Capítulo 35 : Mil heridas.

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Mientras Altagracia se preparaba para cantar la siguiente canción Saúl aprovecha para acercarse más al escenario, tanto que se pegó a el.

La música vuelve a sonar y Altagracia comienza a cantar de nuevo, moviéndose por el escenario.

Ya cuántas veces he sufrido la derrota
Que otra por Dios no la soportaría
Ya cuántas veces me han dejado el alma rota
Que ya mi vida la tengo tan vacia.

Muchos amores se han cruzado en mi camino
Han mansillado en lo más fuerte de mi honor
Que cuando quiero aunque no quiera salgo herida
Solo pedasos han quedado de mi amor.

Ay mil heridas, mil heridas en mi vida
Hay mil heridas de amor en carne viva
Que si otra más llegara hasta mi vida
Ésta por Dios no la soportaría.

Ay mil heridas, mil heridas en mi vida
Hay mil heridas de amor en carne viva
Pero ni modo yo nací para perder
Soy de esos moldes ya gastados por la vida.

Muchas promesas de amor que me juraron
Al ir pasando al dolor me acostumbré
Que donde vivo se respira la tristeza
El aire puro yo jamás lo respiré.

Ay mil heridas, mil heridas en mi vida
Ay mil heridas de amor en carne viva
Que si otra más llegara hasta mi vida
Ésta por Dios no la soportaría.

Ay mil heridas, mil heridas en mi vida
Ay mil herdas de amor en carne viva
Pero ni modo yo nací para perder
Soy de esos moldes ya gastados por la vida.

Se termina despidiendo del público después de un buen rato cantando, camina por el pasillo yendo al camerino de regreso.

Detrás de ella iba Saúl que se apuraba en llegar antes que Javier, quién había decidido ir a buscarla, traía consigo un ramo de disculpas por lo de sus zapatos.

Antes de que Altagracia cerrará la puerta Saúl se metió asustandola.

-Cuántas veces lo tengo que repetir, el público se queda en sus mesas no puede pasar a los camerinos así que por favor, sal Saúl -le abre la puerta pero Saúl la vuelve a cerrar- Saúl -lo reprende

-Shhhhh quédate así -la toma de las mejillas- Haz silencio por un momento -se acerca pegando su cuerpo a ella

-Estó no está bien -coloca ambas manos sobre su pecho empujandolo- Vete

-No me quiero ir -pasa el pulgar por su rostro- Y tu tampoco quieres que me vaya

-Sigues igual de idiota de cuándo acá tu sabes lo que quiero -rueda los ojos

-Déjate llevar -roza sus labios con los de ella- Shhhh, sólo disfruta el momento

La puerta se abre por completó lento, Javier llegó cuándo Saúl besaba a la fuerza a Altagracia.

Golpea la puerta furioso llamando la atención de ambos, Altagracia empuja a Saúl quien sonreía burlesco a Javier.

-Otra vez tu aquí -arroja las flores con fuerza al piso- No te enseñaron a respetar? -se cruza de brazos

-Claro pero también me enseñaron a tomar lo es mío y ella fue mía antes y lo seguirá siendo, tu lo acabas de ver no me puede olvidar, deja de perder el tiempo -ríe con aires de ganador

-Haré que te tragues tus palabras -hace las manos en un puño y avanza hacia Saúl

-Basta -se interpone Altagracia- Saúl vete de aquí

-El que se debe de ir es otro -sonríe- Ven amor -jala del brazo a Altagracia- Pasemos un rato rico en el hotel

-Sueltala que ella no irá a ningún lado contigo -el también jala a Altagracia

-Verás que si -vuelve a jalarla Saúl

-Los dos me están lastimando idiotas -intenta soltarse pero los dos seguían jalandola

-Sueltala -advierte Javier

-Sueltala tu, llegue antes -jala una vez más a Altagracia arrebatandosela

-Agachate linda -avisa Javier y Altagracia lo hace

Acto seguido su puño impacta en la cara de Saúl tirandolo al piso, Javier le da otro golpe inmovilizandolo, toma a Altagracia en brazos colocandola sobre su hombro y se la lleva.

-Javier que vergüenza bajame -se queja

-Cuándo lleguemos al coche te bajó -su voz sonaba ronca del coraje

-Que me sueltes te digo -ella también se enoja y no le queda de otra que bajarla en el estacionamiento- Que carajos te pasa -acomoda su vestido

-Pasa que odio a ese tipo y tu no haces nada para alejarlo de nuestras vidas, cómo pretendemos construir algo Altagracia si el está en medio -estalla enojado

-No me grites -le grita para que la escuchara

-No gritó así hablo -patea la rueda del coche

-A ver calma -lo agarra de los hombros- Respira y cuenta hasta diez, el coche no tiene la culpa

-No Altagracia, siempre te escuchó ahora quiero hablar -se separa brusco- Ese tipo aún te atrae no? Por eso no lo alejas

-Claro que no Javier -se masajea la cien- No siento nada por el

-Demuestralo -la ve

-Como? Estoy contigo no? Creó prueba suficiente -no mide sus palabras hasta que las dice- No quise decirlo así -baja el tono de voz

-Pero lo hiciste -da la vuelta metiéndose al coche- Me avisas cuándo te interese lo que tenemos, por qué sólo te estás quejando, pongo de mi parte para agradarte Altagracia pero parece que nada funciona -arranca yéndose

Ella termina regresando en su coche a la casa, todo estaba en silencio y las luces se mantenían apagadas, al subir al cuarto encuentra la cama arreglada con pétalos de rosa, las luces levemente prendidas y velas, dos copas con jugó por que aún no podía beber alcohol.

Al cambiar la vista encuentra su estante de zapatos como nuevo, los mismos zapatos y algunos nuevos.

Se sienta en la cama haciendo rebotar los pétalos y la bandeja con chocolates, más culpable no se podía sentir.

Apaga las velas, recoge los pétalos de la cama, se pone la pijama y termina comiendo los chocolates mientras llora.

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