Cuando me despierto no sé que hora es. Miro el reloj. Faltan cinco minutos para las diez.
Salto de la cama, los alemanes y las alemanas son muy madrugadoras. Me doy una ducha rápida y tras vestirme, voy a la cocina. Natalia está sentada en una mesa redonda, leyendo un periódico. Al verme, lo cierra:-Buenos días, dormilona.
Simona, que está cocinando, me saluda sonriente.
-¿Has dormido bien? - pregunta Natalia.
Asiento y me siento en la silla, frente a Natalia, Simona deja un café con leche y una porción de tarta hecha por ella, al probarlo, exclamo:-Mmm, está buenísimo, Simona!.
-Me alegro de que le guste, señorita.Sonriente se vuelve a la cocina. Y yo continuo desayunando. Natalia no habla, solo me observa.
-¿Qué pasa? ¿Por qué me miras así?
-Aún no me creo que estés recién despertada desayunando en la cocina de mi casa. Cuando termines y estés lista iremos a casa de mi madre. Debo recoger a Flyn y comeremos allí. Hoy tengo un partido de baloncesto.
-¿Juegas a baloncesto?
-Si.
-¿En serio?
-Si.
-¿Con quién?
-Con amigos.
-¿Y por qué nunca me lo habías dicho?
-Nunca me lo has preguntado. Pero ahora estamos aquí, en mi terreno y puede que te sorprendan muchas cosas de mi.Sigo desayunando, me sorprende que aún no me haya besado o dado un abrazo.
-Oye, cuando dijiste que aquí la gente no es muy efusiva con los saludos, ¿significa que no habrá besos de buenos días?
-Habrá besos siempre que las dos queramos, Alba. ¿Alguna pregunta más?
-No, señorita.Cuando termino, subo a lavarme los dientes y a peinarme y antes de salir por la puerta se me queda mirando.
-¿Qué pasa ahora?
-Eso que llevas es poco abrigo, Alba.
-Tranquila, abriga más de lo que crees.Con una sonrisa en la cara me sube la cremallera hasta el cuello.
-Habrá que comprarle algo a mi princesita para que no se me enferme.
Una vez que subimos al Mitsubishi, pone la calefacción y en el camino, me va explicando cosas de ahí.
Por el camino pasamos por Riem, hasta llegar a Bogenhausen, y nos paramos en ante una verja oscura y mis nervios se tensan. Conozco a Sonia y sé que es un amor, pero es la madre de Natalia.Cuando aparca el coche, nos bajamos y me coge la mano. Sonia está en la puerta mirándonos sonriente.
-Que alegría, que alegría teneros aquí a las dos.
Sonrío, no puedo hacer otra cosa. Y cuando Sonia me da un abrazo me susurra en el oído:
-Bienvenida a Alemania y a mi casa, cariño. Aquí te vamos a querer muchísimo.
-Gracias.Natalia le da un beso y vuelve a agarrarme la mano, para entrar en el interior de la enorme casa de ¿mi suegra?
-Flyn está jugando en el salón a un juego de esos de matar... Por cierto, m
Marta me ha llamado, va a venir a comer porque quiere saludar a Alba.
-Estupendo. - responde Natalia.Sonia se marcha y Natalia me dirije por los pasillos, nos frenamos en una puerta.
-¿Preparada para conocer a Flyn?
-Ni que fuera un león hambriento.Abre la puerta y el pequeño la mira.
-¡Tía Natalia!
De un salto, se abraza a ella. Natalia sonríe y a su vez cierra los ojos. Que momento más bonito, joder.
-Flyn, quiero presentarte a la señorita Reche.
-Hola, Flyn.Clava sus rasgados ojos en mi, aun no le había visto la cara y responde:
-Hola, Señorita Reche!
¿Chino? ¿Flyn es chino?
-Flyn, puedes llamarme Alba.
-Vale, Alba, me gusta tu nombre.
-Y a mi el tuyo.Durante unos minutos juegan a la play. Voy hasta una gran chimenea y me fijo en las fotos. En ellas se ve a Natalia con Marta, Sonia y otra mujer, que supongo que sería Hannah, la madre de Flyn. Se parecían mucho, pelo negro, ojos oscuros... Me sorprendo al ver una foto de Natalia de joven, con el pelo mas claro y largo abrazada con Marta... Sonrío inconscientemente.
-Hola, Alba.Me doy la vuelta y me encuentro con la sonriente Marta, nos abrazamos y me dice:
-Ya veo que Natalia y Flyn te han abandonado por el juego.
-Si, jaja.
-Mi sobrino es un monstruito. Vayamos a tomar algo a la cocina.Cuando llegamos a la cocina, veo a una mujer cocinando y nos saluda. Marta me la presenta, es Cristel.
-¿Qué te apetece?
-Coca-Cola, por favor.Con ellas en la mano, nos vamos a un salón con una gran cristalera. Vemos a Sonia fuera con un abrigo, la cual nos sonríe al vernos.
-Mamá y sus novios.
-¿Sus novios?
-Mi padre y ella se divorciaron cuando yo tenía ocho años. Aunque le adore sé que es un hombre muy aburrido. Mirala, es como una quinceañera.Asiento, se me había olvidado que Marta y Natalia son hermanas sólo por parte de madre.
Cuando cuelga, entra en casa y nos comunica.
-Chicas, me acaban de invitar a Suiza. He dicho que si, me voy mañana con Trevor Gerver.
-¿Trevor?- pregunta Marta
-Si, hija.
-Es todo un bombonazo, mamá.Cuchichamos más hasta que pienso en que en dos días es nochevieja.
-¿Regresarás para Nochevieja?
-No, cielo. La pasaré en Suiza.
-¿Natalia y Flyn la pasarán solos?
-Desde que murió Hannah, esa noche dejó de ser especial...Cambiamos de tema, empiezan las anécdotas, y entre risas, veo a Marta fijar su mirada en la puerta. Natalia está ahí con el pequeño de la mano.
Sonia, susurra:-Ni una palabra de lo que hemos hablado, chicas.
Comemos y nos sentamos todas en el salón, Natalia se levanta y me dice:
-Cariño, me tengo que ir al polideportivo, no sé si te gusta el baloncesto pero me gustaría que vinieses conmigo.
-Claro que voy.
-Yo también quiero, tía. - dice Flyn.
-Por supuesto, enano. Ponte el abrigo.
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