No, soy gay.

Capítulo 20

El día más esperado por todos los estudiantes por fin llegó luego de meses de espera. La fiesta de despedida de fin de año estaba a la vuelta de la esquina, por lo tanto, los preparativos no se hicieron esperar.

Gracias a que Renata tenía un cargo importante dentro de su institución, era la primera en proponer ideas para la realización de dicha fiesta y quedar de acuerdo en algo con sus compañeros. Debía ser algo inolvidable ya que para los alumnos del último curso sería la última vez de poder disfrutar todos juntos.

Azul estaba al pendiente de todo lo que su novia le pedía. Las compras de las cosas para la decoración las realizaron juntas y, claramente, también decidieron cómo irían vestidas a su última noche en la escuela.

Todos estaban muy emocionados por darle fin a esa etapa de sus vidas. La mayoría se sentía realmente feliz de acabar con sus épocas escolares y marcharse directamente a la universidad. Estudiar lo que de verdad les gusta era algo que anhelaban bastante, y eso estaba a nade cumplirse.

Menos para Joaquín.

El pequeño era un año menor a todos los graduados en el año, así que no tendría qué hacer allí a menos que su novio decidiera invitarlo.

— Mi amor. — susurró Emilio sobre su oreja.

El menor se asustó y dio un brinco acompañado de un jadeo.

— ¡Emilio! — chilló cuando se dio la vuelta antes de cerrar su casillero.

Joaquín rió al encontrarse con su novio mordiendo una rosa roja desde el tallo. Lucía como todo un príncipe a punto de invitar a bailar a su princesa.

Su príncipe.

— Para ti. — dijo galante.

El pequeño la tomó en sus manitos y rápidamente depositó un corto beso en la punta de la nariz del contrario.

— Muchas gracias. — asintió permitiéndose acariciar la piel de sus mejillas con la bonita rosa. — Es hermosa. — declaró honesto.

El rizado rió bajito observando esos ojitos brillantes que le quitaban el aliento. Maldita sea, era todo un idiota enamorado.

— No tanto como el que la está sosteniendo. — susurró sobre los labios delgados antes de depositar un delicado beso sobre estos.

Joaquín cubrió su rostro queriendo ocultar su sonrisa inmensa y rostro sonrojado, pero Emilio no se lo permitió. Tomó de las manitos del contrario y las entrelazó con las de él. Observó sus ojitos brillosos y expectantes a lo que estaba a punto de pedirle.

— ¿Vienes a la fiesta de graduación conmigo? — pidió sin quitar la mirada de la hermosa vista que tenía en frente.

Joaquín jadeó ante la sorpresa y se avalanzó a los brazos de su novio.

— Claro que sí. — murmuró en el cuello del más alto. — Iría contigo a donde me pidieras. — añadió completamente feliz.

— Me alegra saber eso, mi amor. — besó la cabeza del pequeño y abrazó su delgado cuerpo.

Y sí, Emilio invitó a Joaquín a su fiesta de despedida porque era la persona más importante en su vida para él en esos momentos. Probablemente hasta se estaba convirtiendo en la persona más importante de su vida para siempre.

Sería un sueño si eso ocurriera.

Su único mejor amigo estaba bastante molesto con él después de tanto tiempo, aún así el rizado no se rendía en intentar volver a tener la misma comunicación que antes. Los demás considerados sus amigos ya no existían, desde el momento en el que se enteraron de su noviazgo con el pequeño ellos decidieron no volver a hablarle, aunque claro, sólo lo llamaban cuando necesitaban un lugar para fiestas o algo similar. Emilio nunca los consideró realmente sus amigos porque estaban para él cuando este era útil para ellos de alguna manera.