La ví, mirándome fijamente, a lo largo de mi vida había visto muchas miradas, pero ninguna se comparaba a la suya, esos ojos que le quitarían el alma a quien fuera, esa cara de inocencia y esa sonrisa, toda ella era perfecta, estando en su flor de vida, le sonreí y sin más me acerqué.
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Hoy damos nuestro concierto, a veces me pregunto, ¿Qué demonios hago aquí?, Si, de verdad amo hacer lo que hago pero... Vamos, el bajo no es tan importante como la batería, tan profundo como las guitarras o tan esencial como la voz, incluso el teclado luce más que el bajo.
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Hoy después de dar el concierto y hacer lo rutinario; dar autógrafos, tomarnos fotos y hacer lo que siempre hacemos, los chicos y yo nos fuimos al hotel en el que nos quedamos, me duché y salí como nuevo para dormir.
-Oliver —la voz de Till detiene mi caminar.
-¿Qué pasa Till?
-¿No quieres salir con nosotros?, iremos a un bar, vamos, a ver si de paso alegras ese corazón tan amargado con alguna chica.
—su comentario hace fruncir mi ceño, es obvio que me ha molestado un poco— No quiero ir, quiero descansar.
-¿Te perderás la oportunidad de emborracharte en México?, Eres un idiota —su mirada refleja cierto odio.
-Demonios Till —comento quejándome mientras tomo el suéter que se encuentra en el sofá— sólo iré porqué sé que después no cerraras la boca y me estarás jodiendo.Escucho los pasos de mis amigos junto a los míos, presto atención a pequeños detalles de los que antes no me había dado cuenta, la brisa de aire frío golpea mi rostro, el olor de la noche me hace suspirar y pensar más en todo, las calles de noche son hermosas, amo México, todos lo amamos.
Al entrar al bar Till inmediatamente pide tequila para todos, es obvio que él ama el tequila, los chicos toman y ríen felices, ¿cómo no estarlo después de ese gran concierto?, todos están felices, todos, menos yo, observo mis manos entrelazadas, prefiero estar tranquilo, prefiero no reír, no tomar.
-Hey Oliver —el codo de Richard golpea mi brazo llamando mi atención— esa chica no te quita la mirada de encima.
-¿Cual chica? —es inevitable no voltear hacia dónde la mirada de Richard está puesta y es cierto, una chica está mirándome, mi mirada cruza con la suya haciendo que ella desvíe los ojos hacia otro lado.
-Ve —Richard menciona dándome un leve empujón con su brazo—no pierdes nada, tienes que disfrutar la vida amigo, además esa chica tiene un toque igual al tuyo.
-¿Cómo sabes eso Richard?, la acabas de ver y ya dices que se parece a mi.
-Sólo mirala amigo, esos ojos, la forma en que mueve las manos, la forma en que mira, la forma en que se sienta... ¿Acaso quieres que te aburra más?, sólo ve y habla con ella con un carajo.Si, Richard no está tan equivocado, he notado que ella viene con amigos pero no se ríe y no toma como los demás, al observarla veo que su mirada se fija de nuevo en mi, ¿me acerco?, ¿qué puedo perder?,ahora que la observo detenidamente me doy cuenta de que ella es hermosa; su cabello ondulado es oscuro como la noche, sus ojos color miel contrastan a la perfección con su piel morena, es delgada y observándola a detalle tiene muy pocos años de edad encima, ¡Demonios!, tomo valor y me levanto del asiento tratando de no hacerme notar tanto, respiro antes de comenzar a avanzar lentamente acortando la distancia entre ella y yo, no puedo dejar de verla, simplemente no puedo, ella tiene algo que... Conforme avanzo sólo siento mi corazón latir con desesperación, cómo cuando ves a una persona que hace mucho no ves y está realmente emocionado por esto.
-Hola linda, ¿Te invito un trago? —mi voz suena un tanto nerviosa, pero ¿Cómo no estarlo?.
—su mirada se posa sobre mí y una sonrisa encantadora se dibuja en su rostro, se acerca más a mí acortando la distancia entre ella y yo y a la vez alargandola hacia sus amigos— ¿Por qué el gran Oliver me invitaría un trago a mi?
-Pues... —hago una pausa para pensar mi respuesta pero realmente no viene nada a mi mente, es como si todos mis pensamientos e ideas me las hubiesen arrebatado.
-Está bien, sólo un trago, ¿vale?.
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𝙎𝙄 𝙉𝙊 𝙏𝙀 𝙃𝙐𝘽𝙄𝙀𝙎𝙀 𝘾𝙊𝙉𝙊𝘾𝙄𝘿𝙊
Romance¿Soledad?, ¿vacío?. Oliver Riedel siente que su vida ya no tiene sentido y que él no merece vivir, una chica llegará para demostrarle lo contrario.