Katniss

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Me gustó la forma como sabía y se sentía en mi boca. Me gustó la forma en que sus manos sostenían los lados de mi cabeza, sosteniéndome mientras me movía en él y sobre él, pero no exigiendo. Me gustó la forma en que sus abdominales se apretaron y flexionaron cuando lo empujé más profundo y giré mi lengua al rededor de la punta una y otra vez. Me gustó la forma en que su cuerpo entero se endureció y se puso en alerta cuando deslicé una mano entre sus piernas y toqué su piel extrasensible. Me gustó la forma en que sus piernas se movieron inquietamente acada lado de mí, indicando que estaba rápidamente perdiendo la pelea para contenerse y disfrutar lo que estaba haciéndole por tanto tiempo como fuera posible. Me gustó el sabor terroso y salado de él cuando finalmente se dejó ir en un largo gemido que venía de algún lugar en lo profundo de su pecho. Me gustó que temblara cuando hice cosquillas con mis dedos sobre él pesado saco entre sus ahora dóciles piernas. Cuando usó su agarre en mi cabeza para tirarme más cerca así estábamos casi nariz con nariz, ojos azules ardiendo con la clase de cosas que había estado buscando toda mi vida, y rudamente me dijo:—Realmente, jodidamente te amo, Kantiss. —...bueno, amé eso. Fue la mejor parte.
—Te amo también, Mellark. —Me puse en sus piernas estiradas y estire un dedo así podía correrlo sobre el adorable hueco en su mejilla. Amaba esos hoyuelos y estaba agradecida por cada minuto de cada día que estaba viendo más y más de ellos mientras más tiempo estábamos juntos—.

Gracias por tomarte tiempo libre del trabajo para ir conmigo mañana. Era el fin de semana después de la compra de muebles y el inolvidable sexo en su taller. Él ya había tenido algunos clientes programados para la semana que no podía cancelar así que nuestro viaje a Texas había sido pospuesto hasta que pudiera escaparse. Primm todavía estaba molesta de que iba a ir siquiera, pero el hecho de que Mellark accedió a ir conmigo y sostener mi mano la había conquistado para siempre. Rowdy ofreció venir otra vez ya que estaba muy consciente de a lo que podríamos estar caminando, pero sabía que, si tenía alguna oportunidad de alejar a mi madre de mi padre, tenía que hacer mi acercamiento lo menos amenazante posible. Ella iba a necesitar una amiga, no una confrontación, y no había forma en que Rowdy pudiera ser el chico que hiciera eso, no contanta animosidad como tenía hacia mis dos padres por lo que nos habían hecho a Primm y a mí mientras crecíamos. Sus manos se movieron así estaban apoyadas donde mis piernas encontraban mis caderas. Ese parecía ser su lugar favorito de descanso y no me importaba ni un poco.

—Nunca te dejaría entrar en una posible situación peligrosa sola, con o sin la mamada espectacular.

—Levantó sus cejas en alto y me sonrío—. No es que no fuera a apreciada. Lo golpeé ligeramente en el pecho y moví la pesada caída de mi cabello sobre un hombro. Sus ojos se entrecerraron una fracción mientras las puntas de mis pechos se asomaban a través del velo color caramelo.

Habíamos estado el uno en el otro por horas porque no había forma de que pudiera dormir sabiendo que iba a volver a todo de lo que casi había muerto tratando de escapar. Si no podía dormir, entonces él tampoco podría, lo que condujo a montones y montones de sexo. Tenía que estar cansado, sabía que yo lo estaba, pero mi cerebro no se callaría y a mi cuerpo no parecía importarle que estaba adolorido y sensible en muchos lugares.

—Sé que no me dejarías ir sola. La mamada fue por el auto.—Realmente solo fue porque me gustaba tener el poder sobre él. Adoraba ser la que estaba en control de hacerlo sentir bien y excitarlo. Bufó una risa sorprendida y les dio a mis caderas un apretón.

—Si eso es lo que obtengo cuando te doy un auto, entonces preparate para un nuevo paseo en navidad, y quizás incluso en tu cumpleaños. Caí hacia adelante y me acurruqué en su pecho. Sus brazos inmediatamente se envolvieron alrededor de mí y sus labios encontraron la cima de mi cabeza.

Rescatame  (Everlark)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora