Capítulo 14

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Stark y su acompañante observan incrédulos aquella imagen. El primero con una expresión sorprendida y con algunos tintes de molestia, mientras la mujer, está horrorizada y asustada, aferrándose al brazo de su prometido. El millonario, con la boca levemente boquiabierta, en un momento dado pensó estar alucinando. No puede creer lo que sus ojos ven. No sabe que es lo que le impresiona más, si el portal o el hombre que salió de el. Tal vez lo segundo. Está tan estupefacto e impresionado que, si no fuera porque se presento como si no se conocieran, como si fuera la primera vez que se vieran en la vida, hubiera pensado que se trataba de un hermano gemelo o algo por el estilo. 

Le cuesta trabajo creer que el hombre que desprecio su ayuda hace dos años, ahora la requiere. El hombre que desapareció de su vida, ahora aparece, justo en el momento que había logrado, medianamente, olvidarlo, el destino los vuelve a reunir y no de la mejor manera. Con el carácter que se cargan esos dos, sólo un incidente de tal magnitud lograría volver a juntarlos. Su sorpresa fue tal que ni siquiera percibió que si el doctor había dejado su orgullo de lado es porque, verdaderamente, se trata de algo muy serio.   

Su asombro se convirtió en molestia, cuando le viene a la mente el recuerdo de la última vez que cruzaron palabras. 

—Disculpa, ¿estás dando entradas al circo? —preguntó con su peculiar humor.

—Requerimos tu ayuda. No estoy exagerando al decir que el destino del universo está en riesgo.

—Requerimos, ¿quiénes? —preguntó con evidente fastidio en su hablar.

De pronto otro hombre apareció, una cara familiar y agradable para el castaño.

—Hola Tony.

—Bruce—cambió su semblante.

—Pepper.

—Hola—miró preocupada al hombre.

Banner se acerco a su amigo, lo miro un momento.

—Noo—lo abrazo desconsoladamente.

—¿Estás bien?—cuestionó el ingeniero lleno de incertidumbre. Correspondió el abrazo para terminar fijando la mirada al ahora hechicero. 


Tony se mantiene sentado, con la mano en la barbilla, mientras escucha sobre el tema de las Gemas del Infinito. A la vez, dirige miradas fugaces y discretas al sujeto que finge no conocerlo. Su cabeza es un cúmulo de emociones. Tiene tantas preguntas concierne a Strange, pero, claro, no es el momento, no es el maldito momento, aunado a su orgullo que, no le permitiría preguntarle el por qué de su actual situación y mucho menos cuando el ex neurocirujano es tan frío e indiferente con él. Aunque eso no era nuevo para el más bajo. ¿Por qué habría de ser diferente ahora?, pensó en sus adentros, maldiciendo el momento en que sus ojos se cruzaron por primera vez. El castaño tiene clara esa imagen de Strange en su mente, esa primera impresión, recordando con tal grado de exactitud, que hasta él mismo se asusta, su apariencia en ese entonces, un conjunto azul marino, una cara libre de vello, un cabello menos peinado con sus características canas y una actitud más relajada que contrasta fuertemente con la que ve ahora: un hombre perfectamente peinado, un elegante vello facial enmarcando sus labios y unas ropas tan extrañas, pero lo más llamativo es su actitud más seria y, sobretodo, misteriosa. Le cuesta trabajo creer que se trata de la misma persona, del mismo doctor de sonrisa socarrona que conoció hace dos años atrás. Pese a que su nueva apariencia dista mucho con la del pasado, no puede evitar pensar lo jodidamente deslumbrante que se ve con su nuevo look. Extraño, sí, sin lugar a dudas, pero increíblemente guapo. Ese vello en su rostro le asienta bien. Cuando ese pensamiento cruzo en su mente, decidió alejar todos esos recuerdos del pasado, no es momento para tonterías. Se concentro en lo importante, en la razón por la que, para su desgracia, está ahí. Un asunto que lo preocupa, que ha estado martirizándolo desde hace tiempo.

Una extraña relación (IronStrange)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora