Capítulo 9

2.9K 300 82
                                        

Eran exactamente las tres de la madrugada del día Sábado cuando recibió el mensaje de Emilio. De alguna forma se las había ingeniado para estar despierto casi toda la noche, aunque, en realidad fue el café excesivamente cargado que Renata le ofreció temprano. Oyó vibrar a su teléfono sobre su mesita de noche y lo tomó intentando ver a qué se debía. Su bandeja de entrada recepcionó el nuevo mensaje y este era del rizado. Joaquín sonrió sin poder creerlo, así que se apresuró en leer de qué se trataba. Cuando se dió cuenta de que las intenciones era que volvieran a salir se emocionó tanto que sus mejillas se enrojecieron y en sus ojitos se acumularon lágrimas de felicidad.

"Claro que sí."

Respondió inmediatamente y en cuestión de segundos recibió una respuesta por parte del mayor.

"Iré por ti."
"Estaré a las 9."

Joaquín soltó un gritito de emoción en su almohada y tiró su teléfono haciendo que este cayera casi en los pies de esta. No le importó para nada que por poco se cayera al suelo, estaba demasiado feliz.

━━━━━━━✦✗✦━━━━━━━━

— ¿Cómo es que te animaste a pedirle que salieran otra vez? Creí que lo pensarías un poco más porque ayer no te veías tan decidido. Estabas asustado por descubrir que la cosita preciosa te encanta. — el ojimiel casi que habitaba la casa de su mejor amigo. Emilio llegó a las siete de la mañana y se encontró con Diego acariciando a su gato encima de su cama. No le sorprendió para nada, incluso le ofreció desayuno.

— No lo sé. — se encogió de hombros y tomó un poco de fruta en su tenedor para llevárselo hasta la boca. — Supongo que no quiero que me lo ganes. — rió observando como Diego todavía jugaba con las patitas de Ramón quien simplemente se dejaba ya que era demasiado pancho.

— ¿Yo? — comentó sarcástico. — Mira, Joaquín se fijaría en mí si yo fuera tú. Es así, no hay razones para que yo pueda intentar algo con él. No te preocupes, siempre te elegirá. — dijo honesto.

Diego consideraba muy imposible el gustarle al pequeño, es decir, ¿cómo se fijaría en él? Era imposible. Claro, además de que estaba definitivamente enamorado de su amigo y él mismo había decidido alejarse para que ambos fueran felices. La verdad, no estaba muy seguro de los gustos de Emilio porque creía que en algún punto este sólo intentaba salir con Joaquín para darle celos a la tonta de su novia. Esperaba con todas sus fuerzas que eso no fuera así porque si no estaría perdiendo la mejor oportunidad de amar de su vida.

El rizado negó a las confesiones de su mejor amigo, ¿por qué decía todas esas cosas? Claramente que Joaquín se fijaría en él. Si tan solo él no tuviera que hacerle el favor a su novia de cobrar venganza estaba segurísimo que lo apoyaría en todo para que ellos fueran felices. A veces se sentía un completo cabrón. Aunque claro, esta vez tenía cómo justificarlo.

— Lo siento. — susurró dejando de lado su desayuno para prestarle su total atención a Diego quien por fin dejó a Ramón para que fuera por comida. — No sabía que Joaquín te gustaba tanto. — relamió sus labios y peinó su cabello hacia atrás. Su musculosa estaba un tanto pegada a su cuerpo por el extremo calor así que la acomodó mejor.

— Tienes razón, nunca te lo dije. — arrugó su nariz evitando sentirse avergonzado. — Me dediqué a admirarlo por tanto tiempo. — suspiró recordando cada una de las ocasiones en las que se le quedaba mirando como un idiota. — En serio, eres un jodido suertudo. — mencionó realmente sorprendido de lo afortunado que su amigo era.

— Lo sé. — asintió con intenciones de hacerle entender que lo mejor era que no se acercara al pequeño.

Su personaje estaba a punto de entrar en acción.

No, soy gay.Where stories live. Discover now