Capítulo 67 : Coincidencia

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Javier no había llegado a la casa sino hasta casi las 6: 30 pero no venía sólo, Altagracia se encontraba sentada en el sofá junto a Mónica, las dos en pijama aún viendo caricaturas, cuándo Javier entra a la sala.

-Hasta que llegas -se cruza de brazos viéndolo

-Ah estás despierta -sonríe y va hasta ella- Perdón por no estar aquí ayer

-Dónde estabas Javier -se notaba su enojó

-Mamá se puso mal anoche y tuve que quedarme con ella y mi papá -se sienta en el sillón

-Y no tienes teléfono? -pregunta irónica- No cuesta nada llamar y avisar sabes -se levanta

-Rafael no me apures acabo de salir de un hospital -entra quejándose Carolina

-No te apresuró mujer -le responde

-Que está pasando -se gira viendo a Javier

-Pues amor, mis papás viajaron hasta aquí, así que se quedarán con nosotros -sonríe

-De nuevo Javier existe el teléfono, buenos días señor -saluda a Rafael y sube de regreso al cuarto

-Ves te dije que fuéramos a un hotel -se queja el- Pero tu insistes en molestar a tu nuera

-Esta no es su casa Rafael -deja su bolso- Es la casa de tu madre podemos quedarnos si se nos antoja 

-Has lo que quieras mujer -suspira- Luego no te quejes si se vuelven a agarrar -va a la cocina 

-Ire con Altagracia, puedes pedirle a la del servicio que te ayude con las cosas -sube

-Muchachita -le dice a Mónica- Lleva esto al mejor cuarto quieres -va a la cocina

-Ya entiendo por que mamá no la soporta -sube las maletas y las deja en la puerta de cualquier cuarto

-Amor por favor no te pongas así -dice Javier detrás de ella

-No me vayas a tocar -se aleja- Javier te esperé por horas, agradezco que no se me ocurriera esperarte desnuda, ya estaría engripada

-Perdoname -la toma de la cintura- Te lo voy a recompensar

-Como me recompenzaste con la boda? -lo ve- O la luna de miel?

-Si lo sé, metí mucho la pata amor -la trae a el- Pero ya estoy aquí no?

-Aja y que vas a hacer -lo mira desafiante

-Para empezar, ir a la cama luego -le susurra al oído

-No te creó -da la vuelta  

Javier sonríe y la jala a la cama dejándola debajo suya, se deshace de la bata dejando besos húmedos sobre sus senos, en lo que sus manos bajan a su ropa interior rompiendola.

Con el pulgar acaricia su clítoris arrancando jadeos de sus labios, las manos de Altagracia van con rapidez al pantalón de Javier, bajandole la bragueta para acariciar su miembro.

Cuándo el iba a empezar a desvestirla, la puerta se abre de golpe cortando todo el clima.

-Javier hijo necesito que me ayudes, ya tendrás tiempo para reproducirte de nuevo con esa mujer -se va dejando la puerta abierta

-No que me lo ibas a recompensar -rueda los ojos- Esto también lo vas a hacer? -lo empuja encerrandose en el baño

-Esto va a ser más difícil de lo que pensé  -suspira y va con Carolina

Más al rato Altagracia batallaba con Aritz, traía cólicos por eso lloraba, el pobre no se sentía cómodo, paseaba con el por su cuarto, meciendolo y cantandole en lo que sobaba su espaldita.

-Pobre niño -se queja Carolina

-Ay ya vas a empezar -deja el tenedor Rafael

-Dijiste que era buena madre no? A mi no me parece -se levanta

-A dónde vas -la ve

-Ire a salvar a ese niño -dice como si fuera lo más normal

-Carolina no vayas a meterte allí, ella es la mamá sabe que hacer -le da un sorbo a su jugo

-Escuchas eso? Es el niño pidiendo auxilio -sube

-Y tu no vas a hacer nada -regaña a Javier

-Mamá sólo la ira a echar una mano -da de hombros comiendo pan- Ella tiene experiencia

-Tu madre sólo tuvo un hijo, ósea tu y fuiste criado prácticamente por las nanas, tu casi esposa no tiene nanas es la que se encarga de ellos, seguro que quieres que tu madre suba? -lo encara

-Altagracia ya se encarga de mucho, que tiene de malo que mamá le de una ayuda con Aritz -se sirve café

-Esto va acabar mal Javier -le advierte y se deja de escuchar el llanto

-Ves mamá lo solucionó, ya está -toma el café

-No te sorprendas si tu prometida sale por esa puerta Javier -se levanta saliendo

-Ay si bebé -dice Carolina meciendolo- Tu madre tiene las manos muy frías no? Pero que íbamos a esperar de una víbora como ella -le hace caras y el pequeño ríe

-La única víbora es usted -va a guardar la ropita en los cajones

-Bueno pero el nene me prefiere -ríe y sale del cuarto dejandola sola

-No es verdad -se lo repite- Fue sólo una coincidencia, una muy fea -suspira  

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