Capítulo 27

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Abby Bradley

—¿Nerviosa por esta cita, amiga?

—No —mentí negando con mi cabeza varias veces.

—No —repitió Aza negando con su cabeza —. Abby, nena, tus manos sudan más de lo normal. Admite que estas nerviosa. Y por Matthew —se acercó a hacerme cosquillas pero la aparte de una vez.

—Ni se te ocurra —amenace —. ¡Sabes bien que las odio!

Asintió burlona y rodé mis ojos.

—Bien —suspire —. ¿Qué tal estoy? —pregunté mostrándole mi pequeño vestido casual negro.

—Mejor que en mucho tiempo. Me agrada verte así como estas ahora ¡Resplandeciente!

—¡No soy el sol, Aza! —puse mis ojos en blanco —. Pero si... me siento un poco mejor. Pero te confieso que temo —sonreír con tristeza —. Temo porque cuando las cosas van de maravilla, siempre termina pasando algo que daña todo.

...

Ya me siento más nerviosa es verdad. Mordí cada una de mis uñas. Es que llevo esperando más de diez minutos a Matthew. Estoy en el lugar acordado y nada que hace acto de presencia.

Me molesta la gente impuntual.

Esta es mi primera "cita" de verdad. Y con él será. Aún no me creo mis sentimientos por ese chico. Sé que debe pensar que soy muy rara porque un día actuó de una forma con él y otra de otra manera, es que de verdad no me acostumbro a nada de esto.

Sea como sea siempre voy a agradecer esa coincidencia o famosos destino que nos hizo cruzarnos en el mismo instituto y pasillo. Esta cita seguramente va a salir muy torpe, porque todas las primeras citas pasan. Pero algo me reconforta de una manera extraña y es que dicen que cuando una persona es dueña de algo que pertenezca a tu primera vez, esa persona guardará algo de ti en su corazón y viceversa.

Espera ese que viene hay ¿Quién es? ¿Es Matthew?

Recogí mi cabello en una coleta y observe como el auto negro se detuvo frente a mí. Me sorprendí más cuando el conductor se reveló como Matthew.

—¿Y ese auto? —pregunte extrañada tocando la parte de atrás de mi cuello.

—De mi papá. Por mis buenas notas me lo empresto por este día.

Asentí aún más extrañada con eso. Sin esperar que él me abriera la puerta o me dijera algo, me subí al asiento del acompañante.

—¿Por qué no esperaste que te abriera la puerta? —preguntó en tono tal vez molesto.

—Por qué no me dio la gana —farfulle abrochando el cinturón de seguridad.

—Abby, estás tan hermosa.

Lo mire fijamente frunciendo mis labios cuando terminó de pronunciar aquello.

—Basta —pedí bajando mi vestido —. Te dije que sin cursilerías —avisé y sonrió ladeando su cabeza de lado.

—Te traje esto —ofreció sacando algo de su lado, lo observe esperando que revelara que era. Mi sonrisa se hizo enorme cuando me reveló un juego de flores secas y una mata falsa de marihuana que me hizo sonreír aún más.

—Me dijiste una vez que querías una mata de esas. Y falsa fue lo único que conseguí ¡Soy muy joven para ir preso!

Sonreí ladeando mi cabeza de un lado. Es cierto eso que dicen que una persona es capaz de darte lo que tanto tú querías así sea darte una mata de marihuana falsa por verte feliz.

ABBY BRADLEY  ©✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora