𝑪𝒓𝒖𝒆𝒍 𝒗𝒆𝒓𝒅𝒂𝒅.

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Oliver's POV.

Han pasado tres meses desde que toda esta mierda ocurrió, tres  meses desde que se fué mi Olivia y lo único que puedo hacer es pensar en ella, odiar más a Till y aborrecer más a Lucía.

Al hacer cuentas, calculo que Olivia lleva casi tres meses de embarazo, casi el tiempo en que se fue de aquí, aunque prefiero no pensar en que casi enseguida de que ella se fué de la casa tuvo sexo con Till y quedó embarazada.

Hoy he decidido saber la razón por la que Lucía hizo lo que hizo, no me voy a quedar con esa maldita duda.

-Lucía —entro en lo que ahora es su habitación y me paro en la entrada.
-¡Oliver! —menciona emocionada.
-Vine solo para preguntarte algo.
-Dime, ¿qué es...

Una voz interrumpe nuestra charla.

-Oliver —Flake se acerca a mi y me mira preocupado.
-¿Qué pasa? —pregunto confundido y a la vez molesto por qué nos haya interrumpido.
-Oli...

Otra voz nos interrumpe y al saber de quien proviene me emociono y me quedo helado a la vez.

-Vaya, vaya, miren quien está aquí —Lucía menciona con burla al ver entrar a Olivia a la habitación.

Pero al parecer Olivia no viene sola, Till viene con ella.

-Olivia —menciono sintiendo que estoy a punto de llorar de tan solo ver a mi Olivia ya con el vientre un poco crecido indicando que lleva un ser en su interior.
-Yo también quisiera preguntar algo —menciona ella sin voltear a verme— ¿por qué?, ¿por qué hicieron lo que hicieron?.
-Pequeña —menciona Till sujetando la mano de aquella que alguna vez fué mi chica.
-¿Por qué? —menciona Lucía con burla— muy bien —sonríe sarcásticamente mientras todos la observamos, y ahora que me doy cuenta todos los chicos se han unido a esta charla— ¿sabes?, desde que tú y yo éramos amigas, tú siempre lo tuviste todo, a pesar de que creciste sin padre eras feliz, eras una chica feliz, siempre sonriendo, siempre alegre, tú y yo escuchábamos a Rammstein juntas, ¿lo olvidaste?, siempre hablábamos de lo maravilloso que sería conocerlos y entonces... Tú —Lucía señala a Olivia y todos la observamos fijamente— tú lo conociste a él —ahora es a mi a quien señala— yo siempre estuve enamorada de él, siempre lo quise a él, mi sueño era conocerlo, pero mirate, tú camino y el de él se cruzaron esa noche en aquel bar, tú estabas tan feliz, no cabías de la emoción, ¿sabes?, el día  en que lo conociste a él yo conocí a Till por la mañana y creí que él sería un medio para acercarme a Oliver, pero no creí que tú, chica estúpida te toparias con Oliver antes que yo, por eso, cuando murió tu madre yo me puse tan pero tan feliz, por que por primera vez en tanto tiempo, te vi destrozada, estabas herida, completamente bulnerable, y eso... —suelta una risa que solo hace que yo me enfurezca más— eso sin duda fué lo mejor que me pudo haber pasado a mi, sin embargo, no era suficiente, no, supe que no era suficiente el día en que me enteré de que te habías ido de la ciudad para vivir tu gran vida al lado del hombre al que yo quería, por eso utilicé a Till, él sería mi medio de acercarme a ustedes, y así fué, mírame Olivia, te arruine.

A este punto todo comienza a pasar en cámara lenta, para cuando me doy cuenta Lucía ya me tiene sujeto del brazo.

-¿Lo ves? —Lucía pregunta mientras comienza a reírse.

Volteo a ver a Olivia y niego con la cabeza soltandome del agarre de Lucía, Olivia comienza a llorar y sale corriendo de ahí, Till corre detrás de Olivia llorando por igual, yo trato de hacer lo mismo pero Lucía se aferra a mi con fuerza, abraza mi estómago y carga todo su peso sobre mi, evitando que pueda ir tras Olivia, Christoph y Paul se acercan y quitan a Lucía mientras ella solo patalea para tratar de sujetarme de nuevo.

Richard sólo se queda ahí parado sin hacer nada, yo comienzo a correr hacia la entrada, salgo de la casa y observo hacia todas partes, no veo señales de Olivia o Till, no sé a donde se han ido, me siento desesperado, una presión se hace presente en mi pecho y un recuerdo viene a mi; México, así me sentí el día en que Olivia se iba a quitar la vida, es justo la misma sensación.

Tengo que... Necesito encontrarla, comienzo a correr, ¿pero hacia donde?, la casa en donde viven Till y ella, mientras avanzo lágrimas comienzan a salir de mis ojos, miles de pensamientos inundan mi mente, Olivia, Till, Lucía, Richard, todos los recuerdos de lo que ha pasado desde que conocí a Olivia vienen a mi.

Llego hasta la casa de Till y toco con desesperación la puerta, nadie me abre, no escucho ningún ruido, golpeo una y otra vez la puerta esperando respuesta alguna pero nada, me tiro ahí en la entrada, no me moveré de aquí hasta que vea a Olivia.

Lucía, te odio tanto por habernos hecho esto, ¿qué culpa tiene Olivia?, ¿por qué?, recargo la cabeza en la puerta y recuerdo como desde que Till llevó a Lucía a la casa comencé a sentirme extraño, tenía un mal presentimiento, todo era confuso y el simple hecho de que Lucía estuviese cerca de mí me hacía sentir temor, era eso.

Llevo mis manos hacia mí cabeza y comienzo a llorar de desesperación, si algo le pasa a Olivia o al bebé, a ese bebé que nisiquiera me pertenece, haré que Lucía pague, lo haré, nada me va a importar, nada.

Omnisciente.

Dos hombres desesperados lloran al enterarse de una cruel verdad, uno está esperando a poder ver los hermosos ojos del amor de su vida y otro busca con desesperacion a aquella chica que cambió la vida de todos.

Till corre, busca por todas partes, grita el nombre de Olivia hasta que al fin logra verla a lo lejos en un callejón, sentada sobre el frío pavimento llorando, abrazando sus piernas.

-Olivia —menciona aquel hombre aliviado al haberla encontrado.

El se acerca a ella y se sienta a su lado, la envuelve en un abrazo cálido que reconforta el alma de ambos, los dos lloran y sin decir palabra alguna se consuelan mutuamente.

-Lo siento —se atreve a decir él mientras acaricia el cabello de aquella chica— yo... Caí, yo la llevé a la casa.
-Para Till —entre sollozos Olivia logra obtener fuerzas para hablarle al hombre que la ha apoyado desde hace tres meses— solo... Llévame a casa, ¿si?, vayamos a casa, por favor.

Till se levanta y sujeta a Olivia entre sus brazos, la sostiene con fuerza como si fuese su vida misma, comienza a caminar lentamente hasta su casa, sin prisa alguna, por que así es la vida, ¿por qué ir de prisa?, cuando se tiene todo el tiempo del mundo para amarse, ¿por qué hacerlo todo tan rápido y sin amor?, cuando el amor es algo que debe ir lento, sino ¿que caso tiene?, ¿cómo habría forma de disfrutarlo?.

Oliver espera en el suelo al amor de su vida, por que eso es lo que es ella para él, mientras Till lleva en brazos a su alma gemela, por que al final de todo, los mejores amigos también pueden ser almas gemelas, ¿no?.


Mónica Danfel.

𝙎𝙄 𝙉𝙊 𝙏𝙀 𝙃𝙐𝘽𝙄𝙀𝙎𝙀 𝘾𝙊𝙉𝙊𝘾𝙄𝘿𝙊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora