Tenía una mano envuelta alrededor de la nuca de, Mellark mis dedos raspando gentilmente entre el corto cabello rubio-rojizo que era sorprendentemente suave al tacto. La otra estaba presionada contra la cabecera de penachos por encima de donde sus hombros tatuados se posaban mientras yo subía y caía repetidas veces en el eje de tensión que estaba bastante segura de que tenía poderes mágicos. Sabía que estaba un poco borracha de pasión y se sentía tan delicioso como una cantidad interminable de orgasmos, pero nunca había estado con alguien que tuviera la habilidad de hacerme arder de adentro hacia afuera y detener el tiempo. Los minutos se extendieron en horas y horas que se sentían como si fueran días en los que no anhelaba nada más que la presión de su polla en todos mis suaves y sensibles lugares.
El sexo con Mellark no era cuestión de poder y control, aunque me decía que lo que pasaba o no pasaba estaba en mis manos. Nunca me dejó olvidar que yo era la que tomaba las decisiones y establecía el ritmo, razón por la cual aún estaba estirada encima de él, montándolo como si fuera mi atracción favorita de los parques de atracciones. Traté de dejar que me cubriera, traté de acostarme debajo de él para poder mirarlo fijamente a esos ojos del color del invierno y a esa tensa carne teñida de tinta mientras se movía sobre mí, pero tan pronto como su cuerpo mucho más grande se cernía sobre mí, el pánico que no podía controlar y los recuerdos que no tenían lugar en ninguna cama con un hombre tan bueno y amable como Mellark se abrían paso entre el placer y la anticipación.
Se dio cuenta de que estaba a punto de derretirme antes de que lo hiciera y rápidamente se apartó. Lo que debería haber sido una hora de sexo alucinante y múltiples orgasmos se convirtieron en una hora de él sosteniéndome y besándome suavemente el cabello mientras yo lloraba y pedía disculpas una y otra vez por traer las cosas malas de las que no podía escapar a dondequiera que iba. Me aseguró que cuando mi pasado levantó su fea cabeza no lo asustó.
Susurró en voz baja:-Aunque las cicatrices que tienes de lo que sobreviviste estuvieran en el exterior, yo aún estaría aquí y te querría igual, son parte de ti y tú eres con quien quiero estar. -Eso me hizo llorar durante media hora hasta que me di cuenta de que estaba llorando sobre un tipo realmente caliente y desnudo y la prueba de que de que él realmente me quería no importaba en qué tipo de lío me encontraba se negó a ser ignorada por más tiempo.
Rápidamente llegué a la conclusión de que en vez de estar angustiada por las cosas que no podía hacer debido a mis demonios, abrazaría las cosas que aún parecían funcionar bien. Mientras no me sintiera atrapada o aprisionada, mientras mi mente entendiera que había espacio para alejarme de él, que había una escapatoria si la necesitaba, todo el miedo y el pánico retrocedían, permitiendo que el deseo y el anhelo que solo este hombre me inspiraba lo superaran todo.
Había muchas maneras diferentes para que dos cuerpos se unieran y me encantaba descubrirlas todas, pero hasta ahora esta era mi favorita. Me encantaba ver el hielo de su fría mirada derretirse mientras más cerca estaba de perder el control. No podía dejar de frotarme contra su pecho, pezones puntiagudos escarbando en su colorida piel mientras sus manos se apretaban en mis caderas cada vez que me inclinaba sobre su rígido eje.
Su rostro estaba enrojecido, había un fino brillo de sudor en su piel, y sus hoyuelos brillaban cada vez que me hacía gemir o jadear con sus dedos. Estaba controlando el ritmo, me gustaba lento y constante, era adicta al tirón y estiramiento de mi cuerpo mientras lo tomaba una y otra vez. Era laprimera vez que sentía que recibía tanto como daba en la cama. Parecía decidido a asegurarse de que yo me viniera primera, que estuviera satisfecha y saciada antes de que él se dejara ir.
Era dulce pero también innecesario. Él ya me había dado más de lo que nadie me había dado antes y yo quería hacer todo lo posible para asegurarme de que cada vez que estuviéramos juntos fuera tan bueno para él como lo había sido para mí, así que esta vez estaba decidida a hacer que se corriera antes de que tuviera la oportunidad de hacerme arder.
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Rescatame (Everlark)
RomancePeeta Hunter Mellark es un buen chico. Todo el mundo lo sabe, incluyendo a su novia que le dejó con una boda cancelada y un bebé en camino. Está cansado de terminar último y está listo para empezar a vivir el momento con noches empapadas en whisky...