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~Yoongi~

El hollín contaminaba mi boca. 

El humo se entrelazaba con mi cabello. 

Y mis ojos seguían ardiendo con los naranjas y amarillos brillantes de la hoguera. Permanecimos en vigilia por horas. _____ y Vaughn fueron los únicos que lanzaron las deudas documentadas a las llamas. 

El resto de nosotros presentamos nuestros respetos y los apoyamos en silencio. 

No guardé ninguna evidencia. No aparté prueba valiosa para encarcelar a los hombres que escondieron los secretos de mi familia. En parte, debido a que sus pecados eran nuestros pecados y sería hipócrita echarles toda la culpa cuando todos compartíamos el crimen. Y sobre todo, porque no utilizaría el dolor de otros como moneda de cambio. 

Tenía más respeto que eso. 

Si los abogados querían jugar y probar ser un problema cuando se ordenara el papeleo final, entonces tenía otros medios para hacerles daño. Más que simplemente medios. Nos manejamos por fuera de la ley durante tanto tiempo, que un par más de “cabos sueltos” podrían ser manejados de la misma manera. 

Tex miraba hacia adelante, las manos juntas y la cara seria. Si me permitía sentir lo que le pasaba, sufriría la influencia de la neurosis. Abrazó los últimos restos de Emma, haciendo girar su anillo de compromiso de la caja como si pudiera invocar un hechizo para traerla de vuelta. 

Pero nada la traería de vuelta. 

Nada podría deshacer lo que Emma anunció.

Y temí lo que _____ haría una vez que las heridas de esta noche se curaran y hubiera tenido más tiempo para pensar en la súbita revelación de tener una hermana. 

Escondí mi resoplido burlón. Jimin estuvo en lo cierto, después de todo. Su broma estúpida en el coche sobre robar a la hermana equivocada, no lo dijo en serio, una maniobra estúpida para inquietar a _____ aún más. 

Pero de alguna manera, adivinó lo impensable. 

Existía otra Weaver. 

Una chica primogénita oculta de nosotros. 

Jacqueline. 

Unos pocos minutos mayor que Vaughn. Unos pocos minutos mayor que _____. 

El amor de mi vida fue sacrificada a un destino que no era suyo para soportar. 

¿Eso me hacía feliz o triste? 

¿Feliz de que ella se hubiera convertido mía? 

¿Triste de que hice que pasara por tanto? 

¿Quién era Jacqueline? 

¿Cómo lucía? ¿Cómo habría reaccionado? 

Formé puños con las manos. 

Una cosa de la que tenía seguridad, quien sea que Jacqueline fuera, no era _____. No me habría enamorado de ella. No habría roto mi voto o inclinado a sus pies. 

Jacqueline no habría cambiado la historia. 

Sucumbiendo a pensamientos torrenciales, me quedé en silencio, encerrado donde permanecería por el resto de mi vida: al lado de _____. 

No me fui mientras ella lanzaba papeleo, audio y vídeo en las furiosas llamas. Cada vez que _____ miraba en mi dirección, la besaba. Le pasé archivo tras archivo, entregándole los crímenes de mi familia para que se deshiciera de ellos. 

Sólo una vez que el césped se encontraba vacío de historia, nos dispersamos por caminos separados. El fuego seguiría haciendo estragos por sí mismo mientras nos retirábamos a diferentes rincones para descansar, reconsiderar y reagruparnos. 

Textile fue el primero en desaparecer, abrazando sin palabras la caja de Emma y desapareciendo en el huerto de frutales.

Vaughn empujó a Jasmine hacia la mansión, sus ruedas estancándose en el lodo de sus huellas por llevar tantos archivos antes de la noche. 

_____ y yo, nos dirigimos de nuevo a mis aposentos. 

Sus mejillas manchadas con cenizas, y pedazos de papel carbonizado decoraban su cabello y la capucha de su chaqueta. Parecía como si hubiera estado en una batalla. Parecía infinitamente cansada. 

Entrando al ala de solteros y mi dormitorio —nuestro dormitorio— me quité la chaqueta y la colgué en un antiguo aparador. 

_____ derivó hacia el centro de la alfombra, mirando fijamente la cama. 

Mi corazón se encogió. Todo lo que quería hacer era alejar el peso de la decisión y darle paz. Moviéndome detrás de ella, abrí la cremallera de su chaqueta y se la quité de los brazos. 

Los olores de fuego y aire fresco lamieron a su alrededor. 

—¿Quieres una ducha? —pregunté en voz baja, masajeándole los hombros. 

Dio un salto, sorprendida por mi voz después de tener sólo el crepitar del fuego como conversación. Girando para encerrarse en mi abrazo, negó con la cabeza. —No necesito una ducha. —Su voz hizo eco con necesidad de otra cosa. No tenía que preguntar lo que necesitaba; ya lo sabía. 

Sabía mucho más de lo que debería. 

Sin embargo, fui respetuoso al concederle algo parecido a los límites. 

_____ tenía mucho que resolver internamente. No lo empeoraría sabiendo que ella no podía fingir que estaba bien cuando yo sabía por completo que no. 

Así que, pese a que no era necesario, de todas formas pregunté—: ¿Qué necesitas…? 

Levantó la cabeza, los ojos negros destellando con un fuego de ébano. —A ti. —Se puso de puntillas, presionando sus labios a los míos—. Te necesito. 

Mi verga se engrosó; mi corazón se aceleró. 

También la necesitaba. Tan jodidamente mucho. Más ahora que nunca, ya que ella se encontraba actualmente perdida para mí. Ella no sabía cómo tomar su posición dentro de esta vida. No sabía cómo admitirse que, si no hubiera sido escogida en vez de Jacqueline, nunca me hubiera conocido. Nunca se hubiera enamorado de mí. Y yo nunca me hubiera enamorado de ella.

Gemí cuando la verdadera preocupación de sus pensamientos se elevó. 

No quería entrometerme, pero no podía dejarla pensar tales cosas incorrectas. 

—No la habría amado, _____. 

Se quedó sin aliento, su beso deteniéndose. 

Separé sus labios con la lengua, alimentándola con la verdad. —Sólo a ti. No me importa que se supusiera que ella fuera mi herencia. No me importa que tomaras su lugar. De hecho, estoy jodidamente contento. 

Su respiración se atascó mientras la besaba con más fuerza, aplastándola contra mí. —Estoy tan feliz que fueras tú porque me curaste, me arreglaste. Te amo a ti, _____. No a ella. No a otra persona. A ti. 

Sus brazos, el sano y el quebrado, colgaban alrededor de mi cuello, tirándome con fuerza contra su boca. Dejé que me guiara a la cama. La dejé controlar el beso. La dejé agarrar mi camisa y jalarme sobre ella. Y la dejé controlar todo lo que necesitaba. 

Le daría todo lo que siempre quiso. 

Pasaría el resto de mi vida asegurándome de que nunca tuviera que dudar de mis sentimientos por ella. 

Ella era todo para mí. 

No importaba si las mentiras nos unieron. 

El destino decidió que fuéramos emparejados. 

Y nosotros cumplimos esa profecía al caer jodida, total y perdidamente enamorados.

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Endeudado: Deuda Final// MYG y TÚ//+18 [TERMINADA T6]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora