Era Lunes nuevamente y las ganas para volver a la escuela era lo que menos existía en la comunidad estudiantil. Muchos de los adolescentes llegaban a la institución justo como se levantaban de la cama luego de darse cuenta que tenían gripe, exactamente igual. Ese no era el caso de Joaquín, claramente. El pequeñito se encargaba de lucir siempre impecable porque su mayor sueño era verse todos los días lo más bonito que pudiera. Ese día decidió colocarse una de sus faldas blancas favoritas junto con una camiseta de alguna banda de rock popular en los setentas color beige. Sus piecitos calzaban unos converse blancos y como toque estético le añadió un precioso chóker también blanco. A decir verdad, se veía magníficamente maravilloso.
— Me fascina el outfit que traes hoy. — comentó Azul mientras guardaba algunos libros que todavía no necesitaría en su casillero.
— Gracias. — susurró el menor acomodándose la mochila sobre los hombros.
— No es nada. — dijo cuando dió la vuelta y pudo apretar suavemente una de las mejillas de su amigo. Era demasiado adorable, no podía evitarlo. — No olvides que debes contarme qué pasó con Emilio, lo necesito. — comentó enganchando uno de sus brazos en los del pequeño para comenzar a avanzar hasta sus aulas.
Joaquín se sonrojó en ese mismo instante. Su corazón latió acelarado y sus manos se enfriaron en segundos. Si bien Azul estaba muy enterada de todo lo que al rizado correspondía, le daba vergüenza hablarle sobre su primera vez. Porque sí, Joaquín tuvo su primera vez con Emilio y el menor no podía estar más feliz por ello. Aquel que consideraba el amor de su vida decidió que entregarse mutuamente sería una de las muchas pruebas que tenían para demostrarse cada vez cuán enamorados podían estar. Fue simplemente perfecto y los recuerdos de esa noche no dejaban de pasar por su mente. Cada caricia, cada beso, cada palabra pronunciada en el momento correcto tenían al corazón de Joaquín derretido de amor. Lo malo de todo aquello era que la ojiverde quería saber al respecto claro, era su mejor amiga y definitivamente lo sabría en algún momento pero lamentablemente no estaba tan listo para contarlo.
— ¿Te espero en el comedor con Ren luego de las clases? — cuestionó cuando llegaron al aula del menor. Azul iba un grado más arriba que él, era compañera de Emilio junto con su novia.
— Sí, sí. — asintió de acuerdo y ambos se despidieron agitando sus manos.
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— ¿Por qué estás tan callado hoy? — preguntó el ojimiel mientras pellizacaba a su amigo quien no dejaba de mirar al pizarrón mientras se comía las uñas.
Diego bufó después de muchos intentos por llamar la atención del más alto y se dió por vencido. Emilio manejó hasta la escuela con esa mirada perdida, nisiquiera sabía cómo era que habían llegado vivos si con suerte el rizado lo saludó. Todo era muy extraño.
— Lo siento. — murmuró después de tanto tiempo. — Me perdí. — sacudió su cabeza y le sonrió como si nada.
— ¿Qué mierda te pasa? Y no me digas que nada porque estoy muy seguro que es algo grave. — se cruzó de brazos y esperó a que se dignara a responder su pregunta.
Emilio restregó su rostro con ambas manos. No estaba listo para confesarle lo que ocurría, pero era su mejor amigo y además de eso necesitaba desahogarse con alguien lo mas pronto posible.
— Me follé a Joaquín. — confesó jugando con sus dedos.
Diego para en ese momento sonrió de lado esperando que fuera una broma, pero cuando el rizado no dijo absolutamete nada más sus puños se apretaron con mucha fuerza. Intentó con toda su voluntad contenerse hasta que milagrosamente lo logró.
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No, soy gay.
Fanfiction- Emilio, eres un idiota. - declaró el castaño soltando una corta carcajada al darse cuenta de la gran metida de pata que había tenido su amigo. - ¿Qué? - preguntó confundido con el ceño fruncido. Tomó su teléfono de las manos de su compañero y sub...