajar la fiebre incesante y dominar los dolores y molestias de los que no tenía tiempo para ocuparme. 

Cuando finalmente cambiamos del aire a la tierra, no estaba recargado o listo para la matanza, pero me sentía mejor que un par de horas antes. 

Tenía suficiente energía para terminar esto... y entonces... entonces dormiría una maldita eternidad y dejaría que otros se preocuparan por el mundo, para variar. 

_____, ya voy.

Una vez que ella estuviera en mis brazos, nunca la iba a soltar de nuevo. 

Mirando a través del parabrisas del taxi, mis ojos se ampliaron ante los innumerables automóviles y SUVs que adornaban la entrada del Hall. Todos negros y amenazantes, a la espera de órdenes. 

Espero que sea Tex y sus hombres

—Son diez libras con veinte. —El conductor se giró en su asiento, señalando el medidor. 

Le lancé veinte libras del fajo que el capitán me había dado a cambio de otro diamante y salí. —Quédese con el cambio. 

El conductor asintió, cambió la marcha y se apartó del césped. Mientras conducía lejos, merodeé hacia el convoy, mirando a los hombres que no reconocí. 

No, eso no era cierto. 

Los reconocí. Reconocí la ferocidad en sus miradas. La mirada despiadada de un asesino a sueldo. Sentí sus pensamientos y la estela de compromiso emocional hacia un trabajo que fueron contratados para hacer. 

Quería agarrar a todos en un jodido abrazo y agradecerles profusamente por estar a mi lado después de una vida entera de guerra. 

Vaughn me vio primero. 

El hermano de _____ salió a toda velocidad alrededor de un 4WD, apuntando mi cara con su dedo. —Tú. ¿Qué carajo está pasando? —Cabello negro cubierto por gel apartado de su cara; sus ojos preparados para asesinarme. 

Sin darme tiempo para responder, se agarró el antebrazo derecho, y lo metió debajo de mi nariz. —¿Qué has hecho con ella? ¿Por qué tengo un dolor en el brazo? —Me agarró por el cuello, gruñó—. ¡Dime qué carajo le hiciste a mi hermana! 

Sus pensamientos internos volaron sin control, chillando de miedo y nervios. 

Levanté las manos, sometiéndome a su control. —Tu lucha no es conmigo. —No cedí terreno mientras él apretaba los puños, ciñendo su agarre—. No la toqué. La amo. Estoy de tu lado, Weaver. 

Endeudado: Deuda Final// MYG y TÚ//+18 [TERMINADA T6]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora