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Después de haber almorzado, platicamos cerca de dos horas sobre temas nada relevantes, pero divertidos, pasamos de hablar sobre nuestra comida favorita hasta teorías conspirativas, esa tarde fue realmente agradable. Me di cuenta que Hoseok era, sin duda alguna, de esas personas que se vuelven tu hogar, con quien puedes reír, llorar e incluso hacer el ridículo a su lado sin sentirte mal, él me había dado el consuelo que nadie más había podido, ni siquiera Dason, y sentía pánico por ello, temía que alguien como él se marchara, no quería que se fuera después de nuestro "trato", e incluso si se quedaba a mi lado, tenía miedo de que nuestra relación cambiase. 

No me mal entiendan, más allá de un interés amoroso, Hoseok era un buen amigo, al menos después de haber llorado frente a él y haber recibido un consuelo sincero, podía decir que él era mi amigo; tenía una personalidad tan cálida, tan sencilla, que, ¿quién no quisiera a alguien así a su lado?

Hoseok se marchó después de recibir una llamada de algún compañero de la escuela, no sin antes abrazarme, gesto que me tomó por sorpresa ya que nunca lo había hecho cuando nadie nos miraba. Por otro lado, mi madre me llenó de mensajes, pidiéndome que fuese a cenar el domingo, en el cumpleaños de mi padre, un día después de la fiesta de Jin, acepté, muy a mi pesar, aunque después de todo, era mi papá.

El haber faltado a la última clase fue la mejor idea que Hoseok pudo haber tenido, mi estado de ánimo cambió con su compañía y de pronto me vi llena de energía, tanto como para empezar a arreglar mi pequeño apartamento.

Terminé antes de lo que pensé y más agotada de lo que esperaba, me maldije mil veces por posponer la limpieza por tanto tiempo. Me duché, disfrutando cada minuto bajo el agua caliente, tal vez solo necesitaba llorar un buen rato y distraerme. Salí con la toalla en la cabeza y una pijama vieja, esa tarde la pasaría sin ninguna preocupación, me desparramé en el sillón y seleccioné la primera película que me apareció del repertorio, dispuesta a procrastinar, pero al parecer la vida no dejaría que eso pasara porque el timbre sonó dos veces.

Refunfuñando, caminé hasta la puerta y la abrí, arrepintiéndome al instante.

—¿Qué haces aquí?—solté de forma grosera.

Sonrió de soslayo antes de hacer un mohín con sus labios. 

—¿Puedo pasar?

—¿Para qué?—traté de no darle demasiada importancia a las bolsas que tenía en las manos y lo miré a los ojos—. No somos amigos y tampoco te debo nada, así que te pido encarecidamente que me dejes en paz.

—No te recordaba tan reticente conmigo, Jiyoung, prometo que vengo en son de paz —alzó la mano que tenía libre.

Suspiré al mismo tiempo que me insultaba mentalmente por ser tan débil.

—Pasa, tienes diez minutos para decirme que quieres y te vas, Jin, lo digo en serio.

Sonrió genuinamente antes de entrar. Pasó a mi lado, posando su mano libre en mi cintura y guiándome hasta la sala. 

—¿Quién te dijo dónde vivo?—deshice su agarre con brusquedad y lo miré con detenimiento.

—¿Importa?—sonrió juguetón—.Creo que no, traje algunos refrigerios que sé que amas y por lo visto ya has escogido la película—tomó el control remoto y le puso pausa a la película.

—Estas demente si piensas que veré una película contigo—me senté en el mullido sofá y comencé a perder el tiempo en mi celular, ignorando su existencia por completo.

—Supongo que no es nuestro estilo eso de prestarle atención a las películas, ¿cierto?—dejé lo que hacía solo para dedicarle una mirada de desagrado, eso me pasaba por dejarlo pasar, sonrió con suficiencia mientras le daba play a la película y se acercó a mí.  

—¿Qué crees que haces?—murmuré mientras lo miraba humedecer sus labios.

—Lo que debí hacer antes de que Hoseok nos interrumpiera en el pasillo—susurró con un tono más profundo del que solía caracterizarlo.

Me incorporé rápidamente cuando él se encontraba peligrosamente cerca de mí y traté de esquivarlo camino a la cocina, pero me tomó del brazo y ágilmente me pegó a la pared, dejándome atrapada entre la misma y su cuerpo. Acunó mi rostro con sus manos y repaso mi labio inferior con su pulgar.

—Mierda, Jiyoung, hace tiempo que muero por tenerte así de nuevo—susurró cerca de mi boca y antes de que pudiera hacer algo para separarlo de mí, posó sus labios sobre los míos. 





Ohmygirl.com [Jung Hoseok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora