Matthew Collinwood
La mirada que me estaba poniendo mi madre me asustaba, quería desviar mis ojos de los de ella, pero si lo hacía sabía que me esperaba mi buena cachetada.
—Bien, hijo. Tienes acaso una buena explicación para mi sobre porque has estado faltando tanto a clases.
No sé qué responder. No sé porque el director es tan metido en estar llamando a mi madre sobre que falto a clases, no sé qué inventar. No lo puedo decir que es por Abby. Más cuando he tenido como mil ultimátum que me aleje de ella.
—Contesta —replicó en un tono de voz duro.
Baje tímidamente mi cabeza hacia mis manos que temblaban. Mi madre es una persona muy estricta respecto a los horarios de clases. Mi madre siempre me dice que debo estudiar, debo estudiar por un buen futuro y para asegurar ese futuro. Pero es casi imposible intentar ser el "hijo perfecto", pensé que venirnos a esta ciudad iba a cambiar su temperamento, pero nunca cambiara. Busca una perfección en mí que es difícil encontrar, una perfección que no existe.
—Matthew, dame una explicación —demandó aún más enojada. Sus ojos cafés por muy claros que fueran, nunca dejaban ver nada tras ellos Puede parecer una persona dulce y cariñosa a simple vista, pero cuando se enoja es dura. Es una con otras personas y conmigo otra muy diferente, es estricta queriendo que sea "perfecto".
—Mamá, es que estaba muy concentrado en otras cosas —fue lo único que dije en tono bajo, recibiendo una mirada de desaprobación por parte de ella.
—¿Otras cosas? Espero y aspiro que esa otra cosa sea sobre estudiar, Matthew.
—Sí, mamá —suspiré —. Es que ayudaba a una amiga a estudiar para un examen muy complicado. Por eso fue que falte —mentí esperando que me creyera, pero a quien engaño porque una madre siempre sabe cuándo mientes.
—Espero que no sea esa que trajiste a mi casa. Su apariencia de drogadicta no me gusto para nada.
—Pero, mamá —mascullo con un suspiro de fastidio.
—Mamá nada, Matthew. Te pedí que te alejes de ella. Espero que hayas cumplido con eso. Recuerda que esa amistad no le conviene a tu reputación.
—Mamá...
—Y sin chistar, Matthew. Sabes que odio que me contestes.
Apreté mis puños ante sus palabras. No me gustaba lo hipócrita que era mi mamá con Abby porque esa vez que vino la trató con tanto amor, pero la verdad fue que no le gustó para nada. Es misma tarde me dijo que me alejara de ella, se lo tuve que prometer, pero me es imposible alejarme de Abby.
—Lo siento, mamá ¿Si? —dije en tono tal vez arrepentido.
—Sabes que no me gusta que digas "lo siento". Yo quiero resultados, hijo. Espero que tus notas sean perfectas. Sabes que a tu padre y a mí no le gustan las malas notas.
—Si, mamá —suspiré cerrando mis ojos.
Mi madre le lamió sus labios asintiendo débilmente a la vez que me miraba con una fuerte mirada, pero no dijo nada más.
Ojalá mi mamá y papá valorará siempre mi esfuerzo. Trató de quemarme figurativamente mis pestañas cada noche estudiando para sacar las notas más perfectas por ella, pero siempre quiere más, siempre quiere que esté en todas las clases. Debo sentarme siempre al frente como ella me enseñó, porque supuestamente de esa manera presto más atención y no me descarrilo.
Mi mamá me había dejado solo en la cocina con mi cabeza apoyada en la mesa. Pero de la nada volvió a aparecer con su bolso, era obvio que se iba a buscar a mi hermano para luego irse a su trabajo.
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ABBY BRADLEY ©✔
Teen Fiction"Hundida en la desesperación, necesito un momento de salvación" Abby Bradley, es conocida con muchos apodos en su instituto; desde suicida a drogadicta. Todo esto es verdad. Sin embargo, para llegar a estas etiquetas pasó por un verdadero infierno...