Capítulo 10 : No me dejes

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Actualmente.

Irati terminó teniendo los ojos de un color gris azulado, su cabello se conservó rubio, prácticamente eso era lo único que heredó de César por lo demás era Altagracia, la misma mirada, los gestos y la forma de hablar al moverse.

Al reencontrarse de nuevo después de esconderse unos dos días de la policía y de hacerse ver la herida en el brazo, consiguió regresarse a la hacienda junto con Matamoros, moría de ganas de poder abrazar a su pequeña, los últimos meses no tenían la oportunidad de verse muy seguido o por mucho tiempo, pero ahora que la venganza estaba echa podía recuperar todo ese tiempo perdido.

Al llegar Irati jugaba en el jardín como era costumbre, se asustó un poquito cuándo alguien le tapó los ojos y besó su cachete, pero reconocía ese perfume.

Se giró tirándosele encima a Altagracia para llenarla de besos, ya cuándo las emociones de ambas estaban más tranquilas Irati comenzó a preguntar sobre la venda en su brazo, tuvieron que inventarle algo ahí, igual mucho no le interesó ella estaba contenta de tener a su mamá devuelta, se la pasaron jugando toda la tarde, corriendo en el jardín y siguiendo en el cuarto de Irati para jugar a las muñecas, cuándo se hizo de noche los tres cenaron, vieron el rey león en la sala y luego se fueron a acostar.

-Mi amor cuéntame que hiciste mientras estuve fuera -la abraza estando ya acostadas en la cama

-Jugar con la nana -se le sube encima acostando la cabecita en su pecho- Mami ya no te vas a ir verdad?

-No mi cielo -sonríe- Me quedaré aquí contigo para darte mimos

-Y contarme cuentos? -la mira

-Pero claro que si -la llena de besos haciéndola reír

-Te amo mami -la abraza del cuello

-Yo más, muchisisisimo más, ahora vamos a dormir que ya es tarde y las princesas tienen que dormir -cobija a ambas

Irati sonríe metiéndose bajo la cobija usando a su mamá de almohada, toma su mano poniendola sobre su cabecita para que la mimara. Un ratito después las dos dormían una sobre la otra.

Cómo ya era costumbre en Altagracia despertar temprano, deja dormir a Irati y baja a desayunar, Matamoros se encontraba en la mesa con su taza de café.

-Buenos días Doña -sonríe revisando el periódico- Es noticia de primera plana

-Hola Matamoros -se sienta- Aja déjame adivinar el encabezado -toma un pan comiéndoselo- La viuda negra desaparece entre las olas -dice dramática

-Ya leíste el periódico o que -se lo enseña y era ese haciendo reír a ambos

-No pero lo imaginé -se dedica a desayunar

-Doña usted no le dijo nada a Saúl sobre la hacienda o de Irati verdad? -la observa

-El día que nos secuestraron se lo iba a decir le dije que viniera hasta acá pero como eso no pasó -da de hombros- Quédate tranquilo que el no sabe nada

-Pero su hermana si y si intenta buscar a Irati, recuerde que ella piensa que Irati sigue en el internado para niños -ríe

-Que la busque, Irati jamás va a quedar a su cuidado, en el momento que ellas me echaron de sus vidas yo las saque de la vida de mi hija -bebe el café- Relájate que todo estaba bajo control

-Irati la echo mucho de menos, aún no creo que ya tenga dos años -sonríe

-Si mi princesita está creciendo -dice boba- Ayer al llegar nos la pasamos jugando en su cuarto

-Si las escuche -ríe

-La extrañaba demasiado, todavía no puedo creer que ya podré estar a su lado todos los días -sonríe boba

-Fueron dos años duros pero ya se acabaron -deja el periódico de lado   

Altagracia lo toma comenzando a leer la nota que sacaron sobre ella, básicamente creían que había muerto al no encontrar su cuerpo, descubre que Regina, Isabela y Mónica le harían un funeral significativo. Por un momento pasa por su cabeza asistir pero lo descarta de inmediato, la policía aún buscaba su cuerpo, no podía arriesgarse de esa manera saliendo de la hacienda.

Unas dos horas después escucha a Irati que la llamaba buscándola, sube al cuarto y la escucha llorar mientras la buscaba en el bañó.

-Por que lloras mi cielo -se sienta en el piso y ella corre a abrazarla- Mi amor -soba su espaldita

-Pensé que te fuiste -solloza sobre su hombro

-No mi amor, estaba abajo con tu tío moros -besa su cachete- No recuerdas? anoche te dije que iba a estar aquí contigo

-Es que desperté y no estabas -se abraza a ella

-Desperté antes pero era muy temprano y no te quise despertar -la carga- Estabas durmiendo muy bonito

-Ya no me dejes solita mami -esconde la cara en su cuello

-Perdóname mi cielo no vuelve a pasar si? Ahora vamos a que desayunes -baja con ella en brazos

-Por que la princesa está llorando -dice Matamoros sentado en el sofá

-No encontré a mi mami cuando desperté -hace un puchero

-Ay chiquita -se levanta yendo a ellas- Tu mamá estaba aquí conmigo chismeando es mi culpa que no estuviera allá arriba conmigo me perdonas?

-Si -juega con sus deditos

-Dame un besito -sonríe cuando se lo da

Después de que Irati desayunara y recibiera mimos de parte de su mamá mientras veían caricaturas, invitó a los dos a una fiesta de té en el jardín, Matamoros sin querer se sentó sobre su mejor amigo imaginario pero Irati le perdonó cuando le consiguió chocolate.

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