Capítulo 9

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Unos fuertes rayos despertaron al castaño. Se levanto un poco solo para terminar nuevamente acostado, sintió un agudo dolor de cabeza y miro que trae puesta la misma ropa de anoche. Observo a su alrededor y sintió calma cuando se percato que se encuentra en su habitación. Se froto los ojos y empezando a despabilarse, logro recordar con nitidez el encuentro con el doctor y, para su desdicha, la aparición del agente, pero después de eso, sus recuerdos perecían. ¿Cómo llegue aquí?, es lo único que se cuestiona. Se levanto despacio y tomó una pastilla para su fuerte dolor de cabeza.

—V.I.E.R.N.E.S., ¿cómo llegue aquí? —le pregunto a su IA.

—La señorita Potts lo trajo.

—¿Potts? —frunció el ceño sumamente extrañado.

—Así es, jefe—confirmó.

Se quedo pensativo y rememoro a más detalle. Anoche estaba con Strange, sí, estaba cenando con él y conversando sobre la doctora Palmer. Consiguió recordar la visita inesperada e indeseada de Everett Ross y como eso lo había puesto un poco mal. Se tallo la cara al acordarse todo lo que había bebido. Ojalá no haya dicho alguna estupidez con Strange o... Tal vez este se fue, rogando porque haya sucedido lo segundo.

Se alisto y salió de su habitación para encontrarse con Pepper.

—Hasta que despiertas, bello durmiente—habló en un tono algo seco.

—Hola Pepper, que gusto verte.

—De verdad...—se cruzó de brazos—. Tú no aprendes.

—Ah, ya sé para donde va esto.

—Tony, ¿cuántas veces te he dicho que debes de controlar tus tragos?

—Y los controle.

—Sí claro, y a las dos de la mañana tuve que ir por ti todo borracho.

—Tal vez se me pasaron un poco las copas.

—Que vergüenza con el doctor Strange.

—¿Qué con el doc? —interrogó con mucha curiosidad.

—Él fue el que llamo para que fuera por ti. Cuantas molestias le has causado a ese doctor. Ya te ha de odiar y con justa razón.

—Ah...—se quedo callado y cavilando: Estuvo conmigo toda la noche, emocionándose y asustándose a la vez.

—¿Qué hacías con él?

—Uhm, me lo encontré de causalidad.

—Aja.

—En serio. Al parecer tenemos gustos similares—excusó.

Pepper lo observo incrédula y se aparto, dejando solo al mecánico con muchas preguntas en la cabeza. Después de todo, se quedo conmigo y no me dejo tirado ahí, sonrió al instante.


En el hospital, el azabache bebe café en demasía, relajándose un poco después de lo de anoche. Lo sucedido parecía digno de uno de esos sueños locos. Quizás debo trabajar menos y descansar más, se planteó.

—Te ves cansado—interrumpió su colega.

—Sí, sólo un poco.

—Ya imagino porque—sonrió—. ¿Qué paso anoche? ¿Por qué estabas con Tony?

—Ahm...—llevo la mano izquierda a su nuca—. Fui a cenar y... nos encontramos de casualidad.

—Aja, si claro—asintió en un gesto de poca credibilidad.

Una extraña relación (IronStrange)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora