XXIV

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Hoseok

Vamos, Jung, es hora de hacerlo, deja esta ridiculez de una vez por todas.

Me lo repetía frente al espejo, como si eso me diera valor para dejar el estúpido plan de venganza y por fin, permitirme cerrar correctamente ese ciclo.

Realmente comenzaba a sentir algo por Jiyoung, pero primero debía avanzar y dejar a Seolri atrás.

Inhalé profundamente antes de voltearme hacia la puerta, listo para buscar a Jiyoung y decirle que aquello era una locura, que mejor fuésemos a otro lado y pasáramos nuestra última noche de una forma más divertida. Abrí la puerta con el corazón latiéndome a mil por hora, pero ni siquiera había dado un paso fuera cuando Seolri apareció frente a mí, me sonrió juguetona y me empujó de vuelta al baño, cerrando la puerta con seguro.

Sus finas manos se encontraban en mis hombros, acariciándolos suavemente mientras me miraba traviesa y al mismo tiempo podía ver un atisbo de resentimiento en esos ojos que me habían vuelto loco por mucho tiempo.

—A ti te estaba buscando—ronroneó. Su voz aterciopelada fue una caricia para mí. Su índice comenzó a vagar por mi pectoral de forma seductora, temblé cuando comenzó a hacer círculos con él, ella solo sonrió cuando notó que aún tenía efecto en mí—. Sé que pude haberme acercado cuando estabas con tu amiguita, pero sabes que tengo modales y prefería evitar el drama.

—No sé de lo que estás hablando y siendo honesto tampoco me interesa—aparté su mano con la mayor suavidad, tanto ella como yo nos sorprendimos por mi arrebato de valentía.

—Te extraño—sollozó antes de tirar de mi camisa, tratando de conectar sus labios con los míos, el aura de seducción que la envolvía se había esfumado por completo, dejando a la verdadera Seolri, una indefensa y necesitada— ¡Dios, te extraño tanto, Hoseok! Desde que terminamos no he hecho más que lamentarme por ser tan inmadura, jamás debí aceptar a Park, es solo que a veces no me dabas tanta atención y...

—Basta—la empujé cuando ella trató de acercarse de nuevo, y exhalé sonoramente por lo que iba a decir—. No sabes cuan mal la pasé, Seol, perdí a mi mejor amigo y a la chica que quería como a nada en el mundo, tú...—respiré hondo buscando tranquilizarme, no iba a llorar frente a ella, no iba a perder la poca dignidad que aún me quedaba—. No reduzcas el daño que causaron llamándolo una "inmadurez" porque no lo fue, fue una traición, estaban conscientes de todo lo que iban a causar y aún así lo hicieron, se liaron frente a toda la escuela ¿entiendes siquiera la humillación que pasé?

No me contestó, y su silencio potenció la ira que me gobernara y se exteriorizaba como verborrea. Por primera vez dejaba salir todo el dolor que me había guardado y se sentía bien, era como quitarme un peso de encima. Sus ojos comenzaron a aguarse, pero no iba a caer por esas lágrimas, solo estaba llorando porque yo no estaba cediendo ante ella.

—Por supuesto que no, no podrías entender por lo que pasé porque amor y amistad son cosas que en tu vida has experimentado—reí sin gracia cuando recordé todo lo que había sucedido el día en que los descubrí, todos en el instituto sabían, todos menos yo—¿Sabes algo? Siento pena por ti, Seol, a los dieciocho años no has sabido como amar porque ni siquiera tus padres lo han hecho contigo, vives rodeada de los lujos que ellos te dan como una disculpa por su ausencia, que es el noventa por ciento del tiempo, es por eso que a la primera señal de amor sincero, lo saboteas para no sentirte vulnerable y eso es realmente triste—Apartó la mirada, y sollozó con amargura. La miré por última vez, como tratando de preservar un último recuerdo de quien había sido mi primer amor y decepción cuando noté unos chupetones alrededor de su cuello, parecía un maldito collar. Chasqueé la lengua y escupí—. Y para hacer más creíble este teatro de que me extrañas, debiste haber cubierto esas marcas—las señalé con desdén y me reí. Realmente era el fin, ni siquiera valía la pena seguir perdiendo el tiempo con ella en el baño. Me miró anonadada, pero no me respondió, solo se arregló el cabello tratando de tapar aquellas marcas violáceas antes de marcharse en silencio.

Ohmygirl.com [Jung Hoseok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora