~Yoongi~
Clase económica.
Aerolínea pública.
El peor ambiente posible para un hombre como yo.
Me acurruqué en mi asiento, apretando la mandíbula; haciendo todo lo posible para recordar los ejercicios que me habían enseñado.
Centrarme en mis pensamientos.
Concentrarme en el dolor interior. Pellizco, cortada, lo que fuera necesario para levantar esa barrera.
Fijarme en las influencias mundanas: leer, ver la naturaleza.
Tragué un gemido.
Nada de eso funcionaba.
Echando un vistazo alrededor del avión, mi condición pudo notar nostalgia, arrepentimiento, emoción, pérdida y miedo. Cada persona tenía sus propios pensamientos y esos pensamientos volaban como kamikazes en el pequeño espacio.
Cerrando los ojos con fuerza, me centré en mi hielo. Cut había hecho una cosa bien al criarme. Me enseñó a centrarme en el odio y el egoísmo, cerrándome a todo el mundo, incluso a su dolor.
La lección no había sido fácil. Si cometía un error o no tenía éxito, Jasmine se llevaría la peor parte. Cut entendía que el dolor de aquellos que amaba me afectaba triplemente duro. En cierto modo, el obligarme a escuchar sus emociones de disciplina y control, al tiempo que bloqueaba la agonía y la infelicidad de mi hermana, me dio la fuerza para combatir la afluencia de emociones paralizantes de los demás.
Incluso mientras estaba herida justo en frente de mí.
Podía soportar mi propio dolor, pero cuando se trataba del suyo...
Al igual que no podía soportar el de _____, ahora que la amo.
Forzando a que esos recuerdos se alejaran, hice todo lo posible para recaer en la cápsula de nieve, pero incluso mientras los tentáculos de hielo se abrían camino en mi corazón, una persona se centraba en mis pensamientos.
Jasmine.
Debido a mí, nunca volvería a caminar. Y esa era otra razón por la que no podía abandonarla cuando _____ me rogó que huyéramos ayer por la noche en los establos. El por qué le debía a Tae y Jaz todo, porque sin ellos, habría muerto hace años.
Tal vez debería haber muerto hace años.
Tal vez _____ habría permanecido a salvo, y Tae no estaría luchando por su vida.
Tae hubiera sido el siguiente en línea. Si Cut hubiese seguido las reglas de la Herencia de la Deuda, sin volverse en el bastardo hambriento de poder que se había vuelto, con el primogénito muerto, el contrato no podía cumplirse y ambos Tae y _____ habrían sido libres. _____ se habría casado con alguien lejos de los Mins y habría dado a luz a una hija tan hermosa como ella.
Solo para ser arruinada una generación más tarde.
El hielo que intenté cultivar se descongeló, dejándome miserable.
No era el pensamiento de deudas futuras, sino la idea de _____ casada y feliz con otro lo que me despellejaba vivo.
Ella era mía. Yo era suyo. Estábamos destinados a enamorarnos y terminar esto. Al igual que Owen, mi antepasado condenado, y su amor, Elisa, nunca pudieron.
Joder, _____.
¿Qué había vivido a través de las horas que estuvimos separados? ¿Qué le habían hecho desde que le fallé?
—¿Jugo?
Abrí los ojos, mirando a la azafata. Sus emociones rebotaban entre la satisfacción laboral y la claustrofobia. Le encantaba viajar, pero odiaba atender a los pasajeros. Si hubiera escuchado más duro, habría aprendido la mayor parte de sus secretos y adivinado muchas cosas de su vida.
—No. —Miré por la ventana—. Gracias.
La oscuridad del cielo se iluminaba cada pocos segundos con un destello rojo de la punta del ala, al compás de mi latido irregular.
No me había calmado desde la llamada telefónica de Jasmine.
Después de galopar a la cochera, dejé que Alas encontrara su camino de regreso a los establos y lo cambié por un tipo diferente de caballo con fuerza. Mi Harley gruñó en el sol de la tarde, lanzándome hacia nuestro camino de entrada y hacia el aeropuerto.
No pensé en buscar a Jungkook. No tuve tiempo para decirle mi plan a mi hermana.
En todo lo que me concentré fue en llegar al aeropuerto y a un chárter.
Sin embargo, debí haber usado mi cerebro en lugar de mi corazón temeroso. No hubo chárter o aviones privados disponibles a esa hora del día. Ni pilotos de guardia. Nadie a quién sobornar para volar.
No tuve más remedio que lanzarme a toda velocidad a Heathrow y embarcarme en el siguiente vuelo disponible a Sudáfrica. De camino al aeropuerto, compré un billete, y discutí sobre el servicio más rápido que tenía, todo costó tiempo valioso.
Tiempo que no tenía.
Nada de rutas rápidas. Ni aviones privados.
Mi única opción había sido un vuelo muy ocupado, sobre vendido con tres paradas antes de llegar a mi destino. Incluso si hubiera esperado durante veinticuatro horas y contratado a un jet privado, el largo recorrido del vuelo comercial hubiera sido más rápido.
Así que compré un boleto.
Le envié un mensaje a _____:
Kite007: Ya voy. Espérame. Lo que sea necesario para mantenerte con vida. Te amo tan jodidamente mucho.
No respondió. Si había sido capaz de tomar su celular, no tendría recepción en el cielo. Y si Cut lo había robado, no habría tenido ninguna manera de advertirle de mi llegada.
Sin embargo, otro problema en mi futuro plagado de problemas.
Volar mientras temía por la vida de un ser querido era bastante malo. Pero volar con una condición empática y la curación de una herida de bala era cien veces peor, joder.
Cada despegue y aterrizaje, cada aeropuerto y taxi, perdía más de mi humanidad y me centraba en la sed de sangre, planeando lo que le haría a Cut y a Jimin cuando llegara.
La promesa de amplios espacios abiertos y llanuras africanas vacías me ayudaba a mantenerme cuerdo en el polvorín de la locura del avión.
Siempre había evitado espacios públicos por períodos largos. El volar con _____ desde Milán había sido la primera vez que sufría eso en años.
Pero para ser honestos, antes de que _____ entrara en mi vida, era un solitario. Minsridge era mi santuario y el Callejón Diamante mi oficina. No tenía ninguna necesidad de mezclarme con extraños.
Otro torbellino de emociones en conflicto de pasajeros embotellados en un pequeño fuselaje sin salida. Hice lo que pude para ignorarlos. Lo que pude para cultivar mi odio y dejar que la resuelta determinación me diera paz.
Agarrando la servilleta del coñac que pedí hace una hora, la despedacé mientras mi corazón trabajaba al doble. Mi costado rugió y la fiebre salpicó mi frente. Líneas de tiempo y relojes de cuenta regresiva invadieron mi mente mientras averiguaba a qué distancia me hallaba de _____.
A lo sumo, de ocho a nueve horas.
En el peor de los casos, de diez a doce.
_____ podría ser liberada de todo ese dolor y violación.
Todavía podía tener tiempo.
Sin embargo, tras haber recorrido las tres cuartas partes del camino sobre el Océano Atlántico, sabía que me quedaba sin minutos.
Habían llegado a Almasi Kipanga.
Ella estaba sola.
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Endeudado: Deuda Final// MYG y TÚ//+18 [TERMINADA T6]
Fanfic"Estoy enamorado de ella, pero podría no ser suficiente para evitar que sea la última víctima de la Herencia de la Deuda. Sé quién soy ahora. Sé lo que debo hacer. Estaremos juntos, sólo espero que sea en la Tierra en lugar de en el Cielo". Todo s...