III

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Jiyoung

Habían pasado tres semanas desde que me había mudado y una desde que había iniciado el semestre y odiaba decirlo, pero mis padres tenían razón, aquello de ser independiente era realmente difícil, apenas y sacaba tiempo para dormir ya que mi mañana estaba ocupada por la escuela y parte de la tarde se iba en mi trabajo de medio tiempo y en las tareas que dejaban los profesores. Estaba volviéndome loca porque los ahorros que había mantenido intactos se estaban agotando en pasajes y comida, y pronto debía de pagar el arrendamiento.

Estaba frustrada, no quería volver a casa y soportar a mis padres de nuevo, pero no podía trabajar de tiempo completo pues a diferencia del mes anterior esta vez tenía que preocuparme por las notas de las asignaturas, estaba perdida.

— ¡oh, vamos! —Dason, mi mejor amiga, jalaba de mi brazo en dirección a la cafetería de la facultad y yo ponía resistencia, no quería caer en tentación y gastar dinero en alguna golosina.

—Es demasiada tentación Dason, no puedo gastar ni un solo won— fruncí los labios, aquello de estar limitada económicamente era algo nuevo para mí y no era nada grato.

—No me digas que tus padres te han cerrado las cuentas —me miró asustada y se llevó las manos a la boca completamente horrorizada.

Negué con la cabeza y con orgullo informé—. No he tomado ni un solo won desde que dejé mi casa—suspiré—. No quiero que sepan que tenían razón y que estoy a nada de volver con ellos... aunque siendo sincera mi orgullo no me lo permitiría—me encogí de hombros y agaché la cabeza.

—Pero ya ni siquiera usas tu auto, no entiendo cómo es que se te fue el dinero tan rápido de las manos.

Yo tampoco lo sabía.

—He estado gastando en comida, pasajes y en cosas de cuidado personal —me senté en la banca que estaba detrás de nosotras, apoyé los codos sobre mis rodillas y acuné mi cara con mis manos— No quiero volver con ellos, al menos no tan pronto.

Bufé cansada.

Dejé de mirarla para concentrarme en el piso como si mágicamente pudiera encontrar la solución a mi crisis.
Estaba tan absorta en mis pensamientos que no me di cuenta cuando Dason me tomó de los hombros y me miró con una sonrisa de oreja a oreja.

La miré completamente extrañada, ¿qué mosca le había picado?

—¡Encontré la solución a tu problema!

Fruncí el ceño, presentía que aquello era una mala idea.

Ohmygirl.com [Jung Hoseok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora