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—Él no será capaz de vivir consigo mismo.
Jasmine negó con la cabeza, girando hacia mí. —Sí, lo hará.
Tomé una respiración, mirando hacia la ventana. La misma ventana donde el ave de presa entregó la nota de Yoongi para que me reuniera con él en el establo.
Dios, ¿fue hace solo unos días?
Se sentía como una vida entera.
Rogué para que ahora un mensajero emplumado me dijera que todo acabó, terminó; que Yoongi volvería a mí y nada más podría mantenernos separados.
La silla de ruedas de Jasmine se deslizó sobre la espesa alfombra de mi habitación. El suave burbujeo de la pecera y la manilla del reloj me ponían los nervios de punta.
Saltando de mi colchón, me paseé por la habitación grande. En todas las superficies, dejé prendas medio cosidas, garabateé dibujos, y corté telas. Mi colección Diamante Arcoiris existía en todas las etapas de creación, pero quemaría todos los desechos si eso le diera un cierre a Yoongi y borrara todo lo que sucedió.
—_____, para. Estás agotada. —Jasmine se detuvo junto al diván, entrecerrando los ojos ante mi paseo frenético—. Siéntate, por el amor de Dios.
La miré, desobedeciendo.
Jungkook hizo lo que le dijo a Yoongi. V y Tex se fueron con las criadas a las habitaciones de invitados y Jungkook me llevó tranquilamente a mi habitación. Trajo un banquete de frutas, bocadillos y alimentos ricos en vitaminas, y llamó a una criada para que me ayudara a cuidar de mis moretones en la ducha.
Quería rechazar la comida, sabiendo que Yoongi se hallaba tan débil como yo. Quería rechazar la ducha porque, ¿por qué iba a ser consolada mientras Yoongi tenía una prueba que soportar?
Pero Jungkook no me dejó discutir.
Se cruzó de brazos y se quedó en mi habitación mientras me lavaba la tierra africana y el sudor seco por el dolor de mi brazo roto. Luchando para lavarme, le agradecí a regañadientes a la dama de dulce sonrisa que me ayudó a secarme con una toalla suave y esponjosa, y me vistió con el vestido negro que vestí cuando sanaron las costras en mi espalda de la Primera Deuda.
El vapor y el calor de la ducha ayudaron a aliviar mis dolores y lesiones, conjurando una curación somnolienta y letárgica.
Para el momento en que volví a entrar a mi cuarto, Jungkook tenía una extensión de tiras de yeso, gasas y agua tibia; tal como usó Cut en África. Me arrastró hasta el banco, hizo a un lado mis agujas y encajes, y me ordenó que comiera mientras él palpaba suavemente la fractura, asegurándose de que el brazo estaba en la posición correcta, y volvió a enyesarlo con una precisión confiada.
Quería hacerle preguntas sobre su vida. Averiguar cómo se convirtió en un contrabandista cuando era obvio que su verdadera vocación era sanar. Pero una vez que el primer bocado de comida deliciosa golpeó mi lengua, no pude dejar de comer.
Y por eso no paraba de pasearme a pesar de que mi brazo seguía doliendo, mis rodillas aún temblaban y mis ojos todavía ardían con lágrimas contenidas. No podía quedarme quieta. Estuve al borde de la muerte, y ahora, me encontraba viva con la barriga llena y el entumecimiento bienvenido por los analgésicos.
¿Tenía eso Yoongi?
No.
Nada.
Andaba por ahí, solo, a punto de hacer lo impensable.
Girando, fulminé con la mirada a Jasmine. —Él es empático, Jaz. ¿Cómo diablos cree él que hará pagar a Cut sin sentir todo lo que le hace? Sea cual sea el dolor que otorgue, tendrá un efecto y le hará daño a partes iguales. —Agarrando mi cabello húmedo, eché de menos la longitud. Quería tirar de los extremos y encontrar algo de alivio de la presión construida por la desesperación.
Jasmine suspiró suavemente. —Aprendí pronto que Yoongi es terco, sobre todo cuando cree que está haciendo lo correcto.
—¡Pero no está haciendo lo correcto! Él va a mat…
Apretó los labios. —¿Y eso no es lo correcto? Dime, _____. ¿Cuánta desgracia, muerte y deudas tiene que hacer mi familia con la tuya para que sea lo correcto? —Señaló la puerta cerrada—. Apuesto a que si encuentro a Tex y Vaughn y les pregunto qué piensan sobre la justicia para Cut, ellos bailarían de la alegría.
Me acerqué a ella. El cabestrillo que me dio Jungkook mantuvo apretado mi brazo roto contra mi cuerpo, dejándome libre de gesticular con el otro.
—No voy a mentir y decir que no quiero que Cut pague. Eso no es lo que me preocupa. Estoy preocupada por lo que le va a hacer a Yoongi. ¿Y si esto lo cambia? ¿Y si no puede borrar…?
Jaz se inclinó hacia adelante, capturando mi mano. —_____, cállate. —Apretando los dedos, su temperamento brillaba en su mirada—. No depende de ti. Si Kite necesita hacer esto, si cree que tiene la fuerza para hacerlo, entonces esa es su decisión. Ha esperado casi treinta años para cosechar lo que su padre ha sembrado. No nos corresponde a ti, a mí, ni a cualquier otra persona interferir.
Odiaba que lo que dijo tuviera sentido.
Mi mirada volvió a la ventana. Mi indignación y preocupación se derramaban fuera de mí, humedeciendo mi deseo de correr detrás de Yoongi y detenerlo. Mi amor por él se elevó por la ventana, volando a donde estaba él.
—Yo solo... —Agaché la cabeza mientras luchaba para articular lo que me preocupaba—. Lo amo, Jaz. Lo amo tan condenadamente tanto. Me aterra pensar que acabo de tenerlo y él podría dejarme. ¿Cómo puedo ayudarlo si regresa roto? ¿Cómo puedo armar un futuro que quiero tan desesperadamente si él solo puede recordar la muerte y la agonía?
Jasmine me llevó más cerca, obligándome a sentarme en la tumbona. —No te tortures con los “qué pasaría si”, _____. —Su voz se suavizó—. Él será capaz de vivir consigo mismo, y te voy a decir por qué. No sabes cómo era vivir aquí desde el nacimiento. No sabes los juegos mentales que hemos soportado y las amenazas no dichas con las que crecimos.
Señalando a sus piernas inútiles, sonrió con tristeza. —Tengo un recordatorio diario de lo que era nuestra infancia. Y Yoongi... cada vez que me mira, también lo recuerda. Trato de ocultar mis pensamientos cuando él se encuentra cerca, porque no quiero que sepa lo mucho que echo de menos estar de pie. Cuánto echo de menos correr y montar a caballo e incluso el lujo de salir de la finca e ir a una tienda para ver cosas en los estantes que están a la altura del ojo en lugar de inalcanzable para una silla.
Mi corazón se rompió por ella.
Agarré su mano con la mía sana, dándole el apoyo que ella me acababa de dar.
A pesar de toda la seguridad de Jasmine de que Yoongi podría soportar lo que estaba a punto de hacer, no le creí. Su empatía significaría que todo lo que hizo para sí mismo, para su hermana, para mí, rebotaría con persecución.
No podía soportar la idea de la cantidad de fuerza que haría falta. Cuánto coraje para hacer algo, sabiendo que uno sentiría cada partecita.
—Sé que él tiene que hacer esto, Jaz. Solo deseo… Me gustaría poder estar allí con él. Para darle otra emoción en la cual centrarse. Para que sienta el amor, incluso mientras se ahoga en el dolor.
Jaz metió el pelo detrás de la oreja. —Mi hermano sabe lo que hace. Él recordará cómo bloquearlo. Recordará cómo se sentía cuando Cut le enseñó todas esas lecciones.
Mi corazón se congeló.
¿Y si no se acuerda de cómo bloquearlo?
¿Cuál es el peor destino? ¿Recordar o no?
Mis dedos se aferraron a los de Jasmine con más fuerza. —Por favor, dime que volverá.
Jaz se sentó más derecha en su silla, picoteando mi mejilla con un beso. —Él va a volver. Y cuando lo haga, se habrá terminado. Para todos nosotros.
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Endeudado: Deuda Final// MYG y TÚ//+18 [TERMINADA T6]
Fanfiction"Estoy enamorado de ella, pero podría no ser suficiente para evitar que sea la última víctima de la Herencia de la Deuda. Sé quién soy ahora. Sé lo que debo hacer. Estaremos juntos, sólo espero que sea en la Tierra en lugar de en el Cielo". Todo s...