❤️CAPÍTULO 11❤️

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—¡Mami! —escucho la voz de mi pequeño y giró a verle y este me veía con un puchero indicándome que algo no iba bien.

—¿Qué pasa Hae? —le preguntó mientras caminabamos al lado del señor Oh, quien solo se dedicaba a mirarme a mi y de vez en cuando a Donghae.

—¿Aun falta mucho para que lleguemos por el helado? —sigue con su puchero y yo sonrió asintiendo.

—No de echo ya emos llegado —me detengo y entro en el establecimiento seguida del señor Oh, que mira el pequeño lugar con detenimiento. Hace y yo tomamos asiento y segundos después lo hace el señor Oh, frente a mi.

—Es un lugar algo simple, pero se ve agradable —dice mientras sacaba de su chaqueta el móvil, el cual contesta y al otro lado respondía una voz femenina algo chillona que al parecer irritaba al hombre frente a a mi probocando que una sonrisa maliciosa se me escapará por las expresiones que ponía cada vez que la tipa le decía algo.

—Te dije que no me marcaras si no era algo importante, la junta se pospuso para otro día ya que alguien no pudo recordármelo a tiempo, no, no es tu problema a qué hora regrese —lo escucho decirle a la chica del otro lado del teléfono y segundos después cuelga y resopla fastidiado.

—Problemas en el paraíso —le digo con sorna y este vuelve a resoplar.

—ya quisiera que eso fuera, pero no —suspira y deja caer la cabeza hacia tras— es que acaso es tan difícil encontrar a una secretaria eficiente —se queja y yo sonrió con burla.

—Es una lástima que su nueva secretaría no cumpla con sus deberes correctamente, pero cuando si hubo alguien que si los cumplía tubo que renunciar por acoso —le digo, este rápidamente entiende mi indirecta y rueda los ojos con fastidio.

—Se que fue mi culpa señorita Lee, pero créame cuando le digo que lo siento, tubo toda la razón en molestarse conmigo —no lo escucho muy sincero y ahora soy yo la que ruedo los ojos con fastidio.

—No se preocupe, eso ya quedó olvidado señor Oh, espero que encuentre a alguien eficiente —le digo mientras llegaba a la mesa una joven a pedir nuestra orden.

—Buenos días, de que sabor les gustaría que les prepararán sus helados —pregunta la joven muy sonriente quien a leguas se le notaba que el señor Oh le encantaba, río a mis adentros y me digo que esa chica era tonta por fijarse en un hombre como él.

—Yo quiero una de fresa por favor —le escucho decir a mi pequeña como todo un hombrecito y una sonrisa de orgullo escapa de mis labios.

—Para mi uno de Vainilla por favor.

—y para usted señor —lo mira como si quisiera comercelo y este sin prestarle atención la despacha rápido diciéndole que nada y está ofuscada se retira, yo por mi parte quería reir, pero me contuve y miré al señor Oh quien también me veia con detenimiento, como si quisiera leer mis pensamientos causándole un escalofrío.

—Tengo una propuesta para usted —me dice y yo me encojo de hombros sabiendo que algo tramaba.

—sea lo que sea no estoy interesada señor Oh —le digo sin titubear y este sonríe de lado por qué al parecer esperaba esa respuesta de mi parte.

—¿A no? —se cruza de brazos y sigue mirándome con esa sonrisa arrogante de siempre.

—No, y créame que pierde su tiempo conmigo —le vuelvo a aclarar y este sigue con su análisis hacia mi.

—Y si le dijera que le ofrezco el doble de sueldo... ¿Qué piensa? —lo miró sorprendida, pero rápidamente recompongo mi expresión y carraspeo para cortar la tención entre ambos.

Married To A StrangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora