XXIII

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Jiyoung

¿Tristeza? ¿Decepción? realmente no sabía que era lo que sentía en ese momento. Desde que llegamos, Hoseok no se había despegado de mí, pero tampoco quitaba su mirada de Seolri, es decir, sabía que ese era el punto, que no la había superado porque ¿Quién supera de verdad a alguien en treinta días? Pero de alguna forma me molestaba, le había tomado cariño y sabía que ella solo lo lastimaría de nuevo, pero no podía hacer nada, solo ser testigo de como se perdía de nuevo en lo que muchos llamaban "amor", pero que no lo era.

Trataba de no pensar mucho en ello, centrando mi atención en la bebida que me habían dado, la movía en círculos con mi diestra antes de darle un sorbo, no sabía que era, pero tampoco sabía mal, era amargo pero tolerable.
De pronto, sentí la mano de Hoseok sobre la mía, acarició mi dorso con suavidad antes de entrelazarla con la suya. Lo miré confundida, trató de decirme algo, pero la música estaba muy fuerte así que dejé mi bebida en la mesa y con mis manos libres le hice ademanes para que supiera que no le había escuchado. Se acercó a mí y susurró con voz tremendamente seductora y ronca.

—Voy un segundo al baño—sentí como toda mi piel se erizaba cuando apartó un mechón de mi rostro y me miró con detenimiento, expectante a mi reacción ¡¿acaso me estaba coqueteando?!

Asentí con lentitud y él me respondió con una media sonrisa.

Se levantó con gracia del sofá y sacudió su pantalón antes de echarse a andar por el corredor, supongo que ya conocía el piso de Seokjin a la perfección.

Lo vi alejarse a través de la multitud que bailaba despreocupadamente, su silueta se perdió en la oscuridad.
No pasó mucho tiempo hasta que otro ocupara su lugar, un chico de cabello rosa y ojos salvajes, indiferente al ambiente en general, se sentó a mi lado, parecía algo aburrido. Tomó el cigarrillo que tenía en la oreja y se lo llevó a la boca para encenderlo.
Sacó su mechero y lo encendió sin esfuerzo alguno, le dió una larga calada y exhaló el humo cerca de mi rostro. Habían pocas cosas que me molestaran y el humo del cigarrillo era una de ellas, no soportaba el olor.
Ugh.
Traté de no hacer ninguna mueca, no quería ser grosera en absoluto aunque ni siquiera me miraba de todos modos. No quería moverme de ahí porque tal vez Hoseok no me encontraría, pero tampoco quería quedarme junto a ese chico que parecía chimenea e impregnar mi ropa y cabello con olor a tabaco.
Chasqueé la lengua antes de levantarme del sillón con molestia.
Él me miró, pero no me dijo nada, solo movió su mano en dirección a la puerta que daba al balcón.
¡Vaya tipo!
Sonreí con pocas ganas y bufé cuando le di la espalda, lo que me faltaba, salir para pescar un resfriado porque no había traído un saco.

Avancé hasta la puerta de cristal y salí a la terraza con pocas ganas. El frío aire azotó mi rostro, sentí como si mis mejillas se hubiesen quemado, pero dejando a un lado el frío,  la vista era excepcional. Toda la ciudad iluminada de color amarillo brillaba solo para mí, el cielo estaba despejado, las estrellas alumbraban la noche.
Caminé hasta el balcón y sonreí, a pesar de que esa noche significaba el fin de mi falsa relación, no quería que fuese algo triste, me la pasaría bien hasta el final y tal vez incluso pudiese conservar mi amistad con Hoseok intacta.
Suspiré cuando mi celular vibró, lo desbloqueé con pereza, pero al leer su nombre no pude evitar sonreír.

Hoseok
Creo que he perdido a mi novia, dónde estas? 🥺

Pero antes de siquiera poder responderle, una voz bastante chillona me tomó por sorpresa, ocasionado que soltara mi móvil y éste se estrellara contra el suelo.
Mierda. Susurré antes de girar.

—Esto es tuyo ¿cierto?—alzó mi celular y me sonrió falsamente.

—Seolri—murmuré más para mí que para ella, pero me escuchó de todos modos.

Ohmygirl.com [Jung Hoseok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora