Capítulo 71 : Cállate

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Al pasar la semana los niños iban de la casa de mami a la de papi, Megan se quedaba también en la casa de Altagracia para compartir con sus hermanitos, Lidia conversaba por horas con Altagracia en la sala en lo que los niños se divertían.

Al llegar la noche se despiden y lleva a Megan con su papá, pues había dejado su osito allí y lo necesitaba en las noches para dormir, sin querer queriendo le da la dirección a Javier.

Quien no lo piensa dos veces si quiera para ir a invadir la casa, Altagracia estaba en la cocina picando verduras, los peques veían películas con Mónica en la sala.

Javier estaciona el coche, lo apaga rápido para que no vieran las luces o escucharan el motor por más tiempo, al bajar se encamina a la puerta decidido a hacer lo imposible hasta conseguir quedarse.

El timbre suena y Altagracia levanta la vista, extrañada se levanta yendo a la sala, tal vez Mónica esperaba a alguien o Lidia olvidó algo en la casa.

-Esperas a alguien? -ve a Mónica en lo que secaba sus manos

-No y tu si? -levanta la vista del televisor

-A quien voy a esperar -ríe y va a la puerta- Soy la novia olvidada en el altar lo olvidas -la abre- Que haces aquí -su expresión cambia drásticamente

-Vine a ver a los chicos -entra- Dónde están los niños de papá -sonríe yendo a ellos

-Papi!! -chillan y Javier se tira al piso junto ellos abrazandolos

-Esto es impresionante -rueda los ojos y cierra la puerta- Seguiré con lo que estaba -va a la cocina

-Calma fiera -dice Matamoros comiendo un pedazo de zanahoria

-Como llegó aquí -se queja susurrando

-No lo sé, sabes que jamás le daría la dirección si tu no quieres -ríe

-Demonios -toma el cuchillo- Y tu deja de comerte la zanahoria que corte para la cena -le pega en la mano

-Auuu -se mete otra a la boca

-Matamoros!! -se queja- Sabes que -le ayuda a levantarse- Ve a ver si llueve en la esquina -lo corre de la cocina

-Eres mala!! -dice desde afuera

-Cállate -continúa cocinando

Termina de hacer la lasaña y cuándo está lista la deja afuera para esperar que se enfriara un poco más

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Termina de hacer la lasaña y cuándo está lista la deja afuera para esperar que se enfriara un poco más.

Se sienta sobre la isla de la cocina comiendo de las zanahorias que había cortado, al parecer habían sobrado pero no le iba a decir a Matamoros.

Javier entra con cautela como estaba de espaldas a el, no lo nota hasta que rodea la isla acercándosele.

-Que raro, cocinaste -ve la lasaña

-Lo hago desde hace una semana -se lleva otra zanahoria a la boca- Me da pereza buscar cocinera por ahora

-Entonces también trapeas? Barres? Y lavas trastes? -ríe

-Si lavo los trastes en lo demás me ayudan las chicas del servicio pero las mando a casa temprano -da de hombros

-Wow -dice sorprendido y un rayo parte el cielo

-Mamiii -gritan Valeri e Irati

-Ya voy -se baja y choca con el pecho de Javier- Podrías quitarte intento atender a mis niñas

-Te queda bonita mi camiseta -sonríe viéndola pues la traía puesta

-Se coló en mi maleta -se escusa

-Seguro -acaricia su mejilla

-Javier mis hijas esperan -lo empuja con la cadera tratando de salir pero es agarrada de la cintura- Que haces

-Shhhh -acuesta la cabeza en su espalda- Te extrañé

-Tus hijas van a llorar por los rayos y truenos así que suelta -se remueve tratando de soltarse pero siente algo en su trasero- Es la hebilla de tu cinturón verdad? -se muerde el labio

-Esto? -se pega más a ella- No, no es la hebilla

-Bien suficiente -se aleja y corre prácticamente a la sala con los niños

-Cobarde -ríe

Altagracia tranquiliza a las chicas convenciendolas de que estaban a salvo adentró, pasan al comedor, Mónica la ayuda con la cena y se sientan todos juntos.

Al acabar la comida, una tormenta se desata haciendo imposible que Javier saliera a mitad de la noche así.

Acuesta a los niños y luego lo lleva a una habitación aparte de la suya, dándole lo necesario para que en la noche no le diera frío.

Antes de que el intentará algo parecido a lo que pasó en la cocina, lo deja solito y se refugia en su propio cuarto.

Aunque fue inútil, también lo extrañaba y más ahora sabiendo que el estaba a unos metros, su mente viaja hasta Javier, imaginandolo desnudo bajo la ducha, pasando el jabón por sus músculos ella entra tomando el jabón de sus manos para dejarlo por ahí, roza sus senos con el pecho desnudo de Javier, avanza hasta sus labios en lo que la levanta sosteniendola de los glúteos.

El calor y la humedad invaden entre sus piernas obligándola a abrir los ojos de golpe, su respiración de agita, la necesidad de levantarse e invadir el cuarto de Javier era cada vez más grande, se levanta dando vueltas por el cuarto.

-Que carajos hago -se echa aire- No quiero una ducha de agua helada, pero tampoco quiero ir a su cuarto -ve la puerta- Al diablo -camina con rapidez hasta ella y al abrirla da de cara con el

-Yo escuché ruidos extraños en tu cuarto, sólo quise ver que estabas bien -dice sorprendido había sido descubierto- Lo siento

-Cállate -lo jala brusca a un beso

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