XXIII

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Evangeline se sentó sobre la cama y se comenzó a quitar las joyas tirandolas sobre las mantas, no quería nada de eso si no tenía a Liam a su lado, tenía los ojos llenos de lágrimas y de vez en cuando salían y se deslizaban por sus mejillas. Quería acabar con el mundo si fuera necesario para poder recuperarlo.

La puerta se abrió y dos doncellas entraron con la mirada gacha, estaban asustadas de ella pero no le importaba, estaba tan deseosa de sangre sentía que en cualquier momento iba a estallar.

- Ayúdenme a quitarme esto.- Apunto la ropa ajustada que traía puesta y estás asintieron de inmediato sacándole capas de ropa de encima, hasta dejarla solamente con el corsé y una delgada capa de ropa interior hecha de seda.

Ambas doncellas se retiraron luego a paso apresurado cuando está se los ordenó al ver entrar a su esposo en la habitación cargando una jarra de vino a medio beber, claramente ebrio y molesto.

Harry dejo la jarra de vino sobre la mesita de noche y comenzó a quitar su propia ropa con molestia, odiaba ver a su esposa de esa manera y aún más si era debido a otro hombre, no estaba celoso o eso era lo que quería creer ¿Quien iba a preferir a un muerto de hambre por sobre un rey? Nadie, mucho menos Evangeline que había nacido para gobernar a su lado.

Se quitó todo hasta quedar desnudo y camino hasta ella cogiéndola de los brazos inclinandola en el borde de la cama a pesar de sus protestas.

- ¿Que haces? ¡Alejate! - Evangeline murmuró sintiendo como éste subía su delgada falda hasta su cintura y la sujetaba de la nuca contra la cama cuando intento pelear contra el.

- ¿Que crees que hago? - Este murmuró con tono bajo entrando en ella se una sola estocada.- No vuelvas a faltarme el respeto.- Gruño en su oído recordando como lo había abofeteado frente a todos

Comenzó con los vaivenes a pesar de los gritos de esta para hacer que se detuviera y la sujetó desde las caderas, de pie se podía mover con más libertar, fuerza y soltura que arriba de una cama. Apretó los dientes recordando las ganas que había tenido de devolverse la bofetada en ese momento comenzar a embestir casi de una manera bestial, nunca había golpeado a una mujer en su vida pero las ganas no le habían faltado.

- ¡Basta! ¡Basta! - Evangeline suplico con lágrimas en los ojos y cayendo por sus mejillas mientras que esté la tomaba de las caderas y se imponía con fuerza dentro de ella.- ¡Me estás lastimando, detente! ¡Por favor basta!

No quería, realmente no quería lo que estaba sucediendo, quería llorar tranquila a la persona que más había amado en la vida, no deseaba estar en los brazos de un hombre en ese momento ni siquiera el que era su esposo.

Harry ignoro cada una de sus palabras, súplicas y golpes mientras que seguía en lo de el, no estaba interesado en nada de lo que pudiera salir de su boca, había sido amable y comprensible con ella desde que la había conocido y ella no valoraba nada, así que quizás mostrándole su verdadera personalidad en la habitación la pudiera controlar y calmar un poco antes de que las cosas se salieran de control, estaban en un guerra por ella en la cual se iban a perder millones de vidas del pueblo que tanto amaba, lo menos que necesitaba era estar luchando con ella también. Tenía que hacerle saber quién era el que mandaba, el era el rey y ella era reina solo gracias a él.

Apoyo su frente sudorosa en la espalda de esta y jadeo sintiendo sus músculos tensarse al correrse, estar con ella siempre era una experiencia maravillosa, dió un paso hacia atrás viendo cómo está se arrastraba llorosa al medio de la cama.

- Te odio.- Está murmuró cubriendo su rostro.

- No digas tonterías, ni me faltes el respeto, mira dónde hemos llegado por culpa de tus insensatez.

- Te odio con toda mi alma, nunca voy a perdonarte esto.

- Guarda silencio un minuto.- Este frunció el ceño al ver en el suelo donde había estado de pie minutos antes habían rastros de sangre.

¿La había lastimado a tal extremo que estaba sangrando?

Intento acercarse a ella pero está negó alejándose asustada de el.

- ¿Te he hecho mucho daño? - Ahora este parecía realmente arrepentido de lo sucedido. Su intención nunca había sido lastimarla de esa manera.- Iré por un médico de inmediato.

- No, no quiero que me vea nadie ¡No quiero que me toque nadie! - Sollozó

- Eve.- Harry suspiro viendo cómo las mantas que anteriormente eran blancas bajo ella se iban tiñendo de rojo y por su rostro corria sudor.

- ¡No quiero ver a nadie! ¡Vete!- Grito escondiendo su rostro entre sus rodillas.

Había oído cuando era niña sobre cómo los esposos forzaban a sus mujeres a estar con ellos, pero nunca había pensado que iba a vivirlo en carne propia, era un princesa después de todo que se había convertido en reina.

Debía estar a salvo de todo lo que le pudiera hacer daño, pero cada vez perdía lo poco que le quedaba de humanidad, necesitaba recuperar a Liam antes de que se convirtiera en un monstruo al que siempre había estado destinada a ser.

- Iré por un médico y no podrás hacer nada para negarte a que te atienda.- El rey se puso solo una bata para cubrir su desnudez y salió de la habitación vociferando que necesitaba un médico de inmediato a sus guardias.

No era normal perder tanta sangre, había estado tan concentrado abusando de ella que no se había dado cuenta que la estaba hiriendo, debía haber escuchado todas las súplicas de esta para que se detuviera, todas las veces que le dijo que la estaba lastimando.

Cubrió su rostro con desesperó sin atreverse a ingresar a la habitación nuevamente, ese lugar junto a ella ya no le pertenecía, había prometido protegerla y se había convertido en la persona que le había hecho daño indiscriminadamente, vio al médico ingresar a la habitación y ordenó a dos de los guardias que apenas terminará la revisión le fueran a informar.

Mientras que se alejaba volteo a ver la puerta, tenía que conseguir una médica que pudiera hacerse cargo de la salud de su esposa lo antes posible, no podía dejar que un hombre la viera en esas condiciones nuevamente.

Escucho un grito desde la habitación de su mujer y sintió como su corazón se partía en pedazos, los mismos pedazos que el la había roto a ella, pedazos pequeños que nunca se iba a poder arreglar.

Camino hasta la habitación más próxima y se encerró en ella oyendo como los gritos nunca se detenían, estaba sufriendo y el también lo estaba, había estado borracho pero no era una excusa que fuera válida, la borrachera se le había pasado apenas había visto la sangre salir de ella.

Las horas pasaron y los gritos se hacían cada vez más fuertes, no sabía que era lo que sucedía y no quería saber, estaba atormentado así que se quedó en silencio ignorando los toques en su puerta cuando los guardias venían a él en busca de ayuda con la reina, no merecía estar a su lado en ese momento, pero quería estarlo.

- Su majestad.- Volvieron a tocar la puerta de la habitación donde estaba Harry y esta vez se puso de pie ya que era la voz del médico que estaba atendiendo a Evangeline.- Ya he terminado con la revisión que ha pedido.

- ¿Que es lo que sucedió, de donde venía toda esa sangre? - Abrió de inmediato la puerta enfrentando cara a cara al hombre, siempre se había considerado un hombre valiente hasta ese momento.- ¿Cómo es el daño?

- Odio ser transportador de malas noticias para usted su majestad pero su alteza la reina acaba de sufrir un aborto...

KING [H.S MATURE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora