Dulces Para Momentos Dulces

Capítulo 47 : Megan

Al día siguiente en lo que Irati jugaba con la vecina de enfrente Bárbara, abajo Altagracia peleaba con Jack, el intentaba robarle un pedazo de pan con mantequilla.

-Por que te cuesta tanto entender cuándo te digo que No? Uhm? Explícame que no te entiendo -lo empuja por el pecho ya que sus patas delanteras estaban sobre ella

-No empujes a Jack -la regaña Javier al entrar a la cocina

-Oye soy tu novia se supone que me debes apoyar -se queja

-Lo hago pero no empujes a Jack se puede lastimar -se sienta a desayunar

-Es en serio? -lo ve

-Amor el sólo quiere tu pan, sabes ya no te preocupes que yo le doy del mío, vente muchacho -lo llama dándole el pan con mantequilla

-Es el colmo deberás -toma su café

-No le hagas caso -le pasaba más pan

-El pan le hace daño a los perros -le avisa

-A el no -da de hombros- Le encanta

Rueda los ojos concentrandose en su café, el timbre suena avisando que Megan y Lidia habían llegado, se levanta con su taza de café viendo a ambos.

Va con la ama de llaves quien abre la puerta dejándolas pasar, Megan tenía el cabello castaño tirando al rubio, los ojos verdes intensos como los de Lidia, era muy parecida a ambos, la nariz bien perfilada como ella y la boca de Javier.

Altagracia las recibe haciéndolas entrar, en ese momento Irati y Bárbara van bajando las escaleras con varios peluches.

-Ya es la hora del té? -las ve- No es muy temprano?

-Mamá nunca es muy tarde o temprano  para una fiesta del té -se cruza de bracitos

-Cierto perdón -ríe- Por que no llevan a Megan con ustedes?

-Si necesitamos a alguien más para discutir sobre las princesas -van a ella- Vamos Megan -se la llevan de las manos al jardín

-Deja te muestro el cuarto que le preparamos a Megan -encamina a Lidia- No parece mucho para una niña aún por que mucho no se puede hacer en un día -ríe- Pero luego le preguntaré como quiere su cuarto

-Eso no es problema -sonríe- Sólo quiero cerciorarme que estará bien

-Lo sé -abre la puerta- Por eso quiero que lo veas tu misma -pasan- Al lado está el cuarto de Irati y unos pocos metros después el mío

Apesar de tener sólo un día el cuarto lucía agradable para un niño, con peluchitos y las paredes no eran de un color sombrío, las sábanas y cobijas eran rosaditas, tenía una de esas lámparas que proyectan formas en la noche sobre la mesita de luz.

-Espero que se sienta cómoda, tiene tres o 4 años no? La lámpara sólo es por si le da miedo la oscuridad -toma en brazos a Aimar cuándo la ama de llaves se lo trae

-Seguro le va a encantar -sonríe- Gracias por tomarte estás molestias no era necesario

-No fue molestia, es hija de Javier quiero que se sienta bien aquí, ahora que podrá conocer a su papá sabrá que tiene un lugar suyo -da de hombros besando el cachete de Aimar

-Gracias por no reaccionar mal, se que debe ser algo chocante enterarte de las cosas así -deja la mochila de Megan en la cama

-Lo fue un poquito pero no tengo el derecho para evitar que conviva con su papá -lo mece- No sería justo además es cruel y yo no lo soy apesar de lo que se escuché por ahí

-Solo exageran las cosas, si un hombre hubiera echo eso el tema estaría olvidado en un mes -da de hombros

-Ya desayunaste? Si tienes un poquito de tiempo te invito a desayunar abajo.

-Tengo un rato más antes de irme, acepto -sonríe viendo a Aimar- Es un nene lindo

-Si me dará trabajó en unos años -ríe y bajan

Mientras ellas desayunan hablando de diferentes temas en el comedor, Javier era un invitado más en la fiesta de té, bueno en realidad era el mayordomo y sujeto de prueba para el maquillaje.

Lidia se despide de Megan después de un rato y se va no antes de sacarle una foto a Javier todo pintarrajeado como payaso.

Las niñas continúan jugando pero ya sin el, lo corrieron por quejarse tanto, Jack participaba en sus juegos, le habían puesto un cono de helado en la cabeza y un tutu de colores.

-Me corrieron -dice indignado tratando de quitarse el maquillaje

-Yo también te hubiera corrido -ríe sentandolo en el sofá- Por quejumbroso

-Habla -se cruza de brazos

-Siguele y te dejo con todo eso en la cara -advierte

-Nonono perdón -la agarra de la cintura, como estaba sentado su cara llegaba a su vientre

-No vayas a dar besos que me vas a manchar de labial rojo -lo empuja mientras toma esas toallitas desmaquillantes

-Me pusieron rojo? Pensé que era rosa -ríe

-Ya ni distingues los colores que vergüenza -se sienta en sus piernas sacándole el maquillaje

-Se veía rosa -se queja- Au mi cara

-Si te quedarás quieto sería más fácil, además te pusieron muchas capas y el rojo mancha mucho -toma más toallitas

-Ya no voy a dejar que me maquillen -rueda los ojos

-Ah no -ríe- Una vez que te dejas no puedes salir más, aguantate como macho -lo ve- Aunque ahorita no te ves muy macho

-Eyyy!! -la ve feo